Cataluña
‘En el seno de los socialistas catalanes, catalanismo y socialismo, no son elementos contrapuestos sino complementarios’
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Joan Ferran, diputado autonómico, dirigente del PSC y ex primer secretario del PSC de Barcelona, en un apunte en su blog este viernes:
‘La ansia de generar noticia lleva a más de uno a caer en una espiral sin final dando vueltas y más vueltas sobre el mismo tema. La insistencia llega al extremo de intentar hacer hablar, y actuar, a muchos que prefieren mantenerse calladitos hasta la hora señalada en todos los partidos políticos. Es decir: durante los congresos. Algunos medios de comunicación y alimentadores de intrigas se han empeñado en hacer una radiografía del PSC donde el pedigrí catalanista del personal se convierta en el hecho diferencial. Creo que se equivocan. En el seno de los socialistas catalanes, catalanismo y socialismo, no son elementos contrapuestos sino complementarios. Ambos están contemplados desde los instantes fundacionales del PSC y son, tanto uno como otro, suficientemente flexibles y laxos como para permitir la identificación de miles de ciudadanos alrededor de las siglas del partido. Así las cosas este no es, ni puede ser, el debate pendiente a realizar’.
11 Comments en “‘En el seno de los socialistas catalanes, catalanismo y socialismo, no son elementos contrapuestos sino complementarios’”
Lo último LVdB
estos dirigentes politicos actuales son ignorantes en la historia el socialismo por su propia definicion historica nunca es nacionalista puesto que es internacionalista.
El problema no es que catalanismo y socialismo sean o no compatibles.
El problema esta en que el Partido Socialista Obrero Español,que es un partido de ambito nacional como su mismo nombre dice,es incompatible con el PSC,si este partido es catalanista,que significa ser nacionalista catalan,por lo tanto,su ideologia es contruir a cataluña como nacion dentro de la nacion española.
Quien completamente incompatible con el PSOE es el PSC siempre que sea catalanista.
Si el PSC se desliga del PSOE,puede considerarse catalanista,socialista o lo que quiera,pero pertenciendo el PSC al PSOE.
No puede el presidente de la SEAT en una sucursal de españa vender coches de la Renault,porque esto es incompatible con su cargo.Esto es lo que esta haciendo el PSC en cataluña,vender a cataluña como una nacion.
Joan Ferran el PSC puede ser lo que quiera,pero siempre que no sea parte del PSOE.
Desde hace tirempo el PSC estais jugando con las cartas marcadas.Estais haciendo trampas a los votantes socilalistas de cataluña,porque estais impidiendo que podamos votar en catyaluña al PSOE,que es lo que muchos votantes socialistas queremos.
Queremos ser españoles y para nada nos importa el catalanismo.
Quien no se considere nacionalista catalan,nunca mas debe votar al PSC,por ser un partido estafador.
A buen entendedor, sabe que eso se llama nacional-socialismo, lo que pasan que juegan con la ignorancia de la mayoría de sus votantes y las ansias de poder de los socialista españoles.
Si el socialisme no és nacionalista, perquè els socialistes espanyols defensen els seus privilegis enfront dels dels portuguesos?
Nada de complementarios, el PSC ha utilizado el socialismo y a sus bases y votantes como señuelo para colarnos nacionalismo en vena, y la direccion de ese partido, con escasas excepciones, han traicionado a miles de socialistas y cientos de miles de votantes entregándo a todos atados de pies y manos al nacional catalanismo.
el problema real inconfesable del PSC es su doble alma. Pero no el socialismo, sino el españolismo. El españolismo si que es absolutamente incompatible con el catalanismo.
Alwix. Qué edad tienes para hacer las preguntas que tú haces.?. Debes tener pasaporte y carnet de identidad. Pues léetelos y no des las tabarra con cosas que no sabes. Para eso está el colegio.
¡Vaya papeleta!
Que la colosal estructura del edificio del poder político del PSC en Catalunya ha quedado en estado enormemente ruinoso, tras el varapalo electoral del pasado domingo, no parece que vaya a ponerlo en duda alguien con dos dedos de frente. Hace algunos años (algo más de siete), cuando su candidato empezó a maniobrar, al encaramarse a la presidencia de la Generalitat, muchos progresistas creyeron encontrarse en situación de orfandad y no tardaron en mostrar gran estupor ante la deriva nacionalista de la federación catalana. Lejos de rectificar, con el cambio de líder al dar por finalizada la primera aventura tripartita, aun exhibieron mayor firmeza en la misma contradicción ideológica. La consecuencia del segundo examen, ante el electorado catalán, ha malogrado el arduo trabajo de décadas, además de dejar en la estacada quién sabe si en dilatado período a la formación política. Pero el engranaje que parece que ha sufrido mayor deterioro, en apresurado e imbécil alejamiento de los valores propios del Socialismo en un partido que hace gala del mismo en su propia sigla, es el de sus militantes y simpatizantes. Estos se han visto forzados, por los inagotables hechos de sus dirigentes en el gobierno de las instituciones públicas en Catalunya, a defender los mismísimos argumentos contra los que debían combatir escasos años atrás. Abrazar postulados propios del Nacionalismo, bajo el subterfugio del eufemismo “Catalanismo”, no deja de ser una de las muchas contradicciones en las que han incurrido desde el PSC. En el mismo sentido, el hacinamiento de ultracatalanistas entre la cúpula dirigente contrasta y chirría brutalmente con la ausencia de ellos entre las bases del partido y sobre todo entre su electorado natural. No obstante, pocas cosas han menoscabado más la paciencia de sus ya mosqueados seguidores, en el tramo final de la legislatura, que el ademán de aparente rectificación subyacente en sus promesas y actitudes electorales (el díptico bilingüe, el repentino desacuerdo con las multas lingüísticas, la extemporánea e hipotética cumbre anticrisis…, por mencionar algunas) solapándose en el tiempo con los últimos estertores de la acción de gobierno en la disparatada línea ininterrumpidamente seguida durante las dos últimas legislaturas. No hay quien hable más libremente que la pluma, pero las teclas de mi portátil carecen de pelos y como tampoco hay dos sin tres, mucho me temo que el sucesor de Maragall y Montilla pueda ser presentado en sociedad como el increíble adalid dotado de la persuasión necesaria para hacer pasar el Nacionalismo por la rama más pura y ortodoxa del Socialismo.
Quedarse en cruz y cuadro.
En la vasta trayectoria pública del partido “socialista” en Catalunya (PSC), durante el actual período democrático, jamás se le vio tan contra las cuerdas como en estos días. Sacudido sin piedad por los resultados electorales del pasado 28 de noviembre, sorprende que sus líderes no cierren la guardia a puro garrotazo y tente tieso. Tal es así, que, la visión múltiple sobrevenida por años de arriesgada actividad, ahora, tras el golpe directo recibido, parece haberles producido incluso un desdoblamiento de personalidad o lo que es lo mismo… de alma. Mudables como la Luna, algunos de sus componentes, pertenecientes al sector ultracatalanista, prosiguen en su recital de fintas sobre refundación, de cara a la concurrencia, cual macarenos de taberna. No satisfechos con los golpes bajos lanzados durante dos legislaturas en el poder en contra de su parroquia de electores catalanes (que no catalanistas), ahora pretenden rivalizar con el mismísimo PSOE en el cuadrilátero del Congreso de Diputados. Entre asaltos, conmueve ver a los dirigentes derrotados en su esquina mirando el moco y no de dónde cuelga, mientras el ala más nacionalista, a su alrededor, no ceja en hacer mangas y capirotes con sus morrocotudos dislates patrióticos. Hay dicotomía en el verdadero púgil socialista que no muda cada semana, como camisa limpia: los partidos políticos como las instituciones públicas se deben a los ciudadanos y nunca al contrario como pretende el nacionalista a ultranza. Pero, en las postrimerías de la pugna, es de ver al cuidador de las esencias “verdaderas” ocultando la toalla mientras advierte al árbitro, en cómica pantomima, de la inminente mudanza del Partido al barrio de los calvos; es decir, a la fantasmagórica sepultura que él mismo ha excavado en el cementerio.
El PSC tiene un problema: Se llama “Utilización y Explotación” del Socialismo Español.
¡Así es!
El PSC, es tan nacionalista como ERC / CIU, y sólo busca lo mismo que ellos.
Pero, el PSC, le falta cintura y arrojo para enfrentarse a la verdad, y cara a cara decirle a los votantes socialistas de CAT:
Votantes Socialistas. Vds. que votan PSOE se están equivocando al votar al PSC. Porque el PSC practicó, y practicará las mismas políticas “nacional-catalanistas” que ha hecho ERC y CIU.
Si Vd. es un votante socialista, y en su voto dá la elección al PSC, ¡debe saberlo! Ya que el PSC sólo piensa en la miniatura Catana. No en el ámbito mayoritario español.
Pero, lo dicho:
El PSC, ha hecho como CIU y Jordi Pujol en su época: “Decirnos una cosa a los cuiudadanos y por lo bajini y por la espalda y atraición” practicar la contraria, sólo en beneficio del nacionalismo catalanista.
Por lo tanto Sr. Ferrán:
¡Dejen de engañar a los votantes! ¡Digan de una vez que seguirán engañando a quienes les voten si piensan en PSOE! ¡Y finalmente desvincúlense de él como un partido nacionalista de CAT más! ¡No sean hipócritas! ¡No engañen más a la ciudadanía!
¿Acaso no hemos tenido suficiente engaño desde Maragall?
¡Un respeto a los catalanes!
Joan Ferrán……….gente como tú no tiene derecho a hablar de socialismo……siempre fuístes y continúas siendo un vulgar submarino del catalanismo, como tantos otros sátrapas del psc viviendo del cuento y de la mentira. Callado estarías mucho mejor.