Cataluña
‘Tiene fácil demostración que, para la etapa parlamentaria que se avecina tras el 20-N, inyectarle al grupo parlamentario de CiU un bloque de esteroides soberanistas sería un sinsentido político’
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Valentí Puig, escritor, este miércoles en La Vanguardia:
‘[…] Aun sin creerse que la vida parlamentaria tiene en España un gran eco, el grupo parlamentario de CiU en Madrid ha sido y es un proyector y plataforma de efectos notorios. Es el laboratorio del pactismo, especializado en prácticas realistas y experimentos que no salgan caros. En eso coincide con los planteamientos de Cambó y en parte con el dualismo deliberado de la Lliga cuando Prat de la Riba marcaba territorio en Catalunya y Cambó lo hacía en Madrid. En sus mejores momentos, esta estrategia le ha dado buenos resultados a CiU, y nada hace pensar que tenga que cambiar en una legislatura en la que parece previsible la llegada al poder del PP y un nuevo juego de fuerzas en la Carrera de San Jerónimo. Por eso es desproporcionado que obtenga mucha más atención mediática el Parlamento autonómico que el Congreso.
Generalmente, quienes en CiU más se empeñan en un nuevo derrotero en Madrid carecen de toda experiencia parlamentaria –tan necesaria y formativa– en las bancadas del Congreso de los Diputados. Con gobiernos del PSOE, del PP o de la UCD, el grupo de CiU casi siempre ha tenido un peso parlamentario considerablemente superior al de su número de escaños, y no sólo por aritmética. El propio Rajoy, después de una legislatura lastrada por el 11-M, trasladó el eje operativo del PP al grupo parlamentario, con resultados óptimos.
Desde la transición hasta este segundo mandato de Zapatero, CiU ha creado desde su grupo parlamentario en Madrid un tejido de complicidades y transacciones muy implicadas con el tejido de la economía productiva, con el mundo de la pequeña empresa y con sectores específicos que a veces no merecen la atención de los dos grandes partidos. Seguros, energía y tantos otros ámbitos de la economía real han tenido como interlocutores efectivos a parlamentarios de CiU. No hace falta ser un asiduo del puente aéreo para constatarlo. Duran ha consolidado esta estrategia del tal modo que su personalidad política es de las más apreciadas por la opinión pública.
Tiene fácil demostración que, para la etapa parlamentaria que se avecina tras el 20-N, inyectarle al grupo parlamentario de CiU un bloque de esteroides soberanistas sería un sinsentido político. En unos cien días estaremos hablando de pactos económicos, de reconstruir la economía y no de modelos de Estado. Previsiblemente, un plato fuerte serán los eurobonos, mucho más que el decreto de Nueva Planta’.
el sr Duran debe estar esperando que le agradezcan sus servicios prestados al mundo empresarial con alguna presidencia de tronio para cuando se jubile de la politica. Estoy pensando en Telefonica o en el Banco de España.
Sí, pero con la amenaza del soberanismo seguro que consiguen más tajada de los eurobonos. Que el problema no es el Decreto de Nueva Planta, como inteligentemente apunta Don Valentín, es totalmente cierto. Pero que con el espantajo de los fueros y los presuntos derechos conseguirán más dinero y poder, tambén.
Porqué no se unen todos los 5-7 partidos grandes para gobernar co Q de calidad polìtica,y dejamos de perder energìas y recursos con oposiciones y contrasentidos?.
Ya tendrìamos que haber madurado polìticamente para saber que la uniòn hace la fuerza?.No ven el ejemplo del eje germano-francés?.