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‘¿Por qué me extraña aún hoy que algunos sigan, en la duda, absteniéndose y oponiendo silencio a las protestas que 50 años de poder totalitario justifican de sobras contra la despiadada obstinación de los hermanos Castro?’
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Beatriz de Moura, editora, en un artículo publicado en El Periódico el 7 de abril de 2010.
‘[…] Cierta izquierda europea ve todavía el mundo en blanco y negro. Para ella, sigue habiendo dictaduras buenas y dictaduras malas (unas y otras hoy en día residuales o en lugares lejanos, ajenas a su vida); por un lado, dictaduras, que nacieron “de izquierda” pero actualmente ya no engañan a nadie y a las que aún considera, hoy como ayer, oportuno seguir apoyando con el silencio; y, por otro, dictaduras de derecha desde el principio, contra las que sí firma cartas de protesta.
[…] Al caer el muro se llevó por delante el siglo XX entero, dejando libre el acceso a su terrible historia. Y vi con tristeza cómo tantos amigos no supieron si alegrarse o no de aquel acontecimiento, emocionante hasta las lágrimas, que nos pilló por sorpresa en una avanzadilla del telediario de una lluviosa tarde de noviembre de 1989.
¿Por qué me extraña aún hoy que algunos sigan, en la duda, absteniéndose y oponiendo silencio a las protestas que 50 años de poder totalitario justifican de sobras contra la despiadada obstinación de los hermanos Castro?
¿Qué o a quiénes temen estos hasta el punto de anteponer su propio bienestar al de su pueblo? ¿Y qué o a quiénes temen los que, lejos y a salvo, callan y otorgan?’.
Es que desde mucho antes, pero, para los más cerriles, desde la caida del Muro de Berlin, los progres se han quedado sin referentes ideológicos ni morales, aunque, ahora, intentan substituirlos por la Alianza de Civilizaciones ( ye me dirás tú lo que tiene que ver la civilización cristiana con la islámica), o eso del “calentamiento global” que, como que el planeta no acaba de calentarse, ahora lo llaman “cambio climático”, para que la gente no se mosquée y trague, y, sobre todo, que siga pagando la factura de la que viven muchos predicadores de esa credo, y, lo más pernicioso, por el “relativismo moral progre”, consistente en intentar usupar los principios morales y ciudadanos del personal para endiñarles otros más triviales, vanos y fatuos, según los intereses de los jerifaltes progres, valiéndose de los resortes del poder.
Pero hay algunos progres, que suelen ser los más obtusos, autoritarios y cerriles, que necesitan un mesías viviente y, de momento, aún pueden agarrarse a Castro.
La izquierda de hoy en dia todavia piensa con el cerebro stalinista.No se pueden quitar ese complejo.