Polònia 1714-2014
Ahora que con tanta antelación -nada menos que con dos años- el humorista Toni Soler (Figueras, 1965) ha sido designado por el alcalde de Barcelona como máximo responsable de la programación del Ayuntamiento para la conmemoración del 300 aniversario de la Guerra de Sucesión de 1714 y la batalla de Barcelona del 11 de septiembre de aquel año, y como nuestro alcalde, Xavier Trias (CiU), se ha encargado de proclamar a los cuatro vientos, a propósito de tal designación, que “Barcelona es una ciudad que no tiene miedo a ejercer la libertad en todas sus expresiones”, me permito aclararle algunos malentendidos de los que la propaganda nacionalista ni suele hacerse eco ni explica y proponerle, en tono jocoso, algunos actos -seguro que, al menos, el máximo responsable de la productora Minoria absoluta lo agradecerá, pues, al fin y al cabo todos los ciudadanos catalanes contribuimos económicamente a sus programas de sátira política aunque a algunos parezca que no les haga ni pizca de gracia -.
11 de septiembre de 1714: ¿Sabías que…? (fuente: izquierdaliberal.es, 2008)
1) El 11 de septiembre se conmemora la rendición de la ciudad de Barcelona en 1714, tras la declaración de guerra de las Cortes Catalanas el 10 de julio del mismo año al no reconocer estas el Tratado de Utrecht que ponía fin a la Guerra de Sucesión Española. La guerra no fue de secesión, como los nacionalistas venden, sino de sucesión. En dicho Tratado el pretendiente a la Corona española, el Archiduque Carlos de Habsburgo renuncia al trono, reconociendo la soberanía de Felipe de Anjou, contra el que se la disputó en la llamada Guerra de Sucesión Española, tras la muerte sin descendencia del Rey de España Carlos II. Es decir, fue una guerra civil entre partidarios de dos pretendientes a suceder en la corona de España al rey muerto sin descendencia.
PROPONGO: que en 2014, se celebre una sesión solemne del parlamento polaco donde se proceda a proponer una nueva dinastía de reyes españoles, por supuesto con presencia de nobles polacos en su corte, con un único requisito: que no sean de origen gabacho.
2) Madrid, Alcalá y Toledo lucharon en el mismo bando que Barcelona. La Guerra de Sucesión española, al contrario de lo que argumentan los nacionalistas, no supuso el enfrentamiento entre Cataluña-Austria y España (o Castilla)-Francia. Ciudades y comarcas pertenecientes al antiguo Reino de Aragón como Castellón, Alicante, Calatayud o Tarazona, así como el Valle de Arán, y ciudades del interior de Cataluña como Vic y Cervera, fueron partidarias de Felipe V, el rey Borbón. Y lugares como Madrid, Alcalá o Toledo se declararon fieles al aspirante austriaco, el archiduque Carlos. El enfrentamiento entre territorios españoles de 1714 es otra falsedad esgrimida por el nacionalismo para negar el carácter de guerra civil que tuvo aquella sucesión al trono. En realidad ésta fue una contienda internacional en la que se dirimía la hegemonía entre las diferentes potencias europeas.
PROPONGO: que se invite a los ayuntamientos afines de Madrid, Alcalá y Toledo -entre otros- a los fastos a celebrar en Polònia, pues, como leales compañeros de armas así lo merecen.
3) Los catalanes no perdieron sus libertades civiles, sino que los poderosos perdieron sus privilegios exclusivos. Las Cortes Catalanas, lejos de tener las características de una democracia, tal y como la entendemos ahora, representaban a los tres estamentos (clero, nobleza y burguesía) a los que, dentro del patrón feudal del Antiguo Régimen, el Rey les había concedido tal privilegio, relegando totalmente a la inmensa mayoría de la población. Del Rey emanaban todas las instituciones.
PROPONGO: devolvamos, en acto solemne, los polacos los privilegios perdidos a los nobles, especialmente a los que juren acatar el texto original del vigente Estatuto de Autonomía de Polònia sin retoques impertinentes del Tribunal Constitucional.
4) La facción en Cataluña favorable al pretendiente Carlos no partió de una rebelión espontánea ni popular. En realidad, expresaba los intereses políticos de la clase dirigente barcelonesa que quería potenciar su presencia comercial en América, de tal forma que sus privilegios forales no estaban en juego, ya que el pretendiente Borbón en ningún momento los cuestionó.
PROPONGO: que se haga propuesta formal de que el Archivo de Indias pase a emplazarse en Barcelona, capital de Polònia y centro de la España colonial; como debería haber sido siempre.
5) El Rey Borbón reinó sin oposición interna entre 1700 y 1705 hasta el punto que en 1701 había celebrado Cortes en Barcelona, donde no sólo confirmó los fueros, sino que recibió numerosas donaciones.
PROPONGO: que se elijan reyes de un absolutismo sin fisuras, más autoritarios; los que consensuan no sirven a la causa polaca.
6) Los seguidores de Carlos de Habsburgo en Cataluña defendían la unidad de España. Trataban de imponer su candidato al conjunto de todo el país, apelando a la libertad de toda España, recelosos de la influencia francesa; lejos, pues, de cualquier aspiración secesionista o desmembradora. Los soldados que fueron derrotados el 11 de septiembre de 1714 frente a las tropas de Felipe V estaban mandados por el general Antonio de Villarroel, que en su última arenga les recordó: “Estáis luchando por nosotros y por toda la nación española”.
PROPONGO: que se prometa, por el resto de españoles, que la unidad de España es una línea roja que no se debe traspasar -los polacos tenemos derecho a nuestra parte del pastel y a gestionarla-.
7) El denominado decreto de Nueva Planta, llamada en realidad Cédula Real de Nueva Planta de la Real Audiencia del Principado de Cataluña, organizaba las instituciones judiciales en Cataluña, respetando las constituciones y prácticas previas, estableciendo que los letrados fuesen expertos en legislación y lengua catalana. Fijaba el castellano meramente como lengua jurídica y eliminaba los privilegios por nacimiento en un territorio determinado.
PROPONGO: Nada de ser especialistas en legislación polaca, ni hablar; este es un anacronismo que no nos podemos permitir los letrados polacos. Eso sí, debe reconocerse que ser polaco y del Barça es lo mejor que hay. Además, la lengua común jurídica en España que sea el polaco, que suena más dulce que el castellano. ¿O no?
8) El final de la guerra supuso el final de tres siglos de decadencia de Cataluña y el inicio de su resurgimiento económico. El siglo XVIII, lejos de ser un periodo de declive en Cataluña, resultó ser una etapa de particular esplendor y auge demográfico, agrícola, comercial e industrial, que más que fundamentarse en el comercio internacional, centrado en productos agrícolas, se benefició del proteccionismo de la Corona.
PROPONGO: restablecer las aduanas que separaban Polònia de Aragón, Valencia, etc. No hay nada como el proteccionismo para sentirse a gusto y gorronear sin sobresaltos.
9) Rafael Casanova no fue un mártir. El día del asalto final de las tropas borbónicas, Casanova estaba durmiendo y, avisado, se presentó en la muralla con el estandarte de Santa Eulalia para dar ánimos a los defensores. Herido de poca gravedad por una bala en el muslo, Casanova fue trasladado al colegio de la Merced, donde se le practicó una primera cura. Tras caer la ciudad en manos de las fuerzas borbónicas, quemó los archivos, se hizo pasar por muerto, y delegó la rendición en otro consejero. Huyó de la ciudad disfrazado de fraile y se escondió en una finca de su hijo en San Boi de Llobregat. En 1719 fue amnistiado y volvió a ejercer como abogado sin ningún problema hasta retirarse en 1737. Murió en San Boi de Llobregat en 1743. Un verdadero héroe.
PROPONGO: que al polaco Rafael se le abra expediente por no haber sido un buen chico y se le retire la estatua conmemorativa… ¡Y yo que creía que había muerto en combate!
Quizás Toni Soler recibirá demasiadas propuestas para su Polònia de 2014 y las mías no serán aceptadas; pero, al menos, habré contribuido a que se sepa parte de la verdad y a que no se le pille desprevenido. Polònia, es decir, la Cataluña nacionalista, afortunadamente no es toda Cataluña y muchos ciudadanos catalanes y del resto de España lo sabemos.
2014 puede ser el del inicio de un camino juntos, definitivamente, basado en el respeto, la tolerancia y un reconocimiento mutuo enriquecedor para todos; o, el del inicio de un conflicto de consecuencias incalculables, desproporcionadas e indeseables por empobrecedor. Este ya no sería un chiste.
Hay un pequeño error. Vic no fue felipista sino ferozmente austracista. La que fue felipista fue la vecina población de Manlleu.
Efectivamente, tiene razó Vigatà, según la siguiente fuente (página 41):
http://www.gencat.cat/diue/doc/doc_50294521_1.pdf
Gracias por su participación.