Opinión
Trifulcas sureñas
‘Ante el alborozo político-mediático cabe alzar el dedo y preguntar por la existencia y montante del rescate aún a riesgo de toparse con la enhiesta rojigualda y las acusaciones de deslealtad. Una vez más el debate ciudadano debería evitar el descalabro quijotesco’.
A la luz de la trifulca partidista sobre Melilla es bueno releer la crónica que el espectador Eça de Queirós escribió en 1894 anunciando un desastre en ciernes en el Rif. Es bueno no por el desastre, qué duda cabe, sino por el análisis de una dualidad psicológica que encuentra en el patriotismo la síntesis de la fricción:
“El español es heroicamente bravo. Otras razas, la inglesa, la rusa, la francesa, poseen ese heroísmo especial que consiste en soltar un grito, blandir la espada y correr soberbiamente hacia la muerte. Donde el español se muestra único, es en el desprendimiento con que sacrifica todos los intereses cuando se trata de la honra de España, o de lo que él cree en ese instante que es la honra de España. Entonces, invariablemente, reaparece el sublime Don Quijote.
Y resulta tanto más heroico si consideramos que al español no le faltan ni el raciocinio, ni la prudencia, ni el claro sentimiento de la realidad, ni el amor por los bienes acumulados, ni siquiera ese egoísmo cachazudo que tan magistralmente muestra Sancho Panza. Pero aunque sepa y se dé cuenta de lo que va a perder, marcha jovialmente y lo pierde todo con entusiasmo, porque se trata de su patria”
Podrían simplificarse los ardores guerreros estivales del ex presidente José María Aznar con la cita de marras de Queirós. Sin embargo su hazaña cuartelera queda atemperada por la timorata política exterior socialista, tan dada a una malentendida civilidad dispuesta siempre a la concesión. Situados en la canícula sureña, y recién liberados los voluntarios Roque Pascual y Albert Vilalta, el Gobierno se ha apresurado a sacar pecho coincidiendo con la buena digestión tras el encuentro entre Mohamed VI y Alfredo Pérez Rubalcaba.
Volviendo a la trifulca partidista y echando mano de la carambola, los socialistas, nada sobrados en alegrías interiores, se afanan en demostrar la buena mano izquierda en diplomacia. A las negociaciones cubanas de Moratinos suma el apaciguamiento melillense y la liberación de voluntarios. Ante el alborozo político-mediático cabe alzar el dedo y preguntar por la existencia y montante del rescate aún a riesgo de toparse con la enhiesta rojigualda y las acusaciones de deslealtad. Una vez más el debate ciudadano debería evitar el descalabro quijotesco.
Jordi Bernal es periodista
Tópicos, tópicos y sólo tópicos.
Gusto de leer tus entradas, pero esta la encuentro floja y correctísima.
Aznar ha hecho lo que cualquier gobierno normal hubiera hecho. Y de paso se ha dado el gudtazo y le ha devuelto y le ha pasado por los morros la visita de ZP en 2001
El español -si es que existe aún- no es más que mariconcete que pone su trasero frente a los árabes que serán los auténticos amos de lo que ellos llaman AL ANDALUS… y como no nos espabilemos “las Españas” -porque cada uno corre por su cuenta, esa es la única verdad- hablaremos dariya en menos de dos siglos ¡y las mujeres bien tapadas! sopena que se imponga la Ley Islámica como en Extremo Oriente