Cataluña
‘Cuní es el rey del desierto. […] Hay que reconocerle este acierto, como afirmar igualmente que el viejo monarca perpetra un periodismo fácil y frecuentemente amarillo […] y un egocentrismo desbocado’
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Vicent Sanchis, periodista, ex director del diario Avui y de BarçaTV, este viernes en Avui:
‘Le ha venido muy bien a Josep Cuní la coincidencia de los 1.500 programas de Els matins de TV3 con el cambio de Gobierno [autonómico]. Así el empresario y periodista ha aprovechado la ocasión para marcar poderes. Proclamaba Cuní, con su coros y danzas, que suyo es el programa con más audiencia de la franja matinal televisiva y “un eje de referencia informativa”. Muy bien. Acierta de pleno. Els matins ha ido ganando adhesiones ya ahora es el más visto de un espacio paupérrimo. Más o menos, unos 80.000 espectadores, que son los que ven una tarde cualquiera un partido entre el Hércules y el Getafe. Porque en aquellas horas la audiencia televisiva está muy marcada por la edad y la escasez. Cuní es el rey del desierto. Y hace de referencia también por la falta de oferta informativa más solvente. Hay que reconocerle este acierto, como afirmar igualmente que el viejo monarca perpetra un periodismo fácil y frecuentemente amarillo, una interpretación afectada de la puesta en escena, como la mayoría del teatro de este país, y un egocentrismo desbocado. ¡Por muchos años, señor Cuní!’.
Com se les foten!!!
del desierto nacionalisto….
¿Ésto, es un elogio? … Porque tiene su qué si es que sí.
¡menudo pájaro el sanchez este!
Pues aunque no sea un personaje de mi devoción, como supongo que sabrán, pero en este caso creo que acierta de pleno. El tal Cuní es un individuo de la más baja estofa que hace un programa comparable al peor de entre los programas de la víscera pero claro, como que lo hace con “bouquet” catalán y en TV3, queda como de lo más fino.
Cuní la voz de su amo.
EL FRACASO DE LAS AUTONOMÍAS EN ESPAÑA… “LAS NUEVAS TAIFAS”
HACE FALTA REFORMAR LA LEY ELECTORAL PARA EVITAR EL CHANTAJE PERMANENTE DE LOS PARTIDOS SEPARATISTAS
Me temo y a la vista de lo que estamos viendo o padeciendo, que en España pasa ya aquello de que… “mientras más gatos más ratones”. Las autonomías han fracasado en muchas cosas y esperemos no terminen en un gran y estrepitoso fracaso total; puesto que las han convertido en “autonosuyas” (como dejara escrito un famoso escritor contemporáneo: Vizcaíno Casas) y es claro, que lo que empezó siendo un Estado centralizado en excesivo; se ha convertido o va en vías de ello… “en un conglomerado de partes o taifas, donde cada reyezuelo se atribuye todos los poderes y muchos más”; sin que las leyes en uso o vigentes, tengan la fuerza que debieran tener para que las aguas vuelvan a unos niveles aceptables y sin renunciar a la autonomía conveniente, que el Estado no tenga que ser una especie de lacayo al servicio de todos estos tinglados montados y que no entendemos… “o entendemos muy bien”.
Puesto que las autonomías, no han reducido el número de funcionarios existente, sino que lo han duplicado, triplicado, cuadruplicado o vete a saber; por lo que se deduce que han servido principalmente, o simplemente, para aumentar los ejércitos de parásitos estatales y que se dan en cualquier nación que se descuide… imaginemos aquí que ya el Estado, se ha convertido en diecinueve “estados” y veinte parlamentos (senado incluido, que para nada sirve).
Por otra parte los servicios que recibimos los súbditos (que no ciudadanos) no han mejorado, ni mucho menos… veamos los apagones recientes en Cataluña y otras; los ya habituales y devastadores incendios, los igualmente crónicos embotellamientos de la circulación por carreteras, la cada vez más desprestigiada sanidad oficial; aeropuertos etc. y en fin… “que en casa que mandan muchos al final no manda nadie y cada cual hace lo que le sale de los güe”. Consecuencia de todo ello, es esa ya enorme costra nacional de corrupciones de todo tipo y de las que nos enteramos por cuenta gotas y muchas veces, por cuanto a “alguien le interesa destapar basuras en beneficio propio y no nacional”.
Como eco de esas “autonosuyas”, en los municipios, provincias y resto de organizaciones políticas; todo el que puede y por los medios que sean, impone su particular dictadurilla… eso sí, llenándose la boca de una democracia que esto que estamos viendo, no es. Y así, no se realizan cosas generalmente de interés público y que beneficiarían a todos, sencillamente por cuanto el “reyezuelo” que puede, pone “su bota” encima de la mesa y dice que… “al enemigo ni agua”… aunque el perjudicado seamos el pueblo, que nos da igual en definitiva, quienes gobiernen… lo que queremos es que lo hagan bien, eficaz y económico… puesto que esa es otra… estamos pagando impuestos en tal cantidad que ya es bochornoso lo que nos obligan a pagarles para lo poco que nos retornan justificando tan depredación.
El Estado central no debe ser tan nefasto, cuando países tan desarrollados como Francia o Inglaterra (y otro igualmente prósperos) no han permitido “autonosuyas”; y si algunos ceden algo, desde luego todo lo que es vital para la conservación de un Estado organizado (que es muchísimo) ello no lo ceden a nadie. En Inglaterra han retirado varias veces las concesiones (mínimas) autonómicas, y el día en que esto escribo, se retira de allí el Ejército inglés, que ha estado 40 años… “pero es que los ingleses tienen güe”… lo han demostrado siempre y de ahí, su imperio y su idioma imperante.
Por otra parte y lo reitero; el Estado centralizado nos resultaba mucho más económico y bastante más eficaz, puesto que “nos dejaba mucho más dinero del que nosotros ganamos, para administrarlo nosotros”; y ello creó riqueza enorme e ilusionante; hoy todo el mundo sólo piensa en cómo eludir los impuestos que pueda y ello no es otra cosa que los resabios hacia los nuevos señores feudales y las cargas que nos imponen, simplemente buscando sus propias riquezas para hoy y “para mañana”… y el colocar y bien colocadas a todas sus mesnadas, puesto que la política no es hoy un servicio, es simplemente una conquista y en toda conquista… el conquistador la quiere explotar de por vida, e incluso dejarla a sus herederos.