Leguina: ‘Que no estás de acuerdo con el nuevo Estatuto, pues eres un rancio nacionalista español, […] cuando no un añorante del franquismo’
Joaquín Leguina, ex congresista del PSOE y ex presidente autonómico de la Comunidad de Madrid, en un artículo publicado este lunes en El Siglo:
‘En la España de hoy, si alguien osa oponerse a cualquiera de los designios o propuestas procedentes de los nacionalismos periféricos será tachado ipso facto –como si de un insulto o descalificación definitiva se tratara– de nacionalista español y, por lo tanto, de centralista.
Que no estás de acuerdo con el nuevo Estatuto, pues eres un rancio nacionalista español. Que rechazas la normalización lingüística consistente en la expulsión del castellano de la esfera pública (escuela, Parlamento, televisión pública, etc.) pues lo haces porque eres un centralista, cuando no un añorante del franquismo. En fin, incluso si te limitas a defender la vigencia de la Constitución Española de 1978 es que no has entendido “la evolución de las especies”, vale decir la nación catalana, el Euskadi libre o la Galiza ceibe.
Estamos pues ante un diálogo de sordos impuesto por aquellos que no están dispuestos a discutir de lo que para ellos es indiscutible y si te atreves a poner en solfa esas encastilladas posiciones, pues, ya sabes, eres un nacionalista español. Y ésa es otra porque hay nacionalismos buenos, los suyos, y uno malo: el español.
Pero no hay nacionalismos buenos, todos son malos, y ese nacionalismo español que sirve para motejarnos podrá existir, pero no lo practicamos la mayoría de los españoles que no comulgamos con las ruedas de molino con las que pretenden obsequiarnos los nacionalistas periféricos
[…] Que yo sepa, ninguno de entre ellos [PSOE o PP] se cree que la España de las Cortes de Cádiz estaba ya presente en el pensamiento de Indíbil, de Mandonio o de Viriato. Tampoco las hazañas de Fernando el Santo o del Católico se hicieron para engrandecer a una patria preexistente, anterior a los romanos y a los godos.
En fin, liberales o socialdemócratas no suelen creer en destinos divinos, ni en mitos, razas u otras construcciones ideológicas; son demócratas que sólo reclaman libertades y derechos y no pueden ser tachados de “nacionalistas españoles” sin mentir. Serán patriotas, pero no son nacionalistas’.