Domingo, 20 de diciembre de 2009. AÑO XXI. NÚMERO: 7.308. EDICIÓN MADRID. PRECIO: 2,20 EUROS
MAGAZINE
 
PROTAGONISTAS. ENTREVISTA
Johan Cruyff
"Llevan seis años discutiendo sobre el Estatuto, pero ¿es tan difícil entenderse?, ¿acaso son todos tontos?" Sale a la palestra como nuevo entrenador de la Selección Catalana de Fútbol, el holandés errante que no habla catalán, antinacionalista. Un cargo desde donde espera seguir haciendo lo que quiere: disfrutar de la vida, dar acceso al deporte a niños minusválidos y sin posibles, y facilitar el estudio a los profesionales deportistas, a través de la Fundación Cruyff y el Institute for Sports Studies. A estos esfuerzos destinará su sueldo, porque está convencido de que "el deporte traerá una sociedad mejor".
ELENA PITA

A Johan Cruyff le pesa demasiado la parte izquierda del cerebro, y así va. No piensen nada de antemano, no lo imaginen escorado al andar, no, su figura sigue siendo proporcionada y atlética. Les explico. El ex futbolista (mejor jugador europeo de todos los tiempos según la FIFA, tres veces Balón de Oro) y ex entrenador (Barça, Ajax y unos cuantos más) sufre un proverbial problema de comunicación, pero no es cuestión idiomática, si bien su castellano no es de academia y su catalán, inexistente, malgré la presión catalanista; ni tampoco es cuestión de carácter altivo, como se ha dicho. Es una cuestión de estructura: su cerebro funciona más rápido que su discurso, y uno va cuando el otro ha vuelto.

Creció Hendrik Johannes Cruyff (Ámsterdam, 1947) superando circunstancias adversas y, a base de esfuerzo y entusiasmo, alcanzó la mayor gloria deportiva. Pero esfuerzo y entusiasmo no le bastaron para algo fundamental: la formación ordenada del intelecto. Porque lo sabe y es consciente, lleva casi 20 años empeñado en darle a los demás lo que él no tuvo. "¿Por qué las escuelas abren cuando los deportistas entrenan y cierran cuando ellos sí tienen tiempo de asistir?", se pregunta.

Para ofrecerles la oportunidad que él no tuvo, ha montado el Institute for Sports Studies, un centro internacional que trata de enseñar a los deportistas la teoría del deporte, su management y otras disciplinas esenciales para su desarrollo. Izquierda y derecha. Él lo explica así de simple: "El deporte y el arte desarrollan la mitad izquierda del cerebro, la escuela, la derecha". ¿Lo entienden ahora, el desequilibrio?

Pero su empeño educativo no acaba aquí. A través de la Cruyff Foundation, pone el deporte al alcance de los minusválidos (asiste a 3.500 sólo en Cataluña) y de los niños sin posibles. Es el nuevo entrenador de la Selección Catalana de Fútbol, un cargo que asume para seguir haciendo lo que quiere (disfrutar con su trabajo), ayudar a la infancia (su sueldo irá a parar a la creación de campos y escuelas de fútbol en zonas necesitadas, los Cruyff Courts) y apostar por una sociedad más educada. Curioso que a este hombre le persiga la fama de duro, arisco, airado, soez incluso. ¿Será que nadie le entiende cuando habla?

P.Contradiciendo el mito del holandés errante, ¿por qué decide usted hacerse catalán?

R.Me he encontrado bien aquí desde el primer día y, después de haber vivido en muchos sitios, decidí quedarme. Cuando uno lleva aquí… ¡35 años ya!, automáticamente es catalán.

P. Sostiene que el deporte va siempre un paso por delante de lo que sucederá en la sociedad: ¿qué puede adelantarnos hoy, qué sucederá mañana?

R. El deporte es calidad de vida, es integración, es respeto y es disciplina, y todo esto ayudará a la evolución de la sociedad. Si lo cuidamos y lo practicamos, nos traerá mañana una sociedad mejor; deberíamos darle mayor relevancia en la educación de los jóvenes. Pero, ¿cuántos gobiernos tienen un Ministerio del Deporte? Tal vez uno o dos en el mundo, y eso que es uno de los negocios que más dinero mueven en el planeta.

P. ¿Qué es el deporte en la educación de un niño? ¿Qué aporta, en esencia?

R. Iniciativa, respeto al contrario, saber ganar y, sobre todo, perder, trabajar en equipo, y así hasta los 14 mandamientos de nuestra fundación, uno por cada valor que exige el deporte. Y otro asunto fundamental es también la educación de los padres, cuyo comportamiento suele ser el peor en el campo, dando un pésimo ejemplo.

P. "He tenido mucha suerte en la vida y ahora todo lo que hago es por los niños", ha declarado. ¿Por los niños o por el niño que usted no pudo ser?

R. Mi infancia y juventud fueron fantásticas. Es cierto que mi padre murió cuando tenía 12 años, y que mi madre tuvo que pelear mucho para sacarme adelante. Pero también tuve la suerte de tener un segundo padre magnífico: en los 20 años que viví con él, jamás hubo un enfrentamiento, supo guiarme estupendamente; los tengo a los dos ahí arriba en un pedestal.

P. Su padre les dejó una tienda de frutas y, creo haber entendido, ciertas dificultades económicas, ¿cómo lo recuerda?

R. Mi madre tuvo que dejar el negocio, porque no podía atender a todo ella sola, entonces hubo de buscarse otro trabajo, que encontró en el estadio del Ajax, limpiando vestuarios. Lo pasamos económicamente mal, sí, pero mi recuerdo es bueno. Y luego vino lo de mi segundo padre, que fue algo natural: era un señor que conocíamos desde siempre, porque también trabajaba en el Ajax y era amigo de mi padre, y casualmente se había quedado viudo más o menos al mismo tiempo.

P. Usted empezó a jugar en el Ajax por proximidad vecinal al estadio, ¿de ahí parte el proyecto solidario Cruyff Courts?

R. Mi casa estaba en la esquina del estadio, sí. Pero además nosotros teníamos la plaza y las calles: hoy los niños no juegan ahí y hay que facilitar espacios alternativos, teniendo en cuenta, además, que ahora ambos padres trabajan y que los colegios echan el cierre lo antes posible. Estamos teniendo un éxito enorme, en Holanda vamos por los 100 campos, cofinanciados por el Gobierno e incluso por la Reina, en barrios marginales, donde además montamos escuelas. En Cataluña hemos inaugurado uno, y tenemos planes para construir cinco en 2010, y llegar a 25 por año.

P. ¿Nunca se ha arrepentido de haber dejado los estudios?, ¿es ésta la enseñanza vital que subyace en el Johan Cruyff Institute for Sport Studies?

R. Sí. Lo esencial es: el deporte y el arte desarrollan la parte izquierda del cerebro, y la escuela ayuda a desarrollar la derecha. Son parámetros opuestos. Ésa es la razón por la que muy pocos deportistas y artistas funcionan bien en la escuela. Un deportista suele empezar su vida profesional con 14 años, y la termina con 35, y entonces ¿qué? No es cierto que los deportistas sean tontos, no señor, cualquier deportista de élite tiene por necesidad que ser muy inteligente; el problema es que no ha estudiado, porque no ha tenido tiempo ni medios. Nosotros tratamos de poner medios adecuados a sus circunstancias concretas. Este año tenemos unos 2.000 alumnos, y si vieras su capacidad a la hora de resolver problemas. Es impresionante.

P. Cruyff, además de buen fútbol, ¿qué busca la Selección Catalana con su nombramiento, notoriedad, polémica…?

R. El trabajo de la Federación está en los pequeños clubes, pero la base no funciona si no hay una cabeza visible, y la mía, sí, tal vez llame un poco más la atención. Por otro lado, la Federación agrupa a unos 400.000 niños, y nosotros les aportaremos nuestra filosofía educativa.

P. Dice que "el fútbol refleja la cultura de cada país", ¿qué diferencia al catalán del que se juega en el resto de España?

R. El fracaso de la política europea del deporte es que los equipos nacionales no respetan su identidad, no la cultivan. Mientras que la mentalidad catalana es ejemplar en este sentido: volcarse y funcionar con el fútbol base. ¿Cuántos italianos, por ejemplo, juegan en los equipos nacionales? Poquísimos, y es un error: para potenciar los equipos nacionales es importante que al menos la mitad de la plantilla sea local; crea unidad y fomenta el apoyo social.

P. Hace años llamaba usted la atención sobre el espíritu desmembrado de este país: "Un niño se pondrá antes la camiseta local o autonómica que la de la Selección". ¿No cree que esto esté superado?, ¿el éxito de la Roja no habrá sido precisamente haber superado esos nacionalismos?

R. No, lo que ocurre es que ahora están unidos porque ganan. Esto es muy español: importa ganar, no participar. Pero en cuanto la Selección empiece a perder, se buscarán culpables y volverán a pelearse entre las autonomías. Me parece muy poco inteligente. Y luego está la obsesión de la prensa y su dificultad para apreciar lo bueno, prefieren lo malo, que vende más. ¿Ves? Yo a los comentaristas les pediría que hicieran un curso para aprender lo que comentan.

P. No vamos a hablar de imposibles, como la Selección Catalana reconocida por la FIFA, pero tal vez pueda darme su opinión sobre los referéndum independentistas de Cataluña. ¿Le parece jugar con fuego?

R. Allá cada uno, pero todo debate político hoy me parece secundario frente a la prioridad de la crisis. No entiendo por qué los dos grandes partidos están tan enfrentados cuando tienen semejante enemigo común. ¿Acaso no son capaces de ponerse de acuerdo para afrontar el problema?, ¿tan torpes son? Y, ¿cómo la gente va a respetarlos si no hacen más que criticarse e insultarse, sin hacer nada en positivo? La política no va con mi carácter por esta negatividad. Llevan seis años discutiendo del Estatuto, pero ¿es tan difícil entenderse?, ¿acaso son todos tontos?

P. Una imagen como la que proyecta Laporta desde la presidencia del Barça, ¿ayuda a resolver la crisis?, ¿es positiva?

R. Laporta ha hecho una gran labor vendiendo al mundo la imagen de Barcelona, Cataluña y el fútbol español. Ya te he dicho que yo trato de ver siempre el lado positivo, intentar que las cosas mejoren. Claro que Superman no existe, no hay una persona 100% perfecta. Si das mucho en esto, seguramente fallarás en aquello.

P. Pero ¿está de acuerdo con sus proclamas incendiarias pro independencia?

R. Bueno, es su forma de pensar, no la mía. No estoy de acuerdo con ella, pero la respeto.

P. Cruyff le dio al Barça el prestigio internacional, ¿y Guardiola, qué le está dando?

R. Continuidad y más expansión. Y otra cosa muy importante que los políticos debieran imitar: el respeto por sus contrarios, sólo hay que ver cómo se expresa en los medios de comunicación.

P. ¿Y no ha devuelto al equipo ese juego técnico que a usted tanto le gusta?

R. Sí, pero ya Rijkaard lo había recuperado. Ambos son personas fantásticas, son un ejemplo. ¿Alguna vez les has oído decir una palabra negativa del Real Madrid, por ejemplo? Nunca. Y esto, claro, se refleja en el campo y en la forma de dirigir el juego.

P. Otro factor que le reconoce al fútbol es su condición de antídoto contra el individualismo y el egoísmo rampantes. ¿Esto no entra en contradicción con el dinero que cobran los futbolistas?

R. Aquí hay un equívoco: el 95% de los deportistas cobra una miseria. Incluso en el fútbol, que es el deporte que más dinero mueve, sacando las figuras de primera, tampoco se cobra un duro. Entonces, el enfoque es ya injusto.

P. "Lo más peligroso del mundo es pagar demasiado a un deportista", la cita es suya. ¿A Cristiano Ronaldo se lo van a cargar bajo el peso de la pasta gansa?

R. Fue una inversión necesaria para el Madrid y ha conseguido que se hable del club en todo el mundo. La mayor parte de esos millones ha ido a parar a los clubes.

P. Ya, pero ¿y el chico, acaso no cobra?

R. Sí, y pagará las consecuencias de la presión que tiene encima.

P. Y usted, que ha sido el entrenador más caro de Europa, ¿qué hizo para no sucumbir al peligro?

R. El dinero me importó hasta los 17 años, cuando no lo tenía, y dejó de importarme cuando conseguí ser uno de los mejores: a partir de entonces tuve lo que quise. Mira, si como entrenador cobraba, suponte, seis millones de euros al año, y hace 13 que lo he dejado he dejado de ganar 78 millones. ¿Tú crees que me importa mucho el dinero? A mí lo que me importa es hacer lo que me gusta, disfrutar.

P. ¿Quiere decir que todo lo que ha hecho estos años ha sido única y exclusivamente a beneficio de la Fundación?

R. Mi nombre y mi imagen es una marca, que se vende, que me proporciona dinero, y con él, entre otras cosas, he montado una Fundación, que a su vez canaliza fondos para nuestros proyectos.

P. Y así seguirá siendo mientras esté en la Selección Catalana, donde no cobrará sueldo, a beneficio de esos 3.500 niños. ¿Es feliz haciéndoles felices?

R. Cuando era muy joven, alguien me dijo que era mucho más bonito dar que recibir, y yo pensé: éste es idiota. Pero la vida te enseña, y esto es algo que sólo se aprende con la edad: simplemente viendo los ojos de esos niños minusválidos te das cuenta de lo que de verdad merece la pena.

P. Y todo esto, Cruyff, ¿no le ha domeñado el carácter?, ¿sigue siendo el mismo hombre duro de siempre?

R. Yo no soy duro, al contrario: pero me gusta manifestar mis opiniones aunque sean contrarias. Yo creo que no he cambiado mucho, aunque habría que preguntar a mi mujer. No he cambiado, pero sí he evolucionado: si no evolucionas, retrocedes.

"Si como entrenador cobraba, suponte, seis millones de euros al año, y hace 13 que no entreno, he dejado de ganar 78 millones. ¿Tú crees que me importa mucho el dinero?"

"Si como entrenador cobraba, suponte, seis millones de euros al año, y hace 13 que no entreno, he dejado de ganar 78 millones. ¿Tú crees que me importa mucho el dinero?"

"Si como entrenador cobraba, suponte, seis millones de euros al año, y hace 13 que no entreno, ¿tú crees que me importa el dinero?"

"Esto es muy español: importa ganar, no participar. Pero en cuanto la Selección Española empiece a perder, se buscarán culpables"


JUGAR, UN DERECHO FUNDAMENTAL

La Fundación Cruyff centra su actividad en proyectos deportivos para niños con discapacidad o escasos recursos. "El deporte no es sólo mejora física: el deporte te educa. Te enseña a respetar, a compartir, a desarrollar habilidades tácticas y de estrategia, a trabajar en equipo. Y aprendes a tener confianza en ti mismo y a valorar el esfuerzo. Pero, principalmente, el deporte es diversión, es juego, un derecho fundamental reconocido por Naciones Unidas". Partiendo de este planteamiento nació la idea de los Cruyff Courts: pequeños campos de fútbol, de uso público, ubicados en barrios de pocos recursos y cofinanciados por la administración local y la Fundación Cruyff. El primero se inauguró en 2003 en la ciudad holandesa de Lelystad. En sólo 7 años, han llegado a países como Marruecos, Inglaterra, Sudáfrica, Antillas Holandesas y España. Si cree que su barrio necesita un Cruyff Court, contacte con www.fundacioncruyff.org.

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