Mientras unos niños jugaban, otros…
Lo dije en Twitter y lo dejo constatado aquí: lo del otro día en Vic, con la ausencia de ministros (PSOE) y consejeros autonómicos (CiU), además del alcalde y ex alcaldes (CiU), es de una basura moral que da vergüenza ajena. Se cumplieron 20 años de uno de los atentados más salvajes de ETA: nueve muertos -varios niños entre estos- y 44 heridos. Fue en la casa cuartel de la Guardia Civil de la localidad barcelonesa.
Hoy escribe esto -que reproduzco tal cual y entero- Arcadi Espada, en su blog en El Mundo, sumándose a la indignación -esto sí es indignante- que producen actitudes y palabras de políticos y personajillos de la televisión:
El periódico informa hoy de la ausencia de Artur Mas de los actos del 20 aniversario del atentado de Vic. No sólo de la ausencia de Mas. Tampoco el ayuntamiento de Vic, aquel tan simpáticamente xenófobo, estuvo presente. En política sólo hay dos asuntos fundamentales: el reparto del dinero y el reparto del tiempo. En cuanto al primero sólo cabe observar el apoyo financiero que las víctimas del terrorismo han recibido en Cataluña. En cuanto al segundo, sólo cabe contar los minutos que Artur Mas ha dedicado al partido de fútbol del otro día. Mientras los niños jugaban, en efecto.
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Los grititos de la señora Rahola. Este impudoroso manoseo de la memoria. Lástima que no haya reservado un hueco para explicarnos quién era ella cuando la bomba de Vic. Cuando la bomba de Vic un Carod Rovira, portavoz de Esquerra Republicana en el Parlament, les escribió a los asesinos, con los que se carteaba:
«Os lo dije ya, hace medio año, en algún lugar de Euskadi, cuando en nombre de mi partido os pedí, formalmente, que no actuaseis más en mi país. Habéis respetado la petición durante seis meses. Ahora, sólo me atrevo a pediros que, cuando queráis atentar contra España, os situéis, previamente, en el mapa».
Dos años después de la bomba y de estas palabras innobles la señora Rahola era compañera parlamentaria (¡de palabra!) de Carod Rovira.
La boca seca, sí.