“A las élites no les interesa la lucha de clases. Por eso, desvían la tensión que generan las desigualdades en la distribución de la renta hacia el conflicto interétnico o patriótico. Y nuestro modelo lo demuestra” (Joan Esteban, investigador del CSIC; secretario general de la International Economic Association, en una entrevista para La Vanguardia, el 28 de diciembre de 2012).
Traigo hoy a este blog la historia de Muhammad Shahid Nazir, un emigrante pakistaní en Londres. Como muchos de ellos, Nazir se lanzó a la aventura y llegó a la capital británica en busca de un mejor futuro -igual que muchos miles de emigrantes en cualquier gran ciudad, como por ejemplo, Barcelona-.
Tocando puertas, y justo cuando empezaba a perder la esperanza de encontrar un trabajo que le permitiera sostener a sus cuatro hijos -a los que dejó atrás en su lejano país-, dio con un puesto de venta de pescado en el mercado de Queen’s, en Upton Park. Fue entonces cuando su vida cambió. “Mi jefe me dijo que para vender más pescados, tenía que alzar la voz”. De los gritos pasó al canto, y gracias a lo que el vendedor describe como un “milagro divino”, se le ocurrió una melodía que lo llevó al estrellato.
Cantando “Come on ladies, come on ladies; one pound fish. Have-a, have-a look, one pound fish. Very, very good, very, very cheap, one pound fish” (“Vengan, señoras, vengan señoras, un pescado a una libra. Echen un vistazo. Muy bueno, muy barato”) empezó a vender por doquier. Entre risas y pescados, a un visitante del mercado se le ocurrió filmarlo y colgar el vídeo en Youtube. El éxito llegó de inmediato.
Mientras unos -como el vendedor de pescado pakistaní en Londres-, trabajadores honrados, espontáneamente y sobre la marcha, agudizan su ingenio para poder sobrevivir y así dar una oportunidad a los suyos en estos momentos de crisis global; otros -como el vendedor de humo Francesc Homs en Barcelona-, son instrumentos de una burguesía local –tan vulgar como la de cualquier otra parte del mundo-, a los que tras un frío cálculo, no les importa poner en peligro valores sagrados en cualquier sociedad como la convivencia, la tolerancia y el pluralismo.
Ambos pretenden vendernos su producto, aunque la mayoría ya aprendimos, hace tiempo, que no existen los duros a cuatro pesetas. Unos lo hacen por una buena causa: su supervivencia; merecen todo nuestro respeto. Otros para continuar manteniendo sus privilegios de clase a costa de la inmensa mayoría de ciudadanos; estos no merecen sino nuestro desprecio.
Quería terminar las entradas del año 2012 con un canto al optimismo y a la esperanza para el año nuevo, que puede y debe traernos una Barcelona y, en definitiva, un mundo mejor. La globalización, para bien o para mal -siempre hay un poco de todo-, está ya aquí; resulta imparable y deja al descubierto que aquellas contradicciones de las que conocíamos su existencia, antaño tan lejanas, ahora conviven entre nosotros. Podemos aprender de ellas. Si he de elegir para el 2013, me quedo con Nazir y su pescado.
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ANS. HISPANO. - miércoles, 2 de enero de 2013 a las 15:16
Habrá que seguir la línea del mexicano CARLOS SLIM
(el hombre más rico del mundo)
y del castellanoleonés AMANCIO ORTEGA
(el tercer hombre más rico del mundo)
Federico Llosa Marsé (Barcelona, 1966). Sigo perteneciendo, aunque
no me lo pongan fácil, a una especie en peligro de extinción en nuestra
sociedad barcelonesa; la de los hombres honrados, sensibles y orgullosos.
Pretendo con este blog despertar la conciencia de la mayoría de mis
vecinos, poner el cascabel al gato y enceder la llama de la esperanza ante
tanta miseria como nos rodea. Si quieres comentarme o denunciar algo de
Barcelona este es mi correo electrónico: fedllosmar@gmail.com
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Habrá que seguir la línea del mexicano CARLOS SLIM
(el hombre más rico del mundo)
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(el tercer hombre más rico del mundo)
Y los políticos que se vayan para casa.