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‘La Constitución vale sólo si es respetado íntegramente el Estatut; de otro modo, aquí se ha escrito, se comete “un fraude a los electores”. La democracia deja de ser un procedimiento; es un resultado’
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Antonio Elorza, historiador y catedrático de Ciencias Políticas en la Universidad Complutense de Madrid, el 16 de enero de 2010 en El País:
‘Han sido las tensiones internas entre los grupos políticos catalanes en su lucha por el poder las que dieron lugar desde 2003 a una estrategia de la puja en las propuestas y a una confrontación cada vez más intensa en el plano simbólico con el Estado central, susceptible de desembocar en una fractura. Después de un año largo de refrendar esa deriva, el desapego de Catalunya, y consciente de que el empeño político unitario de los partidos implicados en la consigna implícita de “L’Estatut o la mort!” no alcanza análoga intensidad en el interior de la opinión pública catalana, que ya aprobó la ley en referéndum a duras penas, el presidente Montilla da entonces el paso decisivo: el intento de movilización de todas las organizaciones significativas de la sociedad civil. Formemos el frente catalán unitario que pronuncie las consecuencias a extraer de que en Madrid no sea atendido el nuevo Ascolta Espanya!
[…] Cualquier observador que ahora descubriera el tema, pensaría que allí no existen opiniones plurales ni distanciamientos del radicalismo, y que Cataluña es como Eslovenia a la hora de situarse frente al Estado cuya incomprensión, según leemos en “La dignidad de Cataluña”, produce entre los catalanes “un creciente hartazgo”. “España se resentirá de un recorte”, advierte Montilla, convertido en paladín de la identidad política unitaria. El que avisa, no es traidor. ¿O sí?
[…] Puedes defender, como es mi caso, que Catalunya es una nación, y que esto legitima demandas de asimetría en la configuración del Estado. Pero si estás en desacuerdo con el principio de bilateralidad, o los posibles privilegios de la financiación, queda cortado el puente aéreo (véase Unzueta). No es que Montilla y los suyos se encuentren en la estratosfera, como dice Guerra; están como los personajes de Juan Marsé “encerrados con un solo juguete”. Y esto es pésimo para el conjunto de los españoles, para ellos mismos y para la democracia.
Cualquiera que sea el desenlace, la erosión del orden constitucional resulta ya irreversible. El principio de bilateralidad, asumido como natural por los políticos catalanes, ha mostrado ya el talón de Aquiles propio de las relaciones confederales: por encima de las disposiciones de la ley fundamental, la instancia que se considera perjudicada por una decisión de un órgano del Estado, primero la juzga una previsible agresión, luego pura y simplemente la rechaza. La Constitución vale sólo si es respetado íntegramente el Estatut; de otro modo, aquí se ha escrito, se comete “un fraude a los electores”. La democracia deja de ser un procedimiento; es un resultado’.
,,El camino màs corto entre 2 puntos es la LINEA RECTA,,
QUIEREN FEDERACION?
CAMBIEN PRIMERO LA CONSTITUCIòN POR LOS CAUCES LEGALES INCLUIDO EL REFERÉDUM A TODOS.
Utilizar el Estatut como fraude es indigno para los catalanes.Les tengo por mejor gente,la mayorìa que votò no sabìa que votaba.
Y la sobremesa de Zapa-Mas fue eso, -un zapamàs-.
LO que hace falta es cambiar la ley electoral y establecer un sistema mayoritario, y así se acaba el cuento de los separatistas, como hacen otros países. Mientras tanto no pagar impuestos.
LO que hace falta es cambiar la ley electoral y establecer un sistema mayoritario, y así se acaba el cuento de los separatistas, como hacen otros países. Mientras tanto no pagar impuestos.