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‘La llamada memoria histórica, que comenzó a actuar amparada en las más que justas reclamaciones de perjudicados por el franquismo, se ha ido perfilando como una fábrica de consignas que agrupa propuestas políticas muy diferentes, pero coincidentes en el propósito de reventar el Estado’
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Jorge Martínez Reverte, periodista y escritor, el 24 de febrero de 2010 en El País:
‘¿A qué nos llevaría reventar el edificio de la Transición? A pelearnos por un cambio constitucional en función no de una mejora del sistema sino de nuevas propuestas que pondrían en riesgo muchas cosas. Por ejemplo, la conformación del Estado de las autonomías, para proponer en su lugar un sistema confederal, que tiene muchos adeptos en Cataluña, País Vasco y ahora, al parecer, en Castilla-La Mancha.
En unos casos, los intentos me parecen inoportunos por ser innecesarios cuando se tiene una democracia razonable; en otros, como en el asunto confederal, me parece que se trata de romper un consenso para abrir una buena bronca.
La llamada memoria histórica, que comenzó a actuar amparada en las más que justas reclamaciones de perjudicados por el franquismo, se ha ido perfilando como una fábrica de consignas que agrupa propuestas políticas muy diferentes, pero coincidentes en el propósito de reventar el Estado. Por fortuna no cuajó la idea de que la actual ley de compensación de las víctimas del régimen de Franco fuera bautizada con ese nombre.
Volvamos a Santos Juliá y Patxo Unzueta y a su reclamación de estudiar la verdad de lo sucedido y rechazar así la verdad instituida por los partidarios y agitadores de la memoria histórica.
Eso es sencillo: se lee lo que escribieron los comunistas y socialistas para hacer los pactos de amnistía de finales de los años setenta, y se confirma con las interpretaciones de gente como Mario Onaindía. O se estudia la proclamación de la República de Cataluña por Lluis Companys, y la ilegalidad de un golpe de Estado que fue apoyado por un fascista llamado Dencàs y desbaratado por un demócrata que era general, Domingo Batet. Todo será más fácil de discutir.
Con eso, cumplimos con la historia.
Y luego, viene el recuerdo. Yo, por ejemplo, recuerdo perfectamente cómo pedía en la calle, entre miles de personas, libertad y amnistía. Y recuerdo que había otras personas que añadían a eso la reclamación del Estatut de Autonomía (para Cataluña). Y tuve la sensación entonces de que ganamos cuando estas tres cosas se plasmaron en la realidad de una ley que garantizó la libertad, que acabó por otorgar una amnistía para todos, y que culminó en un Estatut de mayor amplitud que el que habían gozado los nacionalistas catalanes en toda la historia desde Pau Claris’.
Només dos petits comentaris.Primer.No es tracta de revenja sino de saber la veritat,uns van tenir 40 anys per honorar els seu morts,i amb sembla be que ho fessin,però els altres tenen els morts enterrats encara en cunetes i descampats,com gòssos.Enterrar-los com cal es el mínim que es pot demanar.Segon:No es pot comparar un Estatut amb la plena sobiranía de Catalunya,tal i com era en temps d,en Pau Claris,unida als altres estats de la monarquía hispànica,nomès pel fet de tenir el mateix rei.
La Memoria Histórica se ha convertido en una maniobra política, para reescribir la historia, asociar el PP con el franquismo y la izquierda salir de rositas de sus responsabilidades en la tragedia. Para hacerlo bien, habría que desligar la búsqueda de desaparecidos, de la historia. La búsqueda ya tiene su cauce establecido a través de los juzgados provinciales. En cuanto a la historia, habría que empezar desde el 14 de Abril de 1.931, siguiendo año a año relatando los desmanes y crímenes de todos. Empezaríamos por los crímenes de Estado de los partidos en el poder. Partidos agrupados en el llamado Frente Popular, formado por partidos tan democráticos como el PCE, a las órdenes directas de Stalin, cuyos miembros asesinaron a todos los miembros del POUM, partido comunista no obediente a Moscú. Del PSOE, a cuyo mando estaba Largo Caballero, “el Lenin Español” y de Indalecio Prieto, cuyos sicarios asesinaron al ex ministro Calvo Soleto, tío del ex presidente recientemente fallecido, y no consiguiendo hacer lo mismo con el jefe del partido de la oposición la CEDA, Gil Roles, padre del anterior Defensor del Pueblo.