RevistaWeb
“Alerta, Espot, alerta, y recluta más chivatos, miles de chivatos como tú, porque -como decía Reinhard Heydrich, el protector de Bohemia y Moravia- lo fundamental no es la norma legal sino los ojos vigilantes de la población”
[&hellip
Ignacio Vidal-Folch, escritor y periodista, el 10 de febrero de 2010 en Factual:
“De acuerdo, de acuerdo, es verdad: cualquier persona con sentido de la decencia, cualquier persona con un mínimo sentido siquiera de la estética… siente instintiva repugnancia por esas multas lingüísticas con que la Generalitat de Cataluña sanciona a los desdichados comerciantes que no sólo han de pechar con la recesión sino también con el ‘Govern d’esquerres’ al que financian con sus impuestos. Y también es verdad que los anónimos chivatos que cursan las denuncias inspiran tanto o más desprecio aún que el Govern. De acuerdo, pero Ignacio, meterse con el Govern es injusto: si ha instituido esas multas ha sido como mal menor para no tener que recurrir a algo más drástico, como por ejemplo una ‘nit dels vidres trencats’, una ‘Kristallnacht’ que todos lamentaríamos. Y, por otra parte, llamar al señor Espot, como está haciendo todo el mundo, chivato, delator o chota –que es como llaman en Vía Layetana a los confidentes–, me parece un abuso y una falta de respeto. Yo, a contracorriente del sentido común y tapándome las narices, rompo una lanza en favor de ese notorio y contumaz Espot. Pues una persona que, como él, sólo en un año gestiona y cursa nada menos que tres mil chivatazos, mientras dirige una entidad identitaria, y escribe un manual, y organiza la pitada al rey en el estadio de Mestalla, y comparece periódicamente en la tele… ese activísimo trabajador, ese emprendedor incansable que enreda sin parar, hiperactivo como el demonio de Tasmania de los dibujos animados, merece un respeto, si no la cruz de Sant Jordi y una buena subvención.”
Esto me decía ayer un amigo. Y yo, comprendiendo que tenía razón, telefoneé al chota para manifestarle mi apoyo. Le dije: “¡Extrema el celo, Espot! ¡Extrema el celo en el control y espionaje de los comercios! ¡Ciertos tenderos no sólo no escriben en vernáculo, sino que ni siquiera nacieron aquí! Los chinos, por ejemplo. Son pérfidos y hábiles. Rotulan sus comercios en catalán para ahorrarse la sanción, pero también con caracteres chinos. En catalán dice, por ejemplo, “Textil La Moreneta”, pero ¿quién sabe lo que dice en chino? ¡Esa gente es capaz de todo, viene de una cultura milenaria! ¿Qué sé yo si el rótulo en chino no dice “Viva España”? ¿Qué sé yo cómo se dice en chino “Viva España’?… ¿Y en ‘paqui’?… ¿Y en árabe?…”
El chota me respondió, muy preocupado: “Sí, lo mismo nos están engañando como chinos”. Y yo agregué: “Alerta, Espot, alerta, y recluta más chivatos, miles de chivatos como tú, porque -como decía Reinhard Heydrich, el protector de Bohemia y Moravia- lo fundamental no es la norma legal sino los ojos vigilantes de la población”.
Estoy de acuerdo, este Espot no es más que un fiel ejecutor de las honorables y catalanas ideas propias de un estado omnipresente, al estilo de lo que ocurría en la época del rey francés que aseguraba l’etat c’est moi. Gracias CIU, ERC, PSC, e ICV por vuestro aporte tan grato a la población.
Lo que mal empieza… ¡mal acaba!
El “tufillo” que se exhala con cada multa lingüística, es apestoso.
Pero, el “olor apestado a rancio” de los chivatazos a ciudadanos de bién que malviven como pueden con sus negocios, ¡eso sí es de juzgado!.
¿No hay una entidad superior capaz de suprimir semejante barbarie en España? ¿Y en Europa?
¿Podemos quedarnos de brazos cruzados cuando nos “expolian estos bárbaros”, justo los mismos que luego se lamentan de que en España no se les quiere?
Ya sé que la política catalana es el arte de la contradicción, pero, ¡hostia! ¿de veras que no hay nadie en España que pueda modificar semejante estupidez?
Saludos.
La historia de un amigo (no me la ha contado Pedro J. o César Vidal, sino él mismo): unos patriotas le destrozan el aparador de la tienda y, en los pocos vidrios que quedan en pie, le acusan de traidor y le ‘invitan’ a rotular en catalán. Dos semanas después, la archisubvencionada y ultrapatriótica Òmnium Cultural le envía una carta donde le ‘invita’, muy amablemente, a rotular en la lengua del Imperio.
Este método es muy antiguo: se llama ‘el método del palo y de la zanahoria’. No digo que los patriotas y los de Òmnium vayan de la mano: tal vez se trata de 2 líneas de trabajo que, sin saberlo ni ellas mismas, castigan de manera paralela a la sociedad catalana.
Mi amigo pagó la nueva rotulación. No es ningún mártir. Agachó la cabeza y su caso no trascendió a los medios de comunicación. ¿Cuántos casos como él ha habido en Cataluña?
Jaumet,
Eso que me explicas, me recuerda muchísimo a lo que se vive en Esukadi. ¿Quieres vivir allí? ¡Paga! ó… ¡traga!
Aquí, el matiz es otro, ya que en la “fuerza de la violencia” ejercida contra los conciudadanos no aparecen las bombas como allí, sino que aquí, se tiene que suscitar las simpatías con el resto de España, y para ello se necesita no ser tan bárbaro en las formas. ¡¡Hay que disimular que se utiliza la fuerza!!
La finalidad es la misma: Terrorismo. Mucho más dulcificado, más “light” pero que atenta a los mas básicos derechos de las personas…
Y ahora, por si esto ya fuera poco, sólo nos faltaba que de ese “ejército de parásitos al servicio de la causa”, (que viven como reyes por estar agradecidos gracias al subsidio catalanista), ahora naciera el cáncer de los otros parásitos en forma de “chivatos”.
En fín, serán el “orgullo de su familia” cuando expliquen que viven gracias a ese “noble trabajo de chivato” y cuando lleguen al bar del pueblo, y entre los jóvenes se pogan a fanfarronear con las chavalas:
Pués yo he delatado esta semana: a 5 tiendas.
Y, el otro le responnda: ¿Sólo? ¡¡Si yo ya llevo 18!!
Será el “nuevo motivo de discusión” para saber “quién la tiene más grande” … (La lengua de chivato) se entiende.
Mal vamos con gentes así que favorecen gestas de este calibre.
Saludos.
El chico de Palma, con todos mis respetos está más que zumbado. Plantea una situación de guerra en un mundo que no la quiere. Yo si que provengo de una formación que en su momento cogió las armas, y la verdad es que hemos aprendido mucho con la derrota.
Me da que te falta vivir un poquito de acuerdo con la realidad, y esta no es, ni más ni menos que, al gente habla español, castellano o sucedáneo, y no le importa que no te guste a ti, es así de simple.
Madre mía, qué cacao mental lleva éste que se quiere hacer pasar por mallorquín. Mezclar a Hugo Chávez con la División Azul… Dios, qué desastre de educación.
El catalanismo es el Gran Hermano de nuestros días por estos pagos. Y el nacionalismo es el opio del pueblo.