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‘La sentencia [del TC], en sus líneas generales, era perfectamente previsible. Los responsables del desaguisado no son los magistrados del TC sino quienes elaboraron un texto con aspectos disparatados’
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Francesc de Carreras, catedrático de Derecho Constitucional en la Universidad Autónoma de Barcelona, en un artículo publicado en La Vanguardia el 10 de julio de 2010.
‘[…] Todo empezó como un juego para ganar las elecciones autonómicas del 2003. Pensaban que en Madrid seguiría gobernando el PP y el proyecto de Estatut se aprobaría en Catalunya y se atascaría en Madrid. Pero perdió el PP y Zapatero, como otras veces, no supo calcular la jugada. Ahí comenzó el drama que ayer acabó con una sentencia mucho más severa de lo esperado.
Su lectura en diagonal nos lleva a la conclusión de que buena parte de los preceptos interpretativos son nulidades de hecho, tal es el grado de vaciamiento de su sentido originario. Además, el tribunal fundamenta la mayoría de sus decisiones en jurisprudencia anterior o en razonamientos obvios, de mero sentido común, algo que hubieran debido calcular los autores del Estatut. En este sentido, la sentencia, en sus líneas generales, era perfectamente previsible. Los responsables del desaguisado no son los magistrados del TC sino quienes elaboraron un texto con aspectos disparatados. Un texto sin seny y arrauxat, falto de sensatez y desbordado por el arrebato.
Es normal que los ciudadanos se manifiesten. Lo anormal es que la marcha esté encabezada por el presidente de la Generalitat, el mismo que anteayer hizo un llamamiento diciendo que “si hay una agresión hay que salir a la calle”, es decir, tachando de “agresión” la sentencia de un Alto Tribunal. Cuando la primera autoridad de un país declara algo que atenta tan gravemente contra un Estado de derecho, hay motivos para preocuparse’.
El responsable de que alguien entre en la carcel por conducir borracho no es el juez, es el que conduce borracho.
Lo de la vieja región española de Cataluña (ahora más propiamente habría que llamarla “burrilandia” o país que adora a los burros…)y la manifestación de esta tarde sobre su “derecho a decidir”, viene a ser, se imaginan, como si en un hospital mental, después del diagnóstico médico -de un equipo- sobre la situación de uno de sus enfermos(uno muy querido por el resto de sus colegas por su antigüedad en el establecimiento)provoca la reacción en masa, “democrática” del resto de locos -perdón- “enfermos mentales” del susodicho establecimiento, contra el equipo médico autor del diagnóstico.
Sí, desgraciadamente, lo q
Ya lo decia Julio Camba, el ingenioso humorista gallego, tan atras como en los anhos 20:
“Catalunha es la unica metropoli que quiere separarse de sus colonias”
Lo divertido es que es cierto. Si el resto de la nacion deja de comprarle sus productos se pueden ir al carajo en pocos dias, ya no semanas ni meses.
Este es el camino, no comprar nada catalan y hacerles el boicot en toda Espanha…a la ‘caja de pendones’ los primeros…
Sí, señor Carreras tiene usted razón, como siempre, ésto se veía venir. El texto estatutario no resistía un enfrentamiento medianamente serio con el constitucional. Y hoy hemos tenido que ver el espectáculo delirante de todo un President, y 2 ex, manifestándose contra el TRIBUNAL CONSTITUCIONAL nada menos que por “agresión” …Dicen que nunca pasa nada, ya veremos, que así sea.Además habrá que decir que la dignidad herida del pueblo catalán,que por cierto despreció en abrumadora mayoría el estatut el día del referendo,está maltrecha desde el día del famoso 3% todavía inexplicado a este sufrido pueblo.
Como en el parlamento autonomo pase lo que pase nadie dimite,han convocado una manifestacion para que partitipen todos los que viven de la subvencion.
Cuánta razón tiene Francesc de Carreras. Lo ví en un acto de Cataluña somos Todos de Ciudadanos y me convenció su sabiduría y sencillez.
Es una pena lo que está pasando en Cataluña, pero también en el resto de España. Soy suficientemente viejo como para haber vivido la génesis y el desarrollo del problema. Un problema inexistente hace 50 ó 60 años que, entre todos, pero especialmernte por la incompetencia de los políticos que nos han gobernado y los que nos gobiernan, lleva camino de convertirse en irresoluble.
Recuerdo como en los años 60, cualquier español no catalán estaba admirado de la convivencia enriquecida que imperaba en Cataluña: su elevado nivel cultural, la permisividad de sus gentes. Para un país todavía atrasado y en vías de desarrollo como era la España de aquellos días, Cataluña representaba un proyecto posible de convivencia tremendamente atractivo. Era, sin lugar a dudas, la puerta de esa Europa que veíamos tan lejos, de ese Paraíso al que queríamos llegar algún día. Hoy entre todos, no lo hemos cargado. No viviría en la Cataluña de hoy ni aunque fuera el último lugar habitable junto con el desierto del Sahara.
Entiendo perfectamente a los nacionalistas: Ellos tienen un objetivo y van hacia adelante pese a quién pese.No entiendo en absoluto a la izquierda que debería defender los derechos de todos y en cambio sólo defiende los intereses de una pequeña parte de la población.Eso sí muy ruidosa.
Tengo la sensación que en ocasiones nos diluimos en razonamientos demasiado acorazonados. Una cosa es la adecuación o no del Estatut a una norma superior, y otra el derecho de autodeterminación de los pueblos. No se está valorando lo segundo. Lo que entiendo que ha hecho el TC es valorar en qué medida el texto aprobado se ajusta o no a los preceptos constitucionales. No valora nada más, ni nada menos. Si se cambiase la constitución el marco en el que juzgar la constitucionalidad del Estatut sería otro, pero de momento es el que es. Bien, dicho ésto, paso a un segundo razonamiento. La capacidad del Parlament de Catalunya para elaborar leyes es la definida por el marco de la constitución. Es decir, existe Paralment català en la medida en que lo hace posible la constitución y su desarrollo. Existen leyes de dicho Parlament en la medida en que son constitucionales, por que solo bajo la constitucionalidad se entiende la legalidad. Si alguien está en desacuerdo con eso, que se puede estar, haga uso de un recurso de inconstitucionalidad o un conflicto de competencias para recurrir al TC. Y tercer razonamiento, la legitimidad del TC para emitir una sentencia entiendo que es plena. Si otros no se han puesto de acuerdo para cambiar a sus miembros cuando les tocaba no arrojen su incapacidad de llegar a consensos contra el propio ente.