Opinión

Por un pacto federal

‘Es verdad que para convertir España en un Estado federal se necesita, como mínimo, voluntad y mayoría política. La primera está por ver y la segunda de momento no existe. Lo cual no quiere decir que se haya de abandonar el proyecto. Ni mucho menos. Ahora bien, hay que ser conscientes que el camino será largo y los adversarios no lo pondrán fácil’.

Bernardo Fernández
martes, 16 de julio de 2013 | 10:53

La Constitución de 1978 supuso un cambio radical en el sistema político de España: frente al anterior régimen franquista, reconoció amplios derechos y libertades a los ciudadanos, estableció un sistema democrático basado en instituciones representativas y de participación y puso la orientación de las instituciones de gobierno en manos de la voluntad de la mayoría expresada en las urnas.

De todos modos, como sostiene Juan José López Burniol, licenciado en Derecho por la Universidad de Navarra y notario, ‘el problema no resuelto en España en el siglo XIX fue articular un verdadero Estado nacional’. Para Eliseo Aja, catedrático de Derecho en la Universidad de Barcelona, experto en derecho político y constitucional, ‘el principio de autonomía reconocido en la Constitución de 1978 ha impulsado una transformación tan notable del Estado que puede resumirse con rotundidad que España ha pasado de ser el Estado más centralista de Europa a ser uno de los más descentralizados en la actualidad’.

Como sostiene Ramón Máiz, catedrático de Ciencia Política en la Universidad de Santiago de Compostela, la fórmula utilizada en la Transición creando el Estado de las Autonomías ha dado a lo largo de más de treinta años buenos resultados. Además, otorgó protagonismo a los gobiernos central, autonómicos y partidos políticos; permitió diversos ritmos y niveles de autogobierno, en función de las aspiraciones y capacidades de cada cual. No obstante, esta inicial virtud ha generado, también, importantes problemas y las mismas razones de su éxito original se han convertido en fuente de conflictos casi inagotable. Asimismo, la vía evolutiva de los estatutos fue clausurada por el Tribunal Constitucional en 2010 con su sentencia sobre el Estatuto de Cataluña.

Con ese panorama de fondo, y ante la voluntad recentralizadora del PP y el rupturismo desacomplejado de los nacionalistas catalanes, no queda mucho donde escoger. Por eso, y para evitar problemas que acabarían siendo irresolubles, un pacto federal parece la vía más sensata y apta para el acuerdo.

De hecho, la federación es una construcción relativamente moderna, inventada, literalmente, por la Constitución de los Estados Unidos de América (1787) y es fundamentalmente distinta a la confederación y a otras formas de asociación de los estados. Después, países como Alemania, Suiza, Canadá y muchos otros siguieron caminos similares que han servido a lo largo de la historia tanto para unir estados independientes como para descentralizar estados que habían sido unitarios. Estos serían los casos de Austria o Australia.

Ante la situación de tensión territorial creciente que estamos viviendo en España en los últimos años, parece razonable pensar que ha llegado el momento de tomar decisiones. Por eso, en un ambiente tan radicalizado, la Declaración de Granada (documento, aprobado por unanimidad, por la dirección del PSOE y sus 17 barones territoriales el pasado 6 de julio, para dar un giro federalista a la política del partido y hacer frente al frentismo soberanista catalán) alcanza su máxima razón de ser. Al ser considerada insuficiente por algunos y, en cambio, demasiado atrevida por otros, es la prueba de que la propuesta está en la línea adecuada.

El documento no es la panacea, pero plantea una reforma constitucional sensata y, tal vez, la última oportunidad para impedir el desastre que supondría caer en cualquiera de las dos tentaciones dominantes, la centralista y la secesionista. Además, la propuesta está basada en principios claros y poco cuestionables: solidaridad, respeto a las identidades diferenciadas, reconocimiento constitucional del mapa autonómico y de los hechos diferenciales y las singularidades políticas. Delimitación explícita de las competencias y creación de un fondo de garantía del Estado de bienestar que preserve los sistemas educativo y sanitario de las posibles crisis futuras y sus efectos devastadores.

El documento propone hacer imposible que un texto directamente votado por los ciudadanos sea frustrado por el Tribunal Constitucional, como ocurrió con el Estatuto de Cataluña de 2006. A Artur Mas (CiU) y a alguno de sus acólitos les ha faltado tiempo para calificar el documento de “engaño”. Para Esteban González Pons (PP) la cuestión “es un asunto interno del partido socialista” y la Declaración de Granada es una concesión al PSC.

Es verdad que para convertir España en un Estado federal se necesita, como mínimo, voluntad y mayoría política. La primera está por ver y la segunda de momento no existe. Lo cual no quiere decir que se haya de abandonar el proyecto. Ni mucho menos. Ahora bien, hay que ser conscientes que el camino será largo y los adversarios no lo pondrán fácil.

Hay que ser realistas, y no podemos olvidar que el PP (antes AP) se ha opuesto siempre a cualquier reforma por sistema. Se opuso a parte de la propia Constitución, a la ley del divorcio, a la ley del aborto, al reconocimiento del matrimonio de personas del mismo sexo y un largo etcétera. Y los secesionistas catalanes están eufóricos con el ambiente proindependentista que se respira en la Cataluña oficialista y no parece que estén dispuestos a atender a razones. Por eso, se deberá perseverar en la idea y no desfallecer en el intento.

Ciertamente, la situación es difícil, pero vale la pena intentarlo. Lo otro, es la debacle. Como dijo Rafael Campalans (1887-1933) ingeniero, físico y político, lo importante no es rendir culto a los muertos, lo importante es rendir culto a los hijos e hijas que han de venir. Y esa labor hoy nos corresponde a nosotros.

Bernardo Fernández Martínez es ex diputado autonómico del PSC y consejero nacional de la Federación de Barcelona del PSC

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13 Comments en “Por un pacto federal”

NOTA: Sean respetuosos con sus comentarios. Se borrarán los comentarios cuyo contenido o enlaces puedan ser considerados difamatorios, vejatorios o insultantes. Recuerden siempre que las formas importan y que hay muchas formas de decir lo mismo. Gracias por participar.
  1. Pau - martes, 16 de julio de 2013 a las 11:34

    1ª Pregunta, ¿En que ve materializada concretamente la mencionada la voluntad recentralizadora del PP?

    Luego, como es costumbre se omite que el actual estado de las autonomías ya es un sistema federal, luego lo que se propone no se debe llamar símplemente federal, sino que debe explicitar que tipo concreto de federalismo se propone.

    Enlazando con lo anterior, en mi opinión lo propuesto por el separatista PSC y aceptado por el PSOE es un sistema CONFEDERAL. Se insiste en “identidades diferenciadas” ” hechos diferenciales” y “singularidades políticas”. Se propone por otra parte el troceamiento del poder judicial en 17 taifas, así como eliminar el voto directo ciudadano para el Senado que tendrá exclusiva legislativa en la mayoría de las materias (los senadores serán elegidos por las Taifas).

    Prefiero seguir como estoy…

  2. Una opinión más - martes, 16 de julio de 2013 a las 11:52

    Lo siento, don Bernardo, el tiempo del PSOE ha pasado y la declaración de Granada es un intento de perseverar en el intento y en el invento, porque el PSOE de Isidoro fue un invento subvencionado desde el exterior, sobre todo por Francia y Alemania, por Editorial Santillana y su El País, el único periódico que quedó prácticamente a nivel nacional.
    No somos Alemania y nos parecemos más a Portugal y Francia, nuestros vecinos naturales, países unidos por la administración, la lengua y el sistema jacobino de gobierno. Alentar el federalismo en España es volver al cantonalismo y, como sabemos, son siete lustros alentando desde el PSOE las diferencias que generan tensiones entre los ciudadanos.
    El País ya no marca los tiempos ni las ideologías, ahora la gente se informa por muchos otros medios y viaja mucho más que hace treinta y cinco años, viendo en los Países Bajos unidad y centralismo, en EEUU normalidad y leyes comunes federales, en Francia una policía común con uniforme de gendarmería común, etc.
    En mi opinión, el PSOE es pasado y su disolución como partido conveniente para los españoles, sobre todo tras ver cómo quedó España en 1996 y finales de 2011, no creo que los desempleados y los míseros pensionistas deseen repetir inventos federales socialistas.
    Finalmente: ¿Ha garantizado la igualdad entre españoles el PSOE o ha beneficiado la desigualdad entre regiones apoyándose en los secesionistas del tripartito?

  3. Topo - martes, 16 de julio de 2013 a las 12:49

    Pau – Martes, 16 de julio de 2013 a las 11:34

    España no es un país federal:

    1.- No tiene cámara de representación territorial
    2.- La financiación actual no es federal.
    3.- En un país federal no hay competencias compartidas.
    4.- Una federación no se hace de arriba a abajo, sino de abajo a arriba.

    Un saludo,

  4. Jose Orgulloso - martes, 16 de julio de 2013 a las 13:13

    A ver si lo entiendo, Don Bernardo.

    Usted propone que, ante las pérfidas intenciones del PP (que todavía no ha llevado a cabo, a pesar de gozar de una amplia mayoría absoluta) y el supuesto independentismo con que nos asustan cada día los catalanistas, el Estado debe descentralizarse aún más, hasta convertirse en un estado federal.

    Pues bien, a todo esto yo sólo le opongo dos realidades. La primera, que ya en 1978 se descentralizó el Estado para dar pábulo a los catalanistas y, esperando así, que se temperaran sus exigencias insolentes; extremo que no se ha logrado ni de lejos. Y la segunda y última, ¿en qué se sustanciará, además de sustantivará, esta diferencia entre un estado autonómico y federal? ¿En que los radicales gozarán de más competencias exclusivas? ¿En que, como en los EEUU, habrá un gobierno federal que recaudará unos pocos impuestos nacionales y unos gobiernos regionales que recaudarán (o no) lo que les dé en gana? ¿Y la impunidad lingüística, cómo queda, Don Bernardo, en su Arcadia federal?

  5. Pau - martes, 16 de julio de 2013 a las 13:54

    Para Topo:

    http://www.uned.es/dpto-derecho-pol....ncinar.pdf

    http://www.decisionciudadana.es/doc....te%29.aspx

    Hay una común acpetación académica en que el actual estado de las autonomías es de facto un tipo de federación.

  6. Topo - martes, 16 de julio de 2013 a las 15:01

    Pau – Martes, 16 de julio de 2013 a las 13:54

    Sé, y conozco esos datos que me aportas, pero sigo manteniendo que mientras no se cumplan los puntos que te he dicho, no será un estado federal real (Pi Margallano, claro)

    Un saludo y gracias por contestar.

  7. robertg - martes, 16 de julio de 2013 a las 16:27

    Un pacto federal necesita del consenso de todas las partes para llevarse a cabo.
    Díficilmente se puede dar un pacto federal mientras una de las partes está sometida al dictado inapelable de la otra.
    Tambien podemos hacer como si Catalunya no existiera pero estaríamos autoengañándonos una vez más.
    España es irresoluble por la vía democrática. O actuamos en plan medieval,como seguramente proponen algunos , sometiendo a sangre y fuego a Catalunya, o el invento se desmorona por todos los lados.

  8. Josep - miércoles, 17 de julio de 2013 a las 11:34

    Estoy bastante de acuerdo con este artículo, pero dudo mucho que se pueda llevar a la práctica un proceso constituyente como el que propone el documento de Granada. Es necesario que el PP esté por la labor y con la que está cayendo, me parece que tienen otras prioridades.

  9. Carlos - miércoles, 17 de julio de 2013 a las 12:26

    El artículo es un ejemplo más de buenismo político y valga la redundancia, políticamente correcto, diseñado para engañar a los bobos del resto de España
    1- El sistema autonómico es como han apuntado algunos comentaristas, un sistema federal de facto. Lo que se persigue es crear un sistema confederal ( con privilegios hacia algunas regiones basándose en una pretendida singularidad ).
    2- El separatismo (CiU,ERC, CUP,IC-IU,y PSC-PSOE) lo consideraría de ser aprobado, un paso hacia la separación, no un acuerdo político con carácter de permanencia. Véase si no como incumplen y hablan de la Constitución estos partidos (acuerdo al que se llegó para INCLUIR a todos los españoles)
    3- Como en el PSOE no se ponen de acuerdo quieren que el resto de los españoles varíen su acuerdo de convivencia para poder ponerse ellos de acuerdo
    En definitiva, es avanzar hacia la separación de Cataluña del resto de España, sin avanzar en la protección de los derechos de los catalanes que nos sentimos españoles, es decir, abandonándonos al totalitarismo pancatalanista (xenófobo e imperialista)
    En mi modesta opinión,el PSOE haría más bien a la causa democrática, uniéndose en Cataluña a los que defienden los derechos constitucionales de todas las personas ( y por tanto la DEMOCRACIA), que están representados por Ciudadanos y PP

  10. Fagot - miércoles, 17 de julio de 2013 a las 20:45

    Para mí, este artículo peca de lo mismo que lleva pecando el PSOE desde que llegó Zapatero. Tomar a la gente por tonta y servirse de ella para apoltronarse, que no para gobernar. Y además hace esto con una falta de autocrítica tan preocupante como muestran las encuestas.

    Ya me da igual que se queira vender la burra (confederalismo) por corcel (federalismo, corcel que ya tenemos como se ha expuesto más arriba) lo que no me da igual, es que no se explique a la gente que cuando compre la burra, falta que el banco le dé el crédito vía referendum nacional y falta ver qué pasa si sale que no hay burra y cómo espolea esto las ansias separatistas al más puro etilo la chapuza descomunal que fue el temita del estatut. Aunque algo ya se sabe, algún representante del PSC ha soltado ya lo de “federalismo o secesión” al puro estilo “la bolsa o la vida”. Ergo creo que no estoy diciendo ninguna barbaridad cuando expongo que este pifostio federalista al que se está dejando arrastrar el PSOE no soluciona ni un sólo problema y crea mínimo 300. Ergo a ver cuando se enteran lso políticos que están para solucionarnos problemas, no para crearnoslos. Bajen de la poltrona, convivan con la gente y a ver si se les pasa ya la tontería de ser moradores del olimpo opinando sobre los mortales.

  11. Angel - jueves, 18 de julio de 2013 a las 16:44

    El Estado de las Autonomías,se hizo únicamente para atender a los nacionalismos periféricos.Aún no hemos terminado de que el Estado de las Autonomías funcione correctamente y ya tenemos al PSOE,inventando el Estado Federal,cuando todos sabemos que el nacionalismo catalán lo único que quiere es hacer a Cataluña un nuevo Estado de Europa.Me sorprende que gente con aparente preparación política crean que la solución para que los nacionalistas se sientan contentos,es convertir España en una república federal.Lo que se tiene que hacer son todas las reformas necesarias para que el Estado de las Autonomías funcione creando riqueza y bienestar social,y modificar la Constitución en los temas que benefician a la mayoría,cerrando de una vez la posibilidad de trocear el Estado que,es lo que hace que el nacionalismo despilfarre sin control,el dinero público que se debiera gastar en sanidad y educación.

    Bernardo,siento decirlo,pero las ideas políticas del PSOE,son del siglo pasado,ahora estamos en la era de la globalización,de las comunicaciones,Internet y
    móvil.Desgraciadamente,va más rápido el desarrollo tecnológico,que los cambios
    ideológicos.El PA

  12. Romualdo - viernes, 19 de julio de 2013 a las 11:56

    Todo lo que se ha expuesto en los comentarios es de una lógica y una clarividencia aplastante.

    D. Bernardo con su experiencia política sabe mejor que nadie que cuando se quiere mejorar algo hay que contar con los que tienen que hacerlo. Si uno está dirigiendo una empresa y hay un departamento empeñado en hundirla, crear otra independiente, o ambas cosas, la solución viene o por obligarles a cumplir con sus funciones o despedir a sus miembros sustituyéndolos por otros leales a la empresa, no por reformar nada que no vaya a ser asumido por ese departamento.

    En España los dirigentes nacionalistas tienen la obligación de ser leales con el Estado. De lo contrario se les tiene que cesar y si se proclaman secesionistas y es legal serlo ilegalizarlo. Porque no se pueden utilizar las instituciones para derribar al Estado y dividir a los ciudadanos. Si quiere conseguir la independencia y luchar por ella que lo hagan fuera de las instituciones. Cuando sean leales con el Estado hablamos de cómo mejorarlo.

  13. Castilla y punto - lunes, 22 de julio de 2013 a las 03:47

    Bernardo Fernández, ruego lea el siguiente enlace:
    SEÑORES DEL PSOE, ANTES ROTA QUE ASIMÉTRICA:
    http://reunificaciondecastilla.blog....a-que.html
    Saludos.

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