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‘España entra así [gracias al Estatuto de Autonomía de Cataluña] en un camino incierto, que no sabemos a dónde nos conducirá, porque el Estado de las Autonomías, tal y como ha funcionado hasta ahora, ya prácticamente no existe’
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Jorge de Esteban, catedrático de Derecho Constitucional y presidente del Consejo Editorial de El Mundo, en un artículo publicado el 15 de julio de 2010.
“Supongamos que se concediese a Cataluña absoluta, íntegramente, todo cuanto los más exacerbados postulan. ¿Habríamos resuelto el problema? En manera alguna; habríamos dejado plenamente satisfecha a Cataluña, pero ipso facto habríamos dejado plenamente, mortalmente insatisfecho al resto del país. El problema renacería de sí mismo, con signo inverso, pero con una cuantía, con una violencia incalculablemente mayor; con una extensión y un impulso tales, que probablemente acabaría (¡quién sabe!) llevándose por delante el régimen”. Estas palabras de Ortega, pronunciadas en el Congreso de los Diputados el 13 de mayo de 1932, cobran de nuevo su total vigencia, tras lo que está pasando en España en estos días aciagos. Porque, hay que decirlo claramente, la manifestación del sábado, presidida por un atolondrado Montilla, militante del PSOE y ex Ministro de España, no era en contra de la provocación del Tribunal Constitucional, sino contra la Constitución de España, que ya no rige en Cataluña desde la entrada en vigencia del Estatut, porque como dije aquí hace ya cinco años, la Constitución había sido derogada de facto en Cataluña. Por eso es inútil hacer sesudos análisis jurídicos de la sentencia del Tribunal, porque todo el Estatuto de la A a la Z es inconstitucional, ya que con su aprobación se había producido una metamorfosis jurídica, según la cual la autonomía concedida en el Estatut de 1979 se había convertido en este nuevo en soberanía. Ya no era un Estatuto, era el embrión de una Constitución.
Volviendo a Ortega, el español que mejor ha comprendido la particularidad catalana y su peligro para la unidad de España, definió así la autonomía, en ese mismo discurso que he citado: “La autonomía significa, en la terminología jurídicopolítica, la cesión de poderes; en principio no importa cuáles ni cuántos, con tal de que quede sentado de la manera más clara e inequívoca que ninguno de esos poderes es espontáneo, nacido de sí mismo, que es, en suma, soberano, sino que el Estado le otorga y el Estado lo retrae y a él reviene”.
Pues bien, desde el mismo momento en que el Parlamento catalán aprobó el proyecto de Estatut, los diputados, como en el juego del mus, echaron un órdago al Estado, para cambiar la autonomía por la soberanía. Y lo hicieron porque el presidente Zapatero había dicho aquella nefasta frase que no hace falta repetir, y que, sin embargo, no se la habían creído del todo los parlamentarios catalanes. Es reveladora a este respecto la afirmación que hizo el entonces conseller de Gobernación del Tripartito, Joan Carretero, en la actualidad fuera de ERC, tras ser expedientado, el día 19 de marzo de 2006, en una entrevista en La Vanguardia. Decía así, criticando la redacción del Proyecto que pare él resultaba todavía “poco ambicioso”: “El Estatut se aprobó aquí porque los dos partidos mayoritarios sabían que lo que se aprobara aquí ya lo afeitarían después en Madrid. Todo el mundo votó, pero sabiendo que esto iba en broma….”. Y, a continuación, el periodista le pregunta qué tendría que pasar para que su partido y él votaran a favor del Estatut, a lo que responde: “Para mí lo más importante es que el artículo 1º diga que Cataluña es una nación. Punto y aparte. Si se pone esto, yo voto que sí, porque a pesar de que se hable de la financiación, lo más importante es que te definan como una nación, porque de eso se deriva todo lo demás”.
[…] España entra así en un camino incierto, que no sabemos a dónde nos conducirá, porque el Estado de las Autonomías, tal y como ha funcionado hasta ahora, ya prácticamente no existe. De ahí que Ortega, partidario de conceder la autonomía a todas las regiones de España, cuando vio cómo se torcían las cosas en Cataluña, dijo, que, admitiendo la igualdad para todos, a lo que se oponía es “a que se diese una prima al nacionalismo”. El presidente Zapatero parece, pues, que no ha leído a Ortega, el mejor pensador español del siglo XX.
Gran artículo del Dr.de Esteban. Buena referencia a Carretero, el más sincero y coherente de los independentistas. Solo si el Estatut ponía que Cataluña es una nación, hubiera apoyado el Estatuto y no hubiera abandonado el Gobierno de la Generalidad. ( vaya diferencia con el resto de sus ex.comañeros en el tripartit).Ciertamente el Estatuto ba mucho más allá de ser un mero desarrollo de la Constitución, y pretende buscar su legitimidad y fundamento en el pueblo de Cataluña, obviando a que este está integardo en el pueblo español, único depositario (de momento) de la soberanía nacional. Es decir era un Estatuto con trampa, que forzaba la Constitución, y desde luego era perfectamente conocido por los propios expertos que redactaron el primer borrador, entre los que estaba elprofesor Dr. Viver Pi-Suñer, reputado jurista, de los que en su etapa de Magistrado del Tribunal Constitucional, le cupo el honor de dictar la Sentencia que supuso la liberación de la cárcel de la “mesa nacional de Herri Batasuna”, y que avaló la supuesta constitucionalidad del artículo 1.1 del borador que no en el preámbulo, que “Cataluña es una nación” y del resto del estatuto que fue rebajado sucesivamente, tanto en comisión y pleno en el Parlament, como en comisión y pleno del Congreso y Senado. Pues a este excelso jurista, ahora con su nueva piel de, director de l’Institut d’Estudis Autonòmics, es entre otros al que en su condición de experto, le ha encargado el Sr. Montilla el analisis de la Sentencia. Y claro, el resultado es que no se toque una coma de nada.
A pesar del futuro incierto, nos queda en Cataluña seguir luchando por la Constitución Española como marco supremos de convivencia de todos los españoles sin excepción y desde Ciutadans, lucharemos codo con codo con todos los constitucionalistas de buena
Gato,
La soberania reside en el pueblo y en Catalunya el pueblo dice que sois una anecdota, 15% como mucho, por lo tanto, si tan democrata te crees ser, lo que tienen que hacer es respetar la voluntad del 85%, que es una inmensa mayoria. HIPOCRTA ESPAÑOL!
Hace setenta y pico años nos llevó a un río “colorao”, de sangre.
Ufrasico. Qué noi?. Amenaçant com sempre??.
Vosaltres l’espanyolam, amb la navalla a la mà, com sempre.
Por donde han pisado los pies españoles, solo han dejado la tierra de color rojo, y sus manos manchadas de sangre.
Me temo que en las escuelas se ha enseñado muy poca historia de España, y encima mal.Antes llegabas hasta los Reyes Católicos y de ahí por arte de birlibirloque al” glorioso alzamiento nacional” y ahora el Ebro en Cataluña nace en un país extranjero. Y así nos va………
Elvira Linda Martínez : És que és la veritat: l’Ebre neix en un païs extranger !!. i què? hi ha algún problema amb això??
Si siempre se amenaza al Pueblo catalán con sangre a la hora de discutir su futuro como Estado soberano…
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