Bin Laden no podría haber sido juzgado
Manel Gozalbo le pega un repaso a los que califica como “hipócritas ilustrados” o populistas democráticos. ¿El motivo? La reacción que han tenido algunos analistas políticos después de la muerte de Osama Bin Laden. Para el director de Hispalibertas, el líder de Al Qaeda “no podía ser sometido de ningún modo a un juicio”. Estos son los mejores párrafos del extenso texto:
Ignoran que los juicios internacionales son la negación de la justicia, y sirva Nuremberg -tan citado- como deslumbrante ejemplo. En Nuremberg no se juzgaron crímenes de guerra ni crímenes contra la humanidad; solo se juzgaron los de los perdedores, y encima con legislación ad hoc. Pero eso mismo es lo que proponen quienes ahora cacarean garantismos: que juzguemos con legislación ad hoc, que como se sabe es la más alta expresión de justicia y derechos humanos. Por otra parte, ¿por qué habrían los Estados Unidos de ceder su soberanía jurídica a un organismo -inexistente- de justicia internacional? ¿O por qué habrían de hacerlo otros treinta y tantos países más? ¿Cómo? No te oigo. ¿Que le juzque el Tribunal Penal Internacional? Ah, claro, perdón, me olvidaba de tu soberana ignorancia: el Tribunal Penal Internacional, ese donde ahora medra Garzón, no puede juzgar nada anterior al 1 de julio de 2002 (art. 11), fecha de su puesta en vigor. Es decir, que Bin Ladin no podría ser juzgado, con los actuales instrumentos jurídicos, ni por el 11-S, ni por los atentados de 1998 contra las embajadas estadounidenses en Kenia y Tanzania ni por su papel en cualesquiera otros atentados y crímenes de esa misma década.
[…] Igual que se ha sabido que Bin Ladin llevaba encima 1 Bin Ladin (500 euros) y dos números de teléfono para salir de apuros en caso de fuga por narices, también podría haber llevado un chisme o podría haberse acercado pacíficamente a un chisme y haber hecho saltar la casa por los aires, Navy Seals incluidos. No sería la primera vez que algo así sucede, con puertas de por medio como en Leganés o en Kabul hace dos años o sin puertas de por medio en multitud de suicidios decididos como remedio para no caer en manos de la ley.
[…] Es imposible, por tanto, que se le juzgue sin prejuicios. De todo punto imposible. Ergo cualquier proceso nacerá tendencioso y por consiguiente será radicalmente injusto. Pero es culpable, reconoce que es culpable, sabemos que es culpable, sabemos que reconoce que es culpable y sabemos que sabe que lo sabemos. En Estados Unidos, los delitos bélicos, terroristas y contra la seguridad del Estado que se le imputan a Bin Ladin son merecedores de la pena de muerte. Obama tiene razón: se ha hecho justicia.
[…] El problema, a sus ojos [los de los analistas políticos], no son los Estados fallidos donde ha arraigado el yijadismo y toda especie de cucarachismo humano. El problema tampoco es el yijadismo, cuya naturaleza ni siquiera comprenden o que incluso ven con ojos vagamente aprobatorios. El problema es que solo creen en una justicia selectiva y no se atreven a decirlo.