Cataluña
‘Si Boadella no es catalanismo, ¿qué es catalanismo? […] Y todavía más: si Boadella no es Cataluña, hasta el punto de tener que marcharse a vivir a Madrid por el continuo desprecio de las instituciones públicas, ¿qué es Cataluña?’
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Salvador Sostres, periodista y empresario, en un artículo publicado en El Mundo este martes:
‘[…] Concretamente el [nacionalismo] catalán ha carecido siempre de grandeza y lejos de pretender el resurgir de una patria se ha obsesionado en cerrarse en el club de los que estamos de acuerdo.
Pienso en Albert Boadella, tal vez el mejor y más catalán de los dramaturgos que ha dado mi país. Si él me lo permite, diré también que el más catalanista porque su minuciosa, asombrosa, deliciosa trilogía sobre Cataluña -Pujol, Pla y Dalí- sólo puede hacerse desde el intenso y sincero amor a una tierra, desde el profundo conocimiento de su gente, por mucho que el sentido ideológico no coincida con el del partido mayoritario. Si Boadella no es catalanismo, ¿qué es catalanismo? ¿qué mayor y más brillante prenda de amor a Cataluña podríamos encontrar en nuestra era? Y todavía más: si Boadella no es Cataluña, hasta el punto de tener que marcharse a vivir a Madrid por el continuo desprecio de las instituciones públicas, ¿qué es Cataluña? ¿qué autor teatral tan extraordinario hemos conocido en nuestro tiempo? ¿qué otra compañía tan profesional y capaz como Els Joglars, con el magnífico, estratosférico Ramon Fontserè al frente?
El nacionalismo dice: “España nos roba”, pero el principal ladrón es su sistema sectario que desposee a la patria de sus mejores genios.
Pienso también en Arcadi Espada, que todavía vive en Barcelona pero sólo porque Dios está en todas partes y vive donde le da la gana. Arcadi, que es tal vez el mejor articulista del mundo y que podría ser perfectamente un activo de Cataluña y parte de su patrimonio, pero al que el nacionalismo con su poca inteligencia considera extranjero. Discrepancias menores que trágicamente se imponen a la afinidad básica: también Arcadi demostró un conocimiento exacto de su lugar en Contra Cataluña, un libro fundamental sobre todo para los independentistas que quieran comprender los errores que hay que dejar de cometer para aspirar a más, los errores que Espada vaticinó en 1997 y que son los que nos han traído esta bancarrota económica y moral.
Es el mismo caso de Valentí Puig, de muy largo el mejor poeta catalán vivo. […] A pesar de que sin Valentí la poesía catalana actual carecería de cualquier importancia, interés y proyección, por causa de sus posiciones en ocasiones cercanas al PP, ha sido sistemáticamente marginado de la cultura oficial. Ni tan siquiera por respeto a la lengua catalana, piedra angular del nacionalismo mayoritario, el partidismo se deja a un lado. Así no hay patria.
También en otras disciplinas el nacionalismo es desleal con la patria. En la gastronómica de un modo muy especial. […] A diferencia de los ingleses, los catalanes no hemos sabido incorporar a nuestro patrimonio ni el jamón, pese a tener a Pedro Hernández en Jamonísimo, ni el sushi, pese a Hireki Matsuhisha en Koy Shunka. Pero, eso sí, nos emborrachamos con cava, tan nuestro como ordinario.
España no nos roba nada en comparación con lo que nosotros mismos nos robamos e incluso el supuesto agravio fiscal es insignificante al lado de los agravios con que nosotros mismos nos mutilamos’.
¿De què delirios hablas? a ver….
A ver si los delirios lods tendrás tú (tan por encima de los otros que crees estar…) A ver….
¿Què delirios? Nombralos….
Que quede claro quién delira….
Cual bandada voraz de aves de rapiña que han alzado el vuelo desde sus respectivos campanarios autonómicos, los políticos se lanzan sobre los despojos de lo que queda de España. Con el pretexto de los delirantes y falaces “hechos diferenciales”, echan por tierra todo el patrimonio común: político, legal, económico, cultural, social, etc., que constituía la España de todos. Les anima el odio a todo lo que nos une, un empeño fanático y frenético por romper el tejido histórico y social que el pueblo español ha ido construyendo a través su historia. Su objetivo es deshacer todo lo que los siglos conocieron siempre unido. Y vemos, impotentes, con qué saña y odio descuartizan a nuestra Nación, liquidan su historia, tan gloriosa y admirable desde muchísimos puntos de vista, y rompen España como unidad política, una creación milenaria lograda ya por los godos en el siglo VII con elementos civilizadores romanos y cristianos, y recuperada por los Reyes Católicos a finales del S. XV, tras ocho siglos de dura lucha contra la invasión sarracena. Para los españoles de veras, nada hay tan doloroso como que nos arranquen las raíces que tenemos tan hondamente metidas en la tierra y en el alma de España.