Ramoneda: ‘Montilla afirma que no cambiará ‘sus principios a cambio de ser investido’. ¿Está diciendo que sí los cambió hace cuatro años? Los socios son los mismos, y sus exigencias también’
Josep Ramoneda, director general del Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB), en un artículo en El País el 26 de octubre de 2010:
‘[…] A pesar de los éxitos innegables en cuanto a realizaciones concretas, el tripartito ha fracasado políticamente. Las encuestas lo dicen de manera rotunda. La gente no quiere que se repita. La teoría electoral dice que tener el gobierno da un plus de votos de en torno a los tres puntos a la hora de la competición. El tripartito será una excepción: gobernar le ha restado. No ha habido un mensaje político compartido. Y el PSC se ha ido desdibujando a medida que el tiempo pasaba. Buscando la sintonía con el electorado, Montilla niega el tripartito. Juega, además, con la ventaja de que, probablemente, los resultados electorales no darán oportunidad a la verificación de su promesa, es decir, anticipa su fracaso. Montilla afirma que no cambiará “sus principios a cambio de ser investido”. ¿Está diciendo que sí los cambió hace cuatro años? Los socios son los mismos, y sus exigencias también. El ecologismo y la independencia siguen siendo sus banderas. ¿Qué gana el presidente con esta renuncia? ¿Es posible aspirar a ganar unas elecciones negando el gobierno que se ha presidido durante cuatro años? ¿Qué confianza genera con ello a los ciudadanos? El acto del Liceo da la sensación de un rito de exorcismo: el presidente y su partido expulsan los demonios que les han torturado durante cuatro años y se sienten liberados. Pero me temo que liberados para la derrota.
[…] Ante este panorama, la negación del tripartito solo cabe entenderla en clave poselectoral. Montilla ha llegado a la conclusión de que la suerte está echada. Con sus bandazos, ya no para ganar sino para salvar los muebles, tiene más posibilidades de restar que de sumar, porque desconcierta a todos. Y lo que hace es situar al PSC en el día siguiente. ¿Cómo? Con el regreso al pasado. El PSC deja de priorizar la construcción de una izquierda nacional catalana, para regresar a la disputa identitaria, para volver a ser la alternativa al nacionalismo y sus diversas variantes. En realidad, es un retorno a la anormalidad de un país sin alternativa. El PSC vuelve así a una cultura que siempre ha estado latente: sus elecciones son las locales y las españolas, no las catalanas. Es lo que de él espera el PSOE. Pero, cuidado, porque la pendiente de la derrota suele ser muy inclinada y genera efectos en cadena. El día después del entierro del tripartito, la pregunta es: ¿quién reconstruirá la izquierda nacional catalana?’.