España
‘Recuerdo que tras el magnífico resultado del PP de Cataluña en 1995, Cascos sacó en hombros al entonces presidente del PP catalán del hotel. El verano siguiente, el mismo que había ensalzado hasta el ditirambo al triunfador, actuaba como brazo ejecutor de los acuerdos alcanzados entre Aznar y Pujol’
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Aleix Vidal-Quadras, eurodiputado del PP y ex líder conservador en Cataluña, en un apunte en su blog titulado Un final lamentable y publicado este martes:
‘No cabe ninguna duda que uno de los puntos débiles de nuestro sistema político es la falta de democracia interna de los partidos, estructuras burocratizadas en las que cúpulas oligárquicas y cooptadas monopolizan un poder que se extiende a todo el entramado institucional.
[…] Ahora bien, estas verdades incuestionables no le dan la razón sin más a Francisco Álvarez Cascos en su conflicto con la dirección nacional de la formación en la que ha militado durante tres largas décadas. En primer lugar, resulta poco creíble que alguien que jamás practicó la democracia interna cuando era Secretario General del PP, la reclame ahora airadamente. Recuerdo perfectamente que tras el magnífico resultado obtenido por el PP de Cataluña en el otoño de 1995 con triplicación de escaños y un porcentaje de votos en unas elecciones autonómicas todavía no alcanzado hoy, Cascos sacó en hombros en plan torero al entonces presidente del PP catalán del hotel en que se celebraba el éxito. El verano siguiente, el mismo que había ensalzado hasta el ditirambo al triunfador, actuaba como brazo ejecutor de su apartamiento de la política catalana en virtud de los acuerdos alcanzados entre Aznar y Pujol. Se le impidió presentarse a un Congreso Regional que tenía ganado y el argumento del ahora campeón de la democracia interna, según consta en las hemerotecas, fue que un partido es como una orquesta en la que todos deben tocar la misma partitura bajo la batuta del director y el que no esté de acuerdo, que se marche.
Por consiguiente, el espectáculo al que estamos asistiendo estos días es un tanto grotesco. Si se hiciera una encuesta a todos los responsables territoriales del PP de la época en que Cascos sentaba sus reales en la planta séptima de Génova 13 sobre su forma de entender la disciplina y sobre su modo de tratar a sus subordinados, el resultado no sería precisamente favorable al presunto salvador del centro-derecha asturiano. Por otra parte, si hay un defecto letal para un político, es la soberbia. Y la reaparición del antiguo hombre fuerte del PP ha sido muy típica suya: aquí estoy yo y todo el mundo a obedecer y a someterse dado el inmenso favor que les hago aceptando encabezar la candidatura. Como es natural, la reacción de la actual Secretaria General nacional y de no pocos de sus correligionarios asturianos ha sido la misma que la de los romanos cuando vieron aproximarse a Atila. Otro detalle que conviene no olvidar es que fue Francisco Álvarez Cascos el que provocó en 1998 la salida del PP del gobierno del Principado con escisión incluida por su enfrentamiento puramente personal con Sergio Marqués, en una muestra antológica de prepotencia y de autoritarismo.
[…] Y es que debe ser terrible que le apliquen a uno su propia medicina’.
Me parece recordar que en Asturias era presidente un tal Marqués, con mayoría absoluta. Fue depuesto por el que era secretario general del PP, Sr. Alvarez Cascos, y, desde entonces el PP no levanta cabeza en Asturias… Se non e vero, e ben trovato
Para los que ven en Álvarez Cascos un paladín de las esencias del verdadero PP, esas derechas mediáticas que lo ensalzan, hemos de decir que su escisión es un golpe más a la España ilustrada de ciudadanos iguales en derechos.
Bueno, quizá tengan razón, si esas esencias del PP son las de una confederación de derechas autónomas en una España donde los ciudadanos no tenemos los mismos derechos según donde vivamos.
No hace falta asombrarse de que Cascos pretenda ser el régulo de su taifa, como Revilla en Cantabria o Sanz en Navarra, por su proyecto localista de privilegios para Asturias.
Efectivamente basta con recordar que Cascos fue el verdugo que cortó la cabeza de Vidal-Quadras para satisfacer a Pujol.
Salud y libertad, ciudadanos
¡No es la pensión, estúpido, es el despilfarro autonómico!
La Cataluña ilustrada
LO QUE HAY QUE HACER ES ELIMINAR LAS TAIFAS QUE SON LAS AUTONONMÍAS. QUE SON UN DESASTRE PARA LA UNIDAD DE ESPAÑA Y PARA LA IGUALDAD Y LA JUSTICIA ENTRE ESPAÑOLES.
ELIMINEMOS LAS BARRERAS ABSURDAS QUE NOS HAN PUESTO LOS POLÍTICOS AL SERVICIO DE SUS INTERESES Y DE QUERER SER CABEZAS DE RATONCITOS.
DESTERREMOS EL ESPÍRITU “BONSAI” Y DE CAMPANARIO PARA TRABAJAR TODOS POR ESPAÑA Y POR NUESTRA UNIDAD E IGUALDAD.
Alvarez Cascos fue una de las primeras víctimas del catalanismo inmisericorde. El otro fue (y sigue siendo) Vidal-Quadras.