Trias, a la estela de Mas, debería dimitir
26N; ya estamos en el día después. Mas ha perdido su plebiscito. A pesar de ganar su coalición, nacionalista catalana y conservadora, las elecciones, no lo ha hecho con la “mayoría excepcional” que reclamaba para conducir Cataluña a la secesión del resto de España. Ha quedado desautorizado por los ciudadanos catalanes y debería, en consecuencia, dimitir.
Siguiendo la estela del mismo, codo con codo con sus más estrechos colaboradores, el alcalde de Barcelona, en una actitud absolutamente partidista y excluyente rayana con el sectarismo, llegó a poner la ciudad de Barcelona “a disposición del proyecto de Mas”; lean bien, no al servicio del separatismo más trasnochado en general, sino a la especifica especie de este que representaba su líder mesiánico.
El apoyo explícito de Xavier Trias no se ha limitado a la simple manifestación pública, sino que se han concretado, entre otras cosas, en el desvío de recursos públicos de las arcas del Ayuntamiento de Barcelona a las de la Generalidad de Cataluña para dar cumplimiento a compromisos electorales de Artur Mas a los que este no podía hacer frente dadas las paupérrimas condiciones en las que se encuentran las arcas de la administración autonómica catalana y que algunas fuentes elevan a la nada despreciable cantidad de 200 millones de euros.
Con esta actitud, el máximo responsable municipal continúa en la senda iniciada desde que llegó al gobierno de la ciudad de progresivo empeoramiento de la solvencia de Barcelona por razones ajenas a esta y a su generación de riqueza, dando prioridad absoluta al pago de sus favores políticos al presidente de la Generalidad.
Para Trias -siguiendo la estrategia marcada por la coalición nacionalista en la hoja de ruta secesionista y pseudogolpista- la prioridad era dotar a Barcelona de “estructuras de capital de Estado” independiente; un proyecto de espaldas a la clase obrera barcelonesa, pero, bendecida por una mayoría suficiente de la burguesía catalana que creyó que el momento adecuado para dar el salto al control absoluto de las instituciones catalanas había llegado. Se equivocaron y el salto ha resultado al vacío.
Ahora, el día después, culminado el fracaso de un proyecto, sólo cabe una salida digna: la dimisión del líder y, después, acto seguido, la de aquellos que le acompañaron en la aventura.
Me temo, sin embargo, que no estamos hablando de gente que se caracterice por un alto sentido de la dignidad y por ello no sucederá lo que sería normal e inevitable en personas de otro pelaje y educación o en países con más tradición democrática. No obstante, ahora ya sabemos de qué pie cojean y que su tiempo ha finalizado. Están amortizados. Cada día que pase con ellos en el cargo, no sólo hacen mal a la sociedad que los eligió, sino, también, a su partido y a la gente de buena fe que sin duda debe haber en el mismo.
PD: De la noche electoral, destaco que me produjo vergüenza ajena la sonrisa continuada de Carme Chacón -¿cabía tanta alegría tras los peores resultados cosechados por el PSC en unas elecciones autonómicas de su historia?- que agasajó con innumerables abrazos, caricias y besos al austero Josep Borrell en la sede de la calle Nicaragua. Sabemos que el que a buen árbol se arrima, buena sombra lo cobija, y que aquella siempre ha sido especialista en arrimarse al mejor árbol del jardín. También es conocido que, sin duda, Borrell es una de las mejores cabezas pensantes del socialismo catalán y español. Sin embargo, haría bien éste en no cobijar bajo sus ramas a quienes, con su actitud complaciente con los poderosos, han colaborado a quemar muchas esperanzas de tantos ciudadanos en esta Comunidad Autónoma. El socialismo real, al fin, debe volver a Cataluña anteponiéndose al nacionalismo y arrinconándolo. Para esto algunos y algunas, también ya, sobran.
El voto útil de C’s para el 25N
“Es un hijo de puta pero es nuestro hijo de puta” (Henry Kissinger, realizó este comentario, después de ayudar a Pinochet en su golpe de Estado, a un ligeramente escéptico presidente Nixon).
Vi por televisión imágenes del acto central de C’s justo en un momento clave que, quizás, para la mayoría pasó desapercibido: el afectuoso saludo que su líder y presidente, Albert Rivera, dedicó al que fue secretario general de la formación, Manuel García Bofill, sentado en una de las primeras filas de asistentes. ¡Y es que le debe tanto!
El II Congreso de C’s, celebrado en 2007, fue el último medianamente democrático de esta formación. Al mismo se llegó con un acuerdo, más o menos secreto, a tres bandas entre Rivera, Bofill y De Carreras. El primero, por oportunismo y para conservar su privilegiada posición, necesitaba del concurso de Bofill –a la sazón coordinador de Barcelona- y de la bendición intelectual que le otorgaba De Carreras (con Ovejero en la sombra). El precio de uno, la Secretaría General; el del otro, el cambio de ideario, pasando de la transversalidad inicial a un confuso centro-izquierda no nacionalista.
Pese a que se rechazó por los delegados de aquel congreso el informe de gestión de la ejecutiva de entonces, Rivera, a trancas y barrancas, alcanzó su propósito; una pírrica victoria que supuso la escisión de cuadros importantes del partido de la que nunca se ha recuperado. Incluso después, el goteo de destacados líderes históricos continuó siendo constante: Robles, Domingo, Roig, etc.
No hay más que leer la lista de C’s para las próximas elecciones del 25N para entender que, más allá de los fuegos de artificio que representa la inclusión en la misma de mediáticos independientes, Rivera sólo aglutina ya a su alrededor a su fiel guardia de corps, es decir, los Cañas, Villegas, De Rivera, Carrizosa, Espejo…
En esta tesitura llegan las elecciones secesionistas que plantea Mas y su nacionalismo. Los contrarios a este y a cualquier otro lo tenemos, francamente, duro para elegir. No existe una formación que, más allá de un falso voluntarismo lleno de promesas en las que no se cree por lo que, al final, no se concretan en hechos, ofrezca una alternativa progresista y no nacionalista a los ciudadanos catalanes.
En las peores condiciones posibles para el PSC, este partido doblaría, según las encuestas, a C’s en número de escaños. Parece claro que este último no pasará nunca de ser testimonial mientras se gobierne con esos mimbres personalistas y sectarios. Sin embargo, coincido con Gregorio Morán en que ‘el próximo 25 no se dirime ni independencia, ni derecho a decidir, ni nueva etapa. El próximo 25 se trata de conceder a CiU el derecho a no explicar nada de cómo facilitaron la ruina del país [por Cataluña] y cómo participaron en las operaciones más corruptas de los últimos años’. Quizás para ayudar a destapar la corrupción ajena y contribuir a sumar, así, voto rentable -en forma de escaños- no nacionalista, sí nos sirva, todavía, C’s.
Harina de otro costal seria su utilidad real para ayudar a enderezar el rumbo en la Cataluña actual. En esa ardua tarea, el papel del PSC, o en segunda instancia del PSOE; parece insoslayable. Al fin y al cabo, el propio De Carreras ya lo avanzaba hace años:
‘¿Larga vida a Ciutadans? Veremos. En realidad, se trata de un partido cuya finalidad primordial es rectificar el equivocado rumbo de unas políticas que han situado a una buena parte de los ciudadanos de Cataluña de espaldas a sus propias instituciones. A la larga, en definitiva, su gran triunfo sería que dejara de ser necesario, que influyera en la sociedad para que los demás partidos se adecuaran a la realidad’.
Apatrullando la ciudad (III)
En las entradas de los pasados 7 de marzo y 25 de junio de 2012 denuncié los abusos en la utilización del espacio público de Barcelona que venía observando, en especial por parte de la policía de la Generalidad de Cataluña, Mossos d’Esquadra, es decir, la policía autonómica de Cataluña.
Constataba que una policía que desde el 1 de noviembre de 2005 tiene la plena competencia en la ciudad de Barcelona parecía que no había entendido, casi siete años después, qué supone su presencia y su convivencia en la misma con los barceloneses, a los que debería dar siempre ejemplo de civismo.
Preguntaba si alguien podía indicar algún precepto de la normativa reguladora de circulación o de la ordenanza municipal correspondiente que permita el estacionamiento en la acera de vehículos pertenecientes a la policía, sin razón de servicio alguna.
No hubo respuesta porque sencillamente no existía, no está permitido.
La actuación irregular no sólo no se ha corregido, sino que se continúa realizando, como se puede observar en la fotografía recogida esta misma semana donde se ve un coche policial invadiendo la calzada, sin sus ocupantes que lo han abandonado por razones ajenas al servicio.
Como quiera que esta actitud de ciertos agentes se repite y continúa en el tiempo y en distintos lugares, desde las entradas referidas anteriormente, y como nada ha cambiado desde entonces (incluso su página web continúa, exclusivamente, en catalán contraviniendo el derecho vigente), es por lo que me veo en la obligación moral de reiterar la denuncia pública. Quizás alguien por fin se sienta aludido y de una respuesta razonada a esta sencilla cuestión.
Mi correo electrónico fedllosmar@gmail.com está a su disposición.
El 14N ‘respira’
Son muchas las razones que tenemos los trabajadores de este país para salir a la calle a manifestarnos y unirnos en una jornada más de huelga general, absolutamente, necesaria.
La CGT ha realizado un vídeo que me parece lo suficientemente expresivo con el texto que adjunto (la traducción del catalán original es mía):
‘Sanidad con intereses, personas sin papeles, educación suspendida, cultura del vacío, lo público es de ellos, el juego del dinero es la ruina, los desahucios con burbujas, el vivir al cielo raso, tu derecho no es mi derecho si soy mujer, tu derecho no es mi derecho si soy homosexual, la represión al descubierto, la censura a escondidas, el bienestar si tienes dinero, el delito de ser obreras, la cadena es la cola del paro, la esclavitud tiene reformas, el juego como solución inmediata, las leyes durmiendo en los casinos, la pobreza despertando a cada esquina, la tristeza de pedir ya no es un chiste, el engaño es electoral, la justicia anclándose a la política, la corrupción sin efecto en los juzgados, la inocencia no tiene saldo, las niñas obligadas a ser madres, los pequeños errores condenados a ser grandes, la madre seguirá con el padre aunque la mate, la violencia sin género es institucional, la sordera de las orejas que nos tienen que escuchar, las carcajadas de los que nos quieren españolizar, las fuerzas armadas desfilando contra quien, más madera para la guerra, el almacén puede ser nuclear, la muerte mantiene fiestas patronales, los bosques recortados nacen quemando, la naturaleza tratada como enemigo innato, la contaminación hiberna en nuestros hijos y todas, las cadenas perpetúas constitucionales, la falta de miras y de futuro, la evasión de capitales, la fuga de cerebros, jóvenes mirando las vías del tren que se acerca, el espacio es igual a la velocidad de partida, gente grande mirando al joven sin un destino al fondo, el futuro no es universal, es de los de siempre, competiciones europeas, odios desenterrados para que tú sí y yo no, todos sin tiempo, ven y no me dejes sol@, no podré luchar si no me acompañas, si no me ayudas: ven para encontrar aire, ven para que no nos ahoguen a todos y todas.
Ven a respirar y respira.
El 14 de noviembre, unimos nuestros gritos y detenemos eso.
Huelga General laboral, social, de consumo, ciudadana’.
Sólo un pero a este ingenioso y certero juego de palabras: no quiero que nos españolice el señor Wert (PP), pero, tampoco que nos catalanice la señora Rigau (CiU). Cuestión de ser imparcial y no usar más que una vara de medir. Para quien no recuerde las manifestaciones de esta última –las otras ya se han encargado los medios de comunicación subvencionados por el nacionalismo catalán de expandirlas y tergiversarlas-, realizadas durante la ceremonia de clausura del curso escolar 2010-2011 en Barcelona, aquí se la adjunto:
“Solo mediante la escolarización podremos realmente catalanizar, hacer miembros de pleno derecho, tener sentido de pertenencia a nuestro país, a los hijos de los que han venido de fuera. […] La escuela pública funde diferentes grupos étnicos en un solo pueblo; cuando lo podamos mirar a cierta distancia, quedaremos admirados y orgullosos del trabajo hecho. […] Si Cataluña es como es, siendo una nación sin Estado, y mantiene su lengua, cultura e idiosincrasia, es gracias al hecho de que siempre ha creído en la escuela, y de generación en generación nos hemos traspasado lo que está implícito en la educación, que es traspasar la tradición y generar la historia”.
La Sagrada Familia y Orwell, en respuesta a Daniel Arasa
‘Por primera vez desde mi llegada a Barcelona, fui a ver la catedral [la Sagrada Familia], una catedral moderna, y uno de los edificios más horribles del mundo… A diferencia de la mayoría de las iglesias de Barcelona, no había sido dañada durante la revolución –se había salvado gracias a su valor artístico, decía el pueblo-. Pienso que los anarquistas demostraron mal gusto no destruyéndola cuando tuvieron oportunidad’ (George Orwell).
La experiencia de Orwell en la Barcelona de 1936-1937 le motivó para escribir Homenaje a Cataluña, donde se inserta ese párrafo y donde describe su admiración por lo que es identificado como ausencia de estructuras de clase en algunas áreas dominadas por revolucionarios de orientación anarquista.
Daniel Arasa, en un artículo recogido en La Vanguardia (30 de octubre de 2012), señala que ‘tal afirmación daña el mito de Orwell. No es sólo cuestión de gustos estéticos. […] El hecho mismo de que justificara la destrucción y aún pidiera más, su admiración por una revolución que derramó mucha sangre en aras de un supuesto igualitarismo social, su fascinación por aquella Barcelona que en 1936 crearon los anarquistas hasta que la pulverizaron los del PSUC en mayo de 1937, rebajan el peso de sus argumentos de denuncia de los totalitarismos’.
No puedo compartir su opinión. Arasa parece querer olvidar las imbricaciones profundas entre la jerarquía de la Iglesia católica y las oligarquías terratenientes que controlaban España a principios del siglo pasado y que culminarían en el mayor desastre de su historia, la Guerra Civil. Unamuno, en su retiro forzado que acabó con su vida, lo resumió certeramente: “Sí, son horribles las cosas que cuentan de las hordas llamadas rojas, pero no hay nada peor que el maridaje de la mentalidad de cuartel con la de la sacristía, porque el grosero catolicismo tradicionalista español apenas tiene nada de cristiano”.
Aquella Sagrada Familia, un edificio que como San Pedro en Roma por sus dimensiones siempre me han parecido obscenos por inútiles al servicio de la interiorización trascendente de los hombres, comportaba dar pábulo a la injusticia social que representaba una determinada concepción de la Iglesia que poco o nada tenía que ver con sus raíces cristianas.
Y es que si, como sabemos, en un sentido estricto, la condición de Estado laico supone la nula injerencia de cualquier organización o confesión religiosa en el gobierno del mismo, ya sea, en el poder legislativo, el ejecutivo o el judicial, la España de entonces, como la de ahora, debieran recorrer un largo trecho para alcanzar aquel deseable objetivo que, incluso los feligreses auténticos hoy, reclaman.
Critico ahora esa visión subjetiva de aquel momento histórico único e irrepetido, como critiqué en otro post anterior las implicaciones actuales, nunca auditadas, de la burguesía barcelonesa y el nacionalismo catalán en la fundación que controla ‘la catedral de los pobres’.
Refiriéndose a Barcelona, Orwell continúa diciendo en el mismo libro referenciado:
‘Por primera vez en mi vida me encontraba en una ciudad donde la clase trabajadora llevaba las riendas… en cada tienda y café, se veían inscripciones que proclamaban su nueva condición de servicios socializados; hasta los limpiabotas se habían colectivizado, y sus cajas estaban pintadas de rojo y negro. Mozos y vendedores miraban al cliente cara a cara y lo trataban como igual. Las formas serviles y ceremoniosas del lenguaje habían desaparecido. La ley prohibía dar propinas… El aspecto de la multitud era lo que más extrañeza causaba. Parecía una ciudad en las que las clases adineradas hubieran dejado de existir… ello resultaba extraño y conmovedor… reconocí inmediatamente un estado de cosas por el que valía la pena luchar’.
Luego ya saben lo que pasó, Franco llegó para imponer su orden y restaurar las jerarquías; también la católica. Salud y anarquía.
Trias: suspenso en transporte público
Continúan en Barcelona las jornadas de huelga, un día sí y otro también, de los transportes públicos: metro, autobuses, taxis, etc. Las posturas parecen no acercarse. Incluso algunos representantes sindicales llaman “inútiles y sinvergüenzas” a la Dirección de Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB), la empresa pública que controla el transporte público en la ciudad.
No es una novedad que siempre que el nacionalismo catalán de CiU ha llegado al poder en la Generalidad de Cataluña inmediatamente se han frenado las inversiones en las infraestructuras destinadas a la movilidad ciudadana, como por ejemplo, el metro. El alcalde Xavier Trias, de la misma coalición conservadora y reaccionaria, por supuesto, sigue la estela de sus jefes y, pese a sus falsas promesas, ha acabado por premiar el uso del vehículo privado frente al transporte público, en una actitud claudicante y profundamente insolidaria para la mayoría de ciudadanos trabajadores que todos los días laborables se ven en la obligación de trasladarse desde su domicilio a su lugar de trabajo; en ocasiones, en penosas condiciones.
¿Quién ha sido el alcalde que ha subido más las tarifas del transporte público? Trias. Concretamente un 7,8%. ¿Quién ha incrementado las tarifas del Bicing para hacerlo el más caro de Europa –más, incluso, que la carísima París-? Trias. Concretamente las subió un 25% en 2012 y pretende una subida del 116% para el 2013.
Decididamente, muchos nunca toman el metro. Quizás estén de acuerdo con Dalí que manifestaba, en sus tiempos, que “todo hombre que a los cuarenta años todavía coge el metro, es un auténtico fracasado”. Así que, para Trias, seguro que, además, nos lo merecemos.
Breve clase práctica para secesionistas desinformados
Bastan dos vídeos y un artículo para hundir al nacionalismo… si alguien desea estar informado. Sí, con dos vídeos y un buen artículo se desmonta la ideología que sustenta al nacionalismo catalán que se fundamenta en la discriminación social de los ciudadanos por razones etnolingüísticas; y, además, se nos ofrece un punto de partida para encontrar una salida al mismo.
El primer vídeo es el del programa Salvados de La Sexta, en la que Jordi Évole –el chico de barrio al que Elvira Lindo tiene en un altarcillo pues sabe contar este desastre sin perder la inocencia y la sonrisa– entrevista al presidente de la Generalidad de Cataluña, Artur Mas (CiU) y sirve para retratar, en una síntesis perfecta, la injusticia social que se vive en esta Comunidad Autónoma que llega a tal calibre que, incluso, su máximo dirigente no la niega.
El segundo vídeo hace referencia a la discriminación lingüística y recoge la reciente intervención de Carlos Martínez Gorriarán en el Congreso de los Diputados a propósito de la defensa de la toma en consideración de la proposición de ley orgánica, del grupo parlamentario de UPyD, para prevenir y erradicar la discriminación lingüística y asegurar la libertad de elección de lengua. En resumen, existe discriminación y, en consecuencia, problema… por mucho que algunos lo nieguen hasta la saciedad (¿se acuerdan cuando repetían hasta el hartazgo que el Estatuto era constitucional?, pues, igual).
El artículo es del profesor de economía en la Universidad Complutense de Madrid Diego Guerrero. En el mismo se propone una vuelta a los ‘análisis de clase’ de los fenómenos sociales; en especial, por lo que hace al nacionalismo moderno en España. Me agrada, sobre manera, su reivindicación de una vuelta al enfoque internacionalista histórico original que siempre había presidido las relaciones entre los miembros de la clase obrera y que habrían abandonado por la intervención interesada de sus enemigos de clase.
Como muy bien expresaba el recientemente Premio a la Tolerancia, Félix Ovejero, “desde el punto de vista intelectual, el nacionalismo no tiene ni media torta […] es un pensamiento desvertebrado, lleno de costuras y con supuestos absolutamente cochambrosos”. Anaxágoras, un filósofo griego presocrático, decía: “Si me engañas una vez, tuya es la culpa; si me engañas dos, es mía”. No dejemos que las patrañas nacionalistas se lleven hasta sus últimas consecuencias; por amor propio, por responsabilidad con las generaciones futuras y, sencillamente, porque supondría traicionar la lucha continuada de tantas personas anónimas que en el pasado, pagándolo incluso con su vida, culminó en la creación de un oasis de libertad e igualdad que hizo de Barcelona un ejemplo de progreso, referente no sólo para Cataluña y el resto de España, sino para todo el mundo.
PD: Sólo un pero al vídeo de Évole. En un momento del mismo parece mostrarse comprensivo con la inmersión lingüística al hacer un comentario irónico sobre que se ha educado en catalán y no tiene problemas con el castellano. Olvida que el pleno dominio del español no se consigue siempre en una escuela exclusivamente en catalán como explica Mercè Vilarrubias en su ensayo, Sumar y no restar. Razones para introducir una educación bilingüe en Cataluña (Editorial Montesinos, 2012) elaborado desde el más escrupuloso punto de vista pedagógico. En definitiva, se trata de un tema complejo que no admite respuestas frívolas o simplificadoras. Le recomiendo una lectura atenta y, si lee estas líneas, le felicito igualmente por su programa.
El 22O rodearemos el Ayuntamiento de Barcelona
Como continuación de la manifestación del pasado 17 de octubre, los empleados públicos del Ayuntamiento de Barcelona, siguen con sus acciones reivindicativas y a iniciativa de algunos integrantes de Parques y Jardines, están llamados a rodear simbólicamente la sede central del Ayuntamiento.
Un ejemplo significativo, facilitado por CCOO nos indica por dónde van sus legítimas reivindicaciones: el alcalde Trias (CiU) acaba de firmar el primer decreto –vinculado a las imposiciones estatales del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy (PP)- que anula el artículo 38 del acuerdo de condiciones laborales de los empleados públicos del consistorio, por el que tenían complementado el 100% del sueldo en caso de baja.
Sin perjuicio de excepciones draconianas “debidamente certificadas”, que no tienen el alcance legal que habrían de tener, a partir de este 15 de octubre, cualquier baja (por gripe o resfriado, lumbalgia, lesión/dolor muscular o articular, severo malestar menstrual, migraña, etc.) les comportará descuento de sueldo.
Si durante los dos años anteriores no ha habido ninguna baja médica por contingencia común, no se les aplicará el recorte del complemento por una nueva baja, pero claro, para que esta circunstancia se vuelva a dar, hará falta esperar dos años más con una salud de hierro: prohibido volverse a poner enfermo.
En el vídeo que se adjunta se puede escuchar el texto íntegro del manifiesto que se leyó en la manifestación del día 17 de octubre e imágenes de la misma. ¿Cuándo se harán eco de las movilizaciones los medios de comunicación de titularidad pública? Los trabajadores barceloneses estamos en lucha. Todos unidos, en una hermandad solidaria con el resto, debemos decir basta a los recortes, exigiendo el mantenimiento de los derechos adquiridos y el mantenimiento de un estado de bienestar homologable a los países avanzados de Europa.
Un dato: el PIB per cápita el 2007 representaba en España el 94% de la media de la UE15, mientras que su gasto público social per cápita era sólo el 74% de la media del gasto público social per cápita de la UE15. Si hubiese sido el 94% (como lo era su PIB per cápita), España se habría gastado 66.000 millones de euros más de lo que se gastaba. La situación era incluso peor en Cataluña, ya que el PIB per cápita representaba el 110% de la media de la UE15, y, no obstante esto, su gasto público social per cápita era sólo el 73,3% de la media de la UE. Si hubiese sido el 110%, Cataluña se habría gastado 19.600 millones de euros más de lo que se gastaba en su estado de bienestar. Esta es la medida de su déficit social. No se puede asumir, por tanto que el enorme subfinanciamiento del estado de bienestar catalán sea a causa de su inexistente pobreza. Tanto Cataluña como el resto de España cuentan con los recursos para tener un estado de bienestar mucho más desarrollado del que tienen y, de nuevo, la situación está empeorando aún más con los recortes (Vicenç Navarro, El subfinançament de la Catalunya social, 2012).
Desde este punto de vista, debemos mostrar ahora nuestra solidaridad con los empleados públicos y apoyar sus justas reivindicaciones.
¡A sus órdenes, mi general!
“Ojo por ojo y al final el mundo acabará ciego”
(Mohandas Gandhi)
No hace ni tres días que me había referido, alertando del mismo, al control que de la seguridad tiene, hoy por hoy, el nacionalismo hegemónico en la ciudad y el resto de Cataluña, en los siguientes términos:
‘Con una Guardia Urbana que juega a favor del secesionismo y unos Mossos d’Esquadra que controla para la causa, igualmente, el inefable Felip Puig (CDC), consejero de Interior de la Generalidad en funciones, hoy por hoy la seguridad en Barcelona está a las órdenes del presidente en funciones de la Generalidad de Cataluña, Artur Mas, y el proyecto secesionista que representa, como se encargó de subrayar, públicamente y sin complejos, el propio alcalde de Barcelona, Xavier Trias, en un reciente acto’.
Corroborando mi afirmación, ayer, ante altos cargos de la policía autonómica catalana, el consejero de Interior, contraponiendo “legalidad jurídica a una legalidad democrática” (¿?) ha manifestado su convencimiento de que, llegado el caso, “en esta tesitura es donde estoy convencido de que el cuerpo [policial] que ahora representáis estará como siempre al servicio del país [por Cataluña] y de sus instituciones”.
Algunos pueden tener la tentación de comparar estas declaraciones, con clara vocación subversiva del orden establecido, con las que realizó Aleix Vidal-Quadras (PP), con una vocación diametralmente opuesta. En este choque de trenes que se adivina ya como inevitable, unos lo harán desde la más absoluta ilegalidad, amparados en una “legalidad democrática” que nadie sabe bien bien qué es. Los otros, desde el más absoluto respeto al derecho vigente (Constitución, jurisprudencia del TC y del TS, etc.); la “legalidad jurídica” de la que aquellos hablan de forma despectiva, pero, que es la única que reconocen nuestro ordenamiento y los tribunales de justicia.
Llegado el desgraciado caso anterior, el Estado deberá hacer uso de los instrumentos que la legalidad prevé, incluido el uso del monopolio de la fuerza que le corresponde como en cualquier Estado de derecho comparado de nuestro entorno.
Si de acuerdo con las previsiones del artículo 155 de la Constitución española fuera necesaria la suspensión de la autonomía catalana, el Gobierno del Estado estaría facultado para ‘dar instrucciones a todas las autoridades de las Comunidades Autónomas’. En este sentido, no es inverosímil pensar en la posibilidad de que, una vez forzado el Gobierno –porque así se lo exige la Constitución- a tomar las medidas que prevé el citado artículo, tuviese, en previsión de altercados, tener que pedir el auxilio de miembros de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. No se me ocurre cuerpo más adecuado para llevar a cabo la citada labor que la Guardia Civil, por no tener dependencia jerárquica autonómica, tener presencia permanente en Barcelona y por tener entre sus funciones la misión genérica, de acuerdo con las previsiones del artículo 104 de la Constitución, de la ‘protección del libre ejercicio de los derechos y libertades y garantizar la seguridad ciudadana’.
Al ser el Instituto Armado de naturaleza militar, no es imposible un escenario en el que bajo mandato constitucional acudiese un General de Brigada a la sede central de los Mossos d’Esquadra en Barcelona y a su Major le hiciese partícipe de las órdenes recibidas. En ese momento, al jefe de la policía autonómica sólo le cabría una respuesta que no le situase en la ilegalidad: ¡A sus órdenes, mi general!
17O: Manifestación unitaria histórica de los trabajadores municipales
Aquellos que gobiernan el mundo han logrado mediante diversos instrumentos (religión, estado, lengua, dinero, ejército, etc.) dividir a la clase obrera contribuyendo a su alienación; destruyendo la cooperación natural que de otra forma se daría entre ellos, lo que lleva al trabajador a experimentar una sensación de soledad. Por ello, cuando se alcanza la unanimidad en un colectivo determinado dentro de esa división impuesta por los capitalistas, resulta digno de destacar.
Hoy, 17 de octubre de 2012 (a las 18:00 horas), los casi 30.000 trabajadores que conforma el grupo del Ayuntamiento de Barcelona (Parques y Jardines, BSM, TMB, CETRAMSA, IMEB, IMI, IMH, IMSSB, BAGURSA, TERSA, IMM, PAMEM, ICUB, BIMSA, BCNACTIVA, C. EDUC, C.B.B., IMU, A.S.P.B. IMD, PATSA, etc.) están llamados a una manifestación ante su sede central, la casa gran, en la plaza de San Jaime.
La convocatoria que realizan, de forma unitaria, los sindicatos CCOO, UGT, CGT y USOC promete ser histórica. En la rueda de prensa que celebraron ayer expusieron “las pretensiones de la coordinación global, que se centran en la defensa de los derechos sociales, económicos y laborales, no tan sólo de las diversas plantillas municipales, sino también, del conjunto de la ciudadanía de Barcelona, ante las constantes agresiones de los gobiernos estatal y autonómico”.
Las centrales sindicales presentaron, asimismo, un manifiesto unitario que será distribuido coincidiendo con la macro concentración de hoy, y se contestaron las preguntas que les realizaron los periodistas congregados, exponiéndoles un amplio calendario de movilizaciones y acciones reivindicativas de continuidad. Ya comenté en un post anterior cómo se había alcanzado esa unidad contra la política de hechos consumados que se ha acentuado, desde su llegada a la alcaldía, con Xavier Trias (CiU).
Los paros que se vienen produciendo en el transporte público de Barcelona son una buena muestra de ello. Como sus antecesores en el cargo –siempre íntimamente relacionados con la burguesía catalana y el mantenimiento de sus privilegios-, Trias continúa tratando a los trabajadores municipales con desprecio, mirándolos por encima del hombro y cargando las culpas de su pésima gestión siempre al imaginado enemigo que reside en Madrid. No contaba, muy probablemente, con la unidad que se ha alcanzado y que es necesario preservar en la acción hasta alcanzar los objetivos deseados de justicia social.
La manifestación de hoy debe ser la antesala de una jornada de huelga en todo el Ayuntamiento de Barcelona, sin perjuicio del apoyo que merece la huelga general prevista para el 14N.
Una Guardia Urbana de Barcelona al servicio del nacionalismo
Ahora que ya ha pasado el 12 de octubre en el que, por primera vez desde hace años, ‘muchos catalanes [que] no participan de la corriente catalanista’ se manifestaron para defender la vinculación de Cataluña con el resto de España –en palabras del editorial que dedicó La Vanguardia a ese día-, hemos de referirnos, en perspectiva, al papel de la Guardia Urbana de Barcelona en los últimos acontecimientos.
Como se sabe, el cuerpo de policía local (también denominado en algunos municipios Policía Municipal o Guardia Urbana), es un instituto armado, de naturaleza civil con estructura y organización jerarquizada, rigiéndose, en cuanto a su régimen estatutario, por los principios generales de la Ley Orgánica 2/86, de 13 de marzo, de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, con adecuación que exija la dependencia de la administración correspondiente, las disposiciones dictadas al respecto por las Comunidades Autónomas y los reglamentos específicos para cada cuerpo y demás normas dictadas por los correspondientes ayuntamientos. En este sentido, hemos de recordar que la referida ley señala como principio básico de la misma el ‘ejercer su función con absoluto respeto a la Constitución y el resto del Ordenamiento Jurídico’.
Sin embargo, en Barcelona, es un hecho incontrovertido que la Guardia Urbana no ha levantado su voz para denunciar el uso y abuso que de la administración municipal ha hecho el nacionalismo, primero socialista y después convergente, en el poder. Tampoco en los últimos tiempos.
Su intendente mayor y jefe de la Guardia Urbana es Evelio Vázquez Sánchez, un andaluz que vive en Barcelona desde 1973, nombrado para el cargo en sustitución de su polémico antecesor. Vázquez está bajo la dirección de Joan Delort i Menal, ex secretario de Seguridad y asesor del departamento de Interior de la Generalidad, que se hizo cargo de la gerencia del Área de Seguridad de Barcelona. Personaje siniestro y mercenario –ha desarrollado diversas responsabilidades políticas en gobiernos de diversos partidos-, es conocido por las sospechas fundadas de su implicación en depuraciones políticas en los cuerpos policiales (como por ejemplo, cuando apareció el documento apócrifo ‘Actuacions dels 100 primers dies’, durante la legislatura de Montserrat Tura, del PSC, como Consejera de Interior, en la que se señalaba hasta 26 jefes de los Mossos para ser purgados).
Ambos personajes dirigen la seguridad en el Ayuntamiento de Barcelona y parecen tener, como los antiguos corsarios, patente para contravenir, soslayar o hacer, siempre, una interpretación de la ley favorable a los intereses de la reaccionaria ideología hegemónica en la ciudad y el resto de Cataluña.
En este sentido, se permite que el espacio público barcelonés sea, en contra de lo que establece el derecho vigente, absolutamente nacionalista. Así, por ejemplo, destaca sangrantemente que permitan que las señales de tráfico continúen siendo exclusivamente en catalán como ya he denunciado reiteradamente en un claro desafío prevaricador.
Favorecen, asimismo, las manifestaciones de esa ideología, magnificando sus resultados, relegando a la disidencia o, simplemente, haciéndola desaparecer. Así, la Guardia Urbana el 11 de septiembre cuantificó, contra toda lógica posible, en un millón y medio los asistentes a la manifestación secesionista de la Diada (cuando las fuentes independientes los limitaron a unos 600.000). Sin embargo, en la del 12 de octubre sólo contaron 6.000 manifestantes, cuando algunas otras fuentes oficiales los situaban en 65.0000; llegando, incluso, a censurar la difusión de la misma cortando la señal de la cámara de control de la plaza de Cataluña durante su desarrollo. ¿Cuándo se piensa dar explicaciones al respecto y asumir responsabilidades?
Con una Guardia Urbana que juega a favor del secesionismo y unos Mossos d’Esquadra que controla para la causa, igualmente, el inefable Felip Puig (CDC), consejero de Interior de la Generalidad en funciones, hoy por hoy la seguridad en Barcelona está a las órdenes del presidente en funciones de la Generalidad de Cataluña, Artur Mas, y el proyecto secesionista que representa, como se encargó de subrayar, públicamente y sin complejos, el propio alcalde de Barcelona, Xavier Trias, en un reciente acto.
Vivimos en una ciudad sin ley, con los cuerpos de seguridad controlados por los caciques del nacionalismo al servicio de su ideología y con el contrapoder que representan los tribunales incapaces de dar abasto y con tendencias elusivas ante la imposición y el temor que les causan, con amenazas más o menos veladas, los representantes de la ideología hegemónica. En estas circunstancias, los ciudadanos vivimos en la inseguridad jurídica permanente, en un espacio público sectario y excluyente donde se han puesto las bases para que la indeseada revuelta pueda explotar muy pronto en la calle.
¿Visto lo anterior en perspectiva y llegado el caso alguien se extrañaría de que se acudiese al auxilio de la Guardia Civil para preservar la Constitución, como ha expresado recientemente un líder político conservador excitando los ánimos de los iluminados de la secesión?
Un 12O en positivo
Mañana celebramos la Fiesta Nacional de España, un 12 de octubre muy especial derivado de las tensiones secesionistas que, en Cataluña, tuvieron su punto culminante el pasado 11 de septiembre en la multitudinaria manifestación de la Diada Nacional de Cataluña, celebrada en Barcelona (600.000 personas según los datos objetivos –aún me estoy preguntando quien fue el responsable último del recuento inverosímil que realizó la Guardia Urbana o del penoso por interesado de sus propios organizadores-).
Como bien dice la excelente sentencia del Tribunal Constitucional 31/2010, de 28 de junio (fundamento jurídico 12, página 468), ‘en el contexto del Estado democrático instaurado por la Constitución, es obvio que, como tenemos reiterado, caben cuantas ideas quieran defenderse sin recurrir a la infracción de los procedimientos instaurados por el ordenamiento para la formación de la voluntad general expresadas en las leyes […]. Y cabe, en particular, la defensa de concepciones ideológicas que, basadas en un determinado entendimiento de la realidad social, cultural y política, pretendan para una determinada colectividad la condición de comunidad nacional, incluso como principio desde el que procurar la conformación de una voluntad constitucionalmente legitimada para, mediando la oportuna e inexcusable reforma de la Constitución, traducir ese entendimiento en una realidad jurídica. En tanto, sin embargo, ello no ocurra, las normas del ordenamiento no pueden desconocer ni inducir al equívoco en punto a la ‘indisoluble unidad de la Nación española’ proclamada en el artículo 2 de la Constitución Española, pues en ningún caso pueden reclamar para sí otra legitimidad que la que resulta de la Constitución proclamada por la voluntad de esa nación, ni pueden tampoco, al amparo de una polisemia por completo irrelevante en el contexto jurídico-constitucional que para este Tribunal es el único que debe atender, referir el término ‘nación’ a otro sujeto que no sea el pueblo titular de la soberanía’.
Es decir, y en lo que ahora nos interesa, los anhelos secesionistas cabe traducirlos en una realidad jurídica ‘mediando la oportuna e inexcusable reforma de la Constitución’; mientras ello no ocurra, la soberanía reside en el pueblo español. Nada más, ni nada menos. Así que, la festividad de la nación política, constitucionalmente reconocida, es la de mañana. Desde este punto de vista, no tiene sentido que Artur Mas (CiU) exprese que no asistirá el 12O a Madrid porque ya celebró su fiesta nacional el 11S; además, como máximo representante del Estado en Cataluña, debería participar activamente en la fiesta que se celebra, al menos, en Barcelona. ¿Hará dejación de una de las funciones que prometió realizar al acceder el cargo cumpliendo y haciendo cumplir la Constitución y las leyes? Como nacionalista catalán, debería recordar que el 12 de octubre, Día de la Hispanidad, tiene un origen que se remonta a la época del colonialismo, en la que las instituciones catalanas desarrollaron estrategias para incrementar su influencia en las cuestiones coloniales.
Así, Barcelona fue la ciudad que puso más empeño en la celebración del IV Centenario del Descubrimiento de América en ese periodo histórico y después acogió un congreso mercantil, en el que los catalanes intentaron convencer a todos los comerciantes españoles de sus estrategias respecto de América. A partir de ahí, la burguesía catalana trató de reorientar las relaciones con las viejas colonias y veía en las comerciales con América la posibilidad de regenerar la sociedad española.
Por ello, fundó en 1911 la Casa de América en Barcelona (actualmente Casa Amèrica de Catalunya), desde la que se organizaron contactos, actos y congresos para estrechar las relaciones con América, y fue el 12 de octubre de ese año cuando se celebró en España la fiesta de la Hispanidad.
En fin, mañana los ciudadanos de toda España estamos de fiesta; nuestra fiesta oficial. En Barcelona a las 12:00 horas, en la plaza Cataluña, estaremos todos los que creemos que la realidad jurídica que nos ampara es la buena y no necesitamos recortarla. Entiendo las prevenciones de algunos y los tacticismos de otros, pero, no los comparto porque estoy seguro de que el 12 de octubre del 12 marcará un antes y un después para esta celebración en Barcelona y el resto de Cataluña. En positivo.
Del nacionalismo a la democracia: los socialistas deben acudir a la manifestación del 12O
‘Como en otros procesos de nacionalización forzosa, entra en escena la visión maniquea propia del totalismo o totalitarismo horizontal. Se trata de imponer la homogeneidad política de una sociedad por un sector de la misma, a partir de la distinción entre puros (independentistas) e impuros (españolistas), en torno a un estandarte sagrado (Cataluña, la nació), impulsando la conversión del otro (ejemplo PSC) o su marginación política y cultural definitiva. Instrumento: el monopolio del espacio público y de la comunicación a favor del efecto mayoría y de las sanciones implícitas pero efectivas al resistente’ (Antonio Elorza, en un artículo aparecido en El País, bajo el título de ‘Cataluña, democracia aclamativa’).
No descubro nada si afirmo que en los orígenes del movimiento cívico no nacionalista en Cataluña están aquellos que desencantados con el PSC en la oposición, vieron confirmadas sus peores sospechas de afinidad con el nacionalismo cuando este alcanzó el poder con Pasqual Maragall como presidente de la Generalidad.
De ese desencanto que generó una gran cantidad de huérfanos políticos en esta Comunidad Autónoma surge la asociación Ciutadans de Catalunya que daría lugar a C’s (desde el País Vasco, posteriormente, y a partir de Plataforma Pro surgiría UPyD en similares circunstancias y con objetivos equivalentes). Ambos partidos que anunciaban las tensiones secesionistas actuales optaron por la transversalidad con el objetivo de aunar el mayor número de esfuerzos y voluntades sobre lo que se consideraba más urgente.
Sin embargo, la otra cara de la moneda de esa indefinición ideológica la encontramos en que ambas formaciones han derivado hacia políticas claramente complacientes con el neoliberalismo en economía que ha supuesto, sobre todo en Cataluña, el que muchos ciudadanos continúen sintiéndose solos y sin ese referente de izquierda no nacionalista que consideran imprescindible para revertir las cosas aquí.
Francesc de Carreras, Félix Ovejero, Félix Pérez Romera, Vicente Serrano, José Antonio Cordero, Antonio Robles (este a través de un explícito grupo de izquierdas, Iniciativa No Nacionalista, que acabó disolviéndose para integrarse en Ciudadanos) y otros muchos…constituían el frente de izquierdas que unido a esa urgente respuesta transversal cedió el ideal progresista postergándolo. No es de extrañar así, con esa conformación de fuerzas, que en aquellos primeros actos de la asociación Ciutadans de Catalunya y después del nuevo partido Ciudadanos, en los años 2005-2006, se siguiese la consigna de ir sin banderas, desnudos y a pecho descubierto; como ciudadanos libres e iguales, sin exclusiones sentimentales.
Ha pasado el tiempo y las tensiones en el seno del PSC a causa del órdago secesionista se han intensificado, extendiéndose al PSOE. El mismo secretario general del PSC confiesa no tener “grandes diferencias” con el sector nacionalista de su propio partido en un ejercicio de funambulismo que poco tiene ya de creíble para la inmensa mayoría de sus afiliados y de la sociedad. Incluso un ex senador socialista fue el primero en felicitar a Artur Mas (CiU) a su vuelta triunfante de Madrid, tras su entrevista fallida con Rajoy (PP). ¿Habrá oportunismo más evidente?
Los socialistas de verdad deben acudir a la manifestación prevista para el 12 de octubre. Siguiendo a un viejo conocido, luchador veterano contra el nacionalismo, recuerda: “¿Qué está en juego en Cataluña, la democracia o la revolución proletaria? Lo que falta en Cataluña es crear un espacio público democrático o una sociedad civil democrática que ocupe el espacio público y político ocupado y usurpado por la sociedad civil y las organizaciones políticas del consenso catalanista”. Continúa diciendo, “cuando las grandes manifestaciones ciudadanas por el asesinato de Miguel Ángel Blanco (la única rebelión cívica democrática digna de tal nombre desde la Transición), la mayoría de mis amigos progres decía que el PP estaba detrás y los progres-catalanistas, que aquello era españolismo. Y, en general los partidos estaban asustados, porque no sabían cómo conducir aquella marea humana, y los sindicatos, desaparecidos, porque quizás el asesinado por los fascistas no era un obrero”.
La manifestación del 12 de octubre nos brinda una oportunidad de oro para instar la recuperación del espacio público de Cataluña que es de la sociedad civil, de los trabajadores y de todos los ciudadanos en general, más allá de cualquier ideología. Se trata de iniciar el tránsito del nacionalismo a la democracia y en ese tránsito los socialistas no son sólo necesarios, sino, fundamentales.
Del 25S, ocupa el congreso, al 14N, huelga general
‘La luz sube y baja sobre nuestras cabezas mientras el Gobierno insiste en que no vemos bien, en que ellos hacen lo correcto y no hay motivos para protestar por la raquítica condición de una democracia que nos está dejando en cueros. Se alaban actuaciones policiales propias de una dictadura, se infiltran provocadores en convocatorias pacíficas para criminalizar a los manifestantes, y se insulta sin rubor a quienes, como el juez Pedraz, denuncian el deterioro de las instituciones. Todos los días nos hacen luz de gas, pero por desgracia, el sufrimiento de los españoles no es una película’ (Almudena Grandes, en un artículo aparecido en El País, bajo el título de ‘Luz de Gas’).
Ahora que ya ha pasado el tiempo suficiente y de que ya se han calmado los ánimos, es un buen momento para hacer balance sobre el 25S. Más allá de toda consideración política, son hechos demostrados que la policía se extralimitó en sus funciones (sirvan como ejemplos la presencia de infiltrados provocando cargas y la realizada en la Estación de Atocha) como han denunciado sus propios compañeros, que actuaba envalentonada por las prevenciones de la delegada del Gobierno en Madrid que habló, incluso, de “modular” (¡?) el derecho de manifestación contra toda lógica constitucional y que los detenidos como consecuencia de los actos allí ocurridos resultaron, casi inmediatamente, puestos en libertad al archivarse la causa.
Hace unos días compartí mesa con una persona de mi absoluta confianza, una señora mayor (recientemente prejubilada de Telefónica), pero, de espíritu joven que acudió a la convocatoria del 25S acompañando a una amiga. Se alojaron en una pensión barata del centro de Madrid para la ocasión. Me comentó, en una agradable velada, que allí estaba el pueblo, “lo que yo considero el pueblo”. Obreros en paro, pero, también trabajadores que han visto mermadas sus condiciones labores y, sobre todo, muchos jóvenes estudiantes que no quieren un futuro que los expulse de su tierra –las últimas fuentes hablan de 10.000, sólo en Cataluña, que ya han tenido que emigrar-. Su presencia allí era, mayoritariamente, espontánea y se resumía en un sencillo: han eliminado nuestros derechos; no podemos más.
Llama la atención que el magistrado de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz hablara en su auto de archivo de “la convenida decadencia de la clase política” para no considerar limitable el derecho a la libertad de expresión que ampara este tipo de manifestaciones.
Los sindicatos, en las que se han celebrado ayer contra los presupuestos, han acusado al Gobierno de adoptar una “deriva autoritaria” que parece a la luz de los acontecimientos demostrada. Personalmente comparto el parecer del juez competente para otorgar justicia en el caso del 25S… Justicia social, diría para ser más exactos. Preludio del 14N, inevitable ya huelga general.
¿Qué secesión? ¿Qué unidad?
Muchos buenos amigos y grandes personas, cabales y honestos como nunca he conocido en política, me muestran su contrariedad por la convocatoria de manifestación prevista para el 12 de octubre.
Señalan, no sin razón que las normas de juego las ha puesto el nacionalismo que utilizando su estructura de Estado en esta Comunidad Autónoma promocionó y protegió el 11 de septiembre, aprovechándose de sus resultados para avanzar en sus postulados que llevan ineludiblemente a una división de la sociedad basada, fundamentalmente, en criterios etnolingüísticos.
Ahora, señalan, pretendemos oponernos con una mano atada a la espalda, con una venda en los ojos y cojeando de una pierna. El fracaso, en estas condiciones, está asegurado y pareciera hubiese sido organizado desde el mismísimo PUC (Partido Único de Cataluña, es decir, CiU, PSC, ERC, ICV-EUiA y SI; los defensores en el Parlamento autonómico de la nación política catalana, en oposición a la Constitución que ‘no conoce otra que la Nación española’ como se encargaba de recordarnos su intérprete supremo en la sentencia sobre el Estatuto en 2010).
Esgrimen, igualmente, que unas decenas de miles de personas serán vistas en el mundo como la prueba irrefutable que demostraría la disparidad de fuerzas entre unos y otros en unos momentos en que se nos mira con lupa –también fuera de Europa-, no sólo por el desafío secesionista, sino, sobre todo, por la crisis extremadamente difícil por la que atravesamos.
Entiendo las prevenciones y comparto la argumentación. No obstante, considero que la ciudadanía catalana no nacionalista debe salir a la calle. No importa el número, no importan las consecuencias; su silencio ha sido ya demasiado largo y está en el origen de la situación actual. El ciudadano contrario a la secesión lleva años siendo agredido mediante la discriminación que sufre: en el acceso y permanencia en el trabajo, en las escuelas públicas, en la administración, en los hospitales y centros de salud, en el Parlamento autonómico catalán, en los medios de comunicación públicos autonómicos, en las fiestas, en las costumbres… En fin, en todo el espacio público catalán e, incluso en ocasiones, como al rotular, en el privado.
Congregados por una mentira en sus propios términos, independencia, que queda vacía de contenido cuando se avanza, muy levemente, en un intento vano de conocer qué se esconde detrás y que impide, incluso, a sus promotores ponerse de acuerdo sobre su alcance, la secesión sólo se alimenta de rencor y de grandes mentiras, igual que todo ese horrible estado de cosas que llaman Estado propio. Debemos aprender de sus errores.
La unidad que pretendemos debe basarse en el respeto al otro (sus sentimientos, su personalidad, sus anhelos), pero, va indisolublemente unida al respeto a uno mismo como ciudadano igual y libre. El artículo 3 de La Declaración Universal de los Derechos del Hombre y del Ciudadano ya señalaba nada menos que en 1789 que ‘el principio de todo gobierno reside en la propia nación; ningún grupo, ningún individuo puede ejercer una autoridad que no emane, única y exclusivamente, del pueblo’.
Ha llegado el momento de hacernos oír. ¡Hazte oír! El día 12 de octubre… y todos los días del año; en tu casa; en tu trabajo o buscándolo: con tu familia, con tus amigos y con los que no piensan como tú; en la administración; al ir a hacer deporte; en tu tiempo libre; en la calle y en tu recogimiento. Con humildad y respeto a los que difieren; con valentía y orgullo pero sin soberbia; mostrando comprensión y tolerancia, buscando la convivencia; en paz.
“Un error no se convierte en verdad por el hecho de que todo el mundo crea en él” (Mohatma Gandhi).
Marc Puig: un ‘talibán’ que debe ser inmediatamente cesado
Un imputado político en una causa criminal por corrupción debería dimitir o, en caso contrario, debería ser cesado por su superior jerárquico, ya que las sospechas sobre su actuación son de tal índole que afectan no sólo al partido político que lo sustenta, sino que, además, acaba afectando a la oposición y a la propia credibilidad de toda la institución en la que se inserta. Además, si aquel es afiliado debería ser apartado total o parcialmente de la formación a la que pertenezca mediante los mecanismos internos sancionadores previstos estatutariamente.
Esto que debería ser norma en la vida cotidiana de nuestras instituciones públicas y de nuestros partidos políticos, resulta absolutamente excepcional en el caso del Ayuntamiento de Barcelona y la coalición que lo dirige, con su máximo responsable, el alcalde Xavier Trias (CiU) a la cabeza, que mantiene a numerosos imputados en sus altos cargos de responsabilidad, contribuyendo de esta manera al progresivo descrédito de la institución que gobierna.
Ahora un nuevo caso salpica a la máxima institución municipal, resultando imputado Marc Puig, uno de los jóvenes del núcleo duro de CDC, más conocido como los talibanes. Puig fue director general de Difusión de la Generalidad en el último Gobierno autonómico de Jordi Pujol. En la actualidad, es director de Comunicación y de Atención al Ciudadano en el ayuntamiento barcelonés.
Puig era una de las personas de la entera confianza del actual presidente de la Generalidad, Artur Mas, y formaba parte del pinyol de CDC, junto a Oriol Pujol (actual secretario general de CDC), Francesc Homs (portavoz del Gobierno autonómico), Germà Gordó (secretario del Gobierno autonómico) o Felip Puig (consejero de Interior). En otras palabras, era miembro de la guardia pretoriana que rodeaba al líder convergente y que le arropó en su ascensión a la cúpula del partido.
Puig ha sido imputado dentro del caso Palacio de la Música, pues era el administrador de Emocional Base, una empresa que, de acuerdo con un informe de Hacienda, facturó casi 60.000 euros a la citada entidad, por trabajos más que dudosos. De momento, sólo ICV-EUiA ha pedido el cese de Puig al alcalde, mientras el PSC se ha limitado a pedir “explicaciones inmediatas”. Al parecer, el cambalache de cargos y favores era de tal magnitud que lo de Puig aparece como la punta del iceberg.
La corrupción surge principalmente en el ejercicio del poder ejecutivo y de no atajarse, hace que el responsable de gobierno se convierta en amparador de la misma. Cuando se actúa de esta manera, uno puede llegar a pensar que si no se responde de forma contundente es porque no se puede al ser copartícipe y cómplice. Al fin y al cabo, Xavier Trias, además de alcalde, es el secretario general adjunto de la federación de CiU y acaba de poner públicamente la ciudad –en una declaración sonrojante, al menos, para los ciudadanos que no le votaron- nada menos que al servicio del proyecto de Mas. El fin justifica los medios, debe pensar el seño alcalde… pero no olvide que eso le inhabilita para el cargo.
El Triángulo de las Bermudas municipal
‘El Triángulo de las Bermudas es un área geográfica con forma de triángulo equilátero de unos 1.600 ó 1.700 km de lado, situada en el Océano Atlántico entre las Islas Bermudas, Puerto Rico y Fort Lauderdale (Florida). Es famoso porque a mediados del siglo XX varios escritores publicaron artículos en revistas acerca de la presunta peligrosidad de la zona. Sin embargo las estadísticas de la Guardia Costera de los Estados Unidos no indican que en esa zona haya más desapariciones de barcos y aviones que en otras zonas de igual tráfico’ (fuente: Wikipedia).
Más allá de supersticiones, con ese nombre y por extensión, se quiere hacer referencia a zonas en las que algunos barcos se adentran en tormentas y se pierden sin dejar rastro. Utilizando el símil, me parece oportuno aplicarlo al actual acuerdo a tres bandas que el alcalde Xavier Trias (CiU) ha cerrado con Jordi Portabella (ERC) y Joan Laporta (Democràcia Catalana) -estos últimos unidos bajo la coalición Unitat per Barcelona- para la aprobación del Plan de Actuación Municipal (PAM) 2011-2015.
Si las bases del PSC no lo evitan y acogen la directriz marcada -casi en solitario- por su líder novel Jordi Martí, este partido se abstendrá y permitirá la aprobación de un PAM al que sí se oponen expresamente PP y ICV-EUiA. Se habrá dejado así, contra toda lógica socialista y no nacionalista, vía libre a que el secesionismo rancio y reaccionario gobierne a sus anchas la administración pública municipal más importante de Cataluña.
“La independencia es esencial para Cataluña porque afecta a todas las personas que viven y trabajan en nuestra Comunidad, porque no rompe ninguna relación sentimental con nadie y porque es la única vía para salir de la crisis económica, democrática y cultural en la que por desgracia estamos instalados”. Este es el único mantra que repiten, una y otra vez, Laporta -y los pocos que le siguen- evidenciando su oportunismo basado en la falsedad o en una falta de conocimientos y de razones que abochornaría a cualquier observador objetivo de la realidad barcelonesa.
Con Trias, Portabella y Laporta dejaríamos en manos de la ineficacia, la corrupción y la mentira el Gobierno de la ciudad de Barcelona.
Pero, más allá de lo anterior, se convertiría definitivamente en una herramienta más al servicio de Artur Más y la ideología que representa en detrimento de los intereses generales de los barceloneses. Ya tenemos tristes ejemplos de ello: prestándole más de 200 millones de euros para cumplir “compromisos electorales”, coadyuvando a la realización de proyectos como el de Spanair que han resultado ruinosos para las arcas de la ciudad o ahondando en la discriminación que por razones lingüísticas se ejerce de facto contrariando el derecho vigente.
Con esos tres ejerciendo de maestros de ceremonias, nos adentramos en la tormenta, en la oscuridad del túnel sin salida en el que no se adivina el final de la pesadilla; donde se pierden recursos económicos, se hace norma la discriminación y se hace inevitable la fractura social. En definitiva, la ciudad al servicio del proyecto secesionista.
Aún estamos a tiempo de evitarlo. El PSC tiene la última palabra. Si no, el Triángulo de las Bermudas nos parecerá un cuento de niños comparado con lo que se nos avecina.
Los trabajadores del Ayuntamiento de Barcelona se unen contra Trias
Corren malos tiempos para los trabajadores de este país. La socialización de las pérdidas generadas por intereses privados que se les ha impuesto, desde el poder económico y financiero a través de su correa de transmisión que constituye el poder político, ha hecho mermar muy significativamente su nivel de vida; en muchas ocasiones, incluso, el empeoramiento de su situación ha llevado aparejada la pérdida de su puesto de trabajo con resultados dramáticos e insostenibles en el tiempo. Nos encaminamos a los seis millones de parados y el pozo parece no tener fondo. La revuelta social se antoja ineludible.
Es en este contexto, en el que se aprobó, por parte del Gobierno conservador del PP, el Real Decreto 20/2012, de 13 de julio, para garantizar la estabilidad presupuestaria y de fomento de la competitividad (publicado en el BOE de 14 de julio de 2012), que entró en vigor el 15 de julio de este año. Este Real Decreto, en definitiva, supone ahondar en la herida y afecta, entre otros, a los empleados públicos municipales que ya habían sufrido, en los últimos años, una gran pérdida de su poder adquisitivo que algunos sitúan en un 50% en los últimos 30 años.
Sin embargo, el alcalde Trias (CiU) alardeaba en una entrevista televisiva reciente (en BTV) de que le sobran recursos -pese a que, de facto, funciona como prestamista de la Generalidad, lo que le ha hecho perder al Ayuntamiento de Barcelona posiciones en la valoración de su deuda– y se lamentaba, en un ejercicio máximo de cinismo, de que se haya visto obligado, por ejemplo, a retirar la paga extra de Navidad a sus trabajadores, pese a que podría sufragarla, porque así le obliga Madrid -el icono de todos los males para todo nacionalista catalán que se precie-.
Frente a esta actitud chulesca e irreflexiva con la que se nos presenta, una vez más, la máxima autoridad municipal barcelonesa, los empleados públicos -a través de las principales centrales sindicales- se han unido, como hace tiempo no recordaba, y han planteado el siguiente comunicado que encabezan con un significativo: ‘Hacia la reivindicación conjunta de todos los empleados y empleadas de todas las empresas municipales’.
Cap a la reivindicació conjunta de tots els empleats i empleades de totes les empreses municipals
La Comissió de portaveus de la Junta de Personal i el Comitè d’Empresa de l’Ajuntament de Barcelona, amb la presència de representants dels sindicats CCOO, UGT, CGT i ASI, ha acordat:
PRIMER: Exigir a l’Ajuntament que faci valer les seves competències en matèria d’autonomia de gestió i d’autoorganització que li confereix la Carta Municipal i presenti recurs contra les mesures contingudes al Reial Decret 20/2012, tot entenent que poden excedir la capacitat del govern de l’Estat en matèria de legislació bàsica.
SEGON: Que de manera cautelar deixi sense efecte aquestes mesures en tot l’àmbit municipal.
TERCER: Que en qualsevol cas no destini ni un cèntim dels imports que pretén descomptar o de l’equivalent monetari dels drets que pretén suspendre a cap altra cosa que no sigui la preservació i la recuperació dels drets laborals i retributius de les plantilles afectades.
A l’efecte, també ha acordat convocar a representants de totes les seccions sindicals i comitès d’empresa de tots els sectors municipals, empreses, consorcis, instituts, patronats o organismes del tipus que sigui, tots ells depenents directament o indirecta del Govern i dels pressupostos municipals per posar en comú aquestes exigències i acordar accions conjuntes.
En concret:
PRIMER: Primera setmana d’octubre. Convoquem a una reunió-assemblea a delegats de tots els sindicats de totes les empreses municipals i organismes autònoms (B:SM, BIMSA, Parcs i Jardins, Metro, Instituts, etc.) per a dissenyar un pla conjunt de mobilitzacions en base als tres primers punts.
SEGON: Dia 10 d’octubre. Assemblea General de tots els empleats municipals convocada per la Junta i els comitès per informar de la situació pel que fa a l’aplicació de les retallades que planteja l’Ajuntament i de la posició dels Sindicats amb representació a l’Ajuntament. També s’informarà de l’anterior reunió de delegats i de les propostes de mobilització.
TERCER: A concretar dates. Assemblees per districtes, sectors i organismes.
QUART: Al voltant del dia 18 d’octubre. Manifestació de tots els treballadors i treballadores municipals, tant de qualsevol sector del propi Ajuntament com d’empreses i organismes.
Des de la Junta de Personal i des del Comitè d’Empresa demanem la màxima difusió d’aquest comunicat així com la implicació de tot el personal contra la retirada de la paga de Nadal i contra totes les altres retallades.
Hem de lluitar per recuperar el que és nostre.
Els treballadors i treballadores municipals estem decidits a aturar aquesta onada d’agressions contra els nostres drets.
Las tres zonas para ver el piromusical de la Merced
Clase social es una forma de estratificación social en la cual un grupo de individuos comparten una característica común que los vincula socioeconómicamente, sea por su función productiva o social, poder adquisitivo o económico o por la posición dentro de la burocracia en una organización destinada a tales fines.
La sociedad de clases constituye una división jerárquica basada principalmente en las diferencias de ingresos, riquezas y acceso a los recursos materiales. Aunque las clases no son grupos cerrados y un individuo puede moverse de una clase a otra. [Este sistema está muy relacionado con el sistema productivo y es el típico sistema de estratificación de las sociedades de Europa en los siglos XVII y XIX, así como de otras sociedades no igualitarias en que no existe igualdad de acceso a los recursos (fuente: Wikipedia)].
Una de las características de las clases sociales beneficiadas es la de la constitución y mantenimiento de ciertos privilegios. En la mayoría de casos y en nuestra sociedad actual, de forma impermeable y sutil; donde no existe información, no hay que ofrecer explicaciones que podrían conducirnos a la creación de un problema por no poder justificar lo injustificable. En otros casos, el establecimiento del privilegio, contra viento y marea, se impone; sin más.
Los últimos advenedizos en esta carrera de codazos y exclusiones la constituyen la ya conocida como casta política, a la que no es ajena la municipal; tampoco la del Ayuntamiento de Barcelona.
Hace unos años, invitado por una amiga, fuimos a ver el piromusical que suele cerrar la fiesta mayor de Barcelona, la Merced. Cuál fue mi asombro al poder comprobar que existían tres zonas públicas para observar el mismo: la zona general, en la que se inserta el 95% de los ciudadanos barceloneses que desean ver el acto y a los que se sitúa a lo largo de la Avenida de la Reina María Cristina (allí todo son apreturas, malos olores y agobios que suelen traducirse en un deseo último e íntimo de que el espectáculo no se alargue más de lo necesario –lo sé, porque también lo he sufrido-); la zona restringida –situada en un descampado cercano sin visión directa desde la referida avenida-, en la que se incluyen, aproximadamente, a un 4% de los ciudadanos que, de una u otra forma, conocen a mandos intermedios de la casta política municipal y a la que se puede acceder sólo con invitación (allí, como pude comprobar con mi amiga, no existen estrecheces y, además, podías beber, a costa del erario público, refrescos); y, en fin, la zona vip, para el alcalde, los concejales, gerentes y sus familiares y amigos directos –situada en una de las terrazas de la Feria de Barcelona en el edificio que corta la Avenida Rius i Taulet-, con un acceso barrado por la Guardia Urbana y seguridad privada, en la que un servicio de catering ofrecía canapés y bebidas a los allí reunidos con la colaboración de guapísimas azafatas, todo ello, también, por cortesía de los barceloneses.
Prometí que nunca volvería a ver este bonito espectáculo mientras no se tratase a los ciudadanos barceloneses en condición de igualdad y que haría pública esta situación. Como supongo que este año, con el alcalde Trias (CiU) la cosa no habrá cambiado, cumplo mi promesa para conocimiento de todos.
PD: Invito al servicio de comunicación del señor alcalde a que responda a este post en el correo que tienen disponible todos los ciudadanos que se sientan aludidos o quieran matizar cualquier información (fedllosmar@gmail.com).
25S en Madrid… y en Barcelona
Por fin llegó el día escogido por la coordinadora que se planteó, hace unos meses, rodear el Congreso de los Diputados, en Madrid, como protesta por la situación de ‘secuestro de la soberanía popular’ que sufren los españoles debido a la ‘colaboración de la mayoría de partidos políticos’, según se puede leer en su manifiesto.
Como son muchas y variadas las dudas que han generado este movimiento organizado, muy oportunamente se pueden revisar diversas respuestas a las preguntas ciudadanas en sus propia página web, en un apartado creado al efecto que aconsejo consultar. Poca gente conoce, sin embargo, que el movimiento es descentralizado y que tiene su sucursal catalana, con un acto central que se desarrollará esta tarde, en Barcelona, a las 18:00 horas ante la puerta del Parlamento autonómico de Cataluña.
Más allá de las reticencias que un movimiento popular de estas características ha levantado en las capas más conservadoras de la sociedad, merece un análisis profundo como el que han realizado diversos intelectuales en el diario –ya sólo digital- Público. El éxito muchas veces no consiste en conseguir los objetivos; basta con haberlos intentado. Desde este punto de vista, la protesta que representa el 25S, ya puede considerarse un logro.
Estaré atento.