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‘El President [Montilla] ha denunciado la catalanofobia atizada por el PP y ha defendido la lealtad de sus socios de gobierno frente a los separadores de Madrid, que ponen la unidad española en mayor riesgo que los independentistas de ERC. Todo ello no ha hecho más que aumentar su crédito político y ha provocado un curioso giro en la empatía de la gente’
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José Antonio González Casanova, catedrático de Derecho Constitucional, el 22 de agosto de 2009 en El Periódico:
‘El ‘President’ ha denunciado la catalanofobia atizada por el PP y ha defendido la lealtad de sus socios de gobierno frente a los separadores de Madrid, que ponen la unidad española en mayor riesgo que los independentistas de ERC. Todo ello no ha hecho más que aumentar su crédito político y ha provocado un curioso giro en la empatía de la gente. La imagen que da este cordobés de soca-rel (o de pura cepa) coincide con el estereotipo en el que se reconoce el catalán medio: seriedad, laboriosidad, prudencia, cautela desconfiada, firmeza sin estridencias, pocas palabras para mejores hechos, sentido práctico, ironía cortés.
Por el contrario, su rival, un verbal-soberanista siempre dispuesto a la rebaja, es un magnífico ejemplar de hombre guapo, elocuente, brillante y desenvuelto, que vendería muy bien el burro catalán en una feria andaluza.
De casta cordobesa le viene al galgo José Montilla ser como es. Tiene la fe propia de Séneca en la fraternidad humana, su preocupación social, la pedagogía política y un filosófico desapego del poder y el éxito que le convierte en un ser humilde y sencillo. Es heredero también de Averroes y Maimónides, porque suma la razón a la fe y cree que la racionalidad sensata es mucho más eficaz que una fe de iluminado.
Pero, sobre todo, Montilla, por su temple, por su mando, por saber el terreno adecuado donde citar al oponente, por sus arriesgadas faenas de cara al tendido democrático, por su valeroso arrimo al rival para torearlo con elegancia y respeto y, al final, conseguir salir airoso de la suerte, es todo un diestro tipo Manolete. Sin adornos, sobrio, técnico y estético; con aparente frialdad estatuaria (y estatutaria), impávido y estoico’.
No tengo confianza ni en Mont ni en Zap pq parecen monaguillos del señor que se ufana por decir publicamente ,,a mì me importa solamente Cataluña,,como si España para él no existiese,como corrobora el Estatut,y como demuestra la LEC,en una sociedad que màs de la mitad tienen como lengua materna el español castellano.Unos sres que no pasa dìa que no digan algo hiriente y provocador a los no-catalanistas,y encima se colocan como vìctimas de ésos que ellos provocan,esto se llama cinismo polìtico y NO LO QUIERO
José Antonio González Casanova, catedrático de Derecho Constitucional, el 22 de agosto de 2009 en El Periódico:
“La imagen que da este cordobés de soca-rel (o de pura cepa) coincide con el estereotipo en el que se reconoce el catalán medio: seriedad, laboriosidad, prudencia, cautela desconfiada, firmeza sin estridencias, pocas palabras para mejores hechos, sentido práctico, ironía cortés”.
Me lo pones muy fácil, catedrático. Ninguna empatía en Montilla y de todos los atributos con los que le adornas el único que le reconozco, que estoy contigo, catedrático González, es el de desconfianza, más que cautela. Es un cagado de miedo que teme a ERC como al mismísimo diablo, que es lo que son. Del resto, no identifico a ningún catalán medio con tales virtudes.
“Tiene la fe propia de Séneca en la fraternidad humana”
Catedrático, deja las pastillas de la próstata por una temporada porque te hacen alucinar. Este pequeñajo, de Séneca, es que no tiene ni una “miajita”.
Con Dios, catedrático y a mejorarse.
Mont.todavìa no ha despertado de la siesta con el puma a su espalda como aquel hortelano de la huerta valenciana hace un par de años,que del bote que pegò casi rompe el techo!.
Joer, este tío debe ser el presi del Montilla fans club.
La realidad: Montilla aburre, no tiene idas propias y sólo lee lo que le ponen en el guión. Amén.
¿En qué encuesta se basa? Más bien se trata de un ejercicio de voluntarismo, siendo prudente y benevolente. Pero lo más normal es que sea esquizofrenia, enfermedad muy comúun en la Cataluña de nuestros días.
La imagen de Montilla es la de un trepa inútil que se esconde debajo de la mesa cuando tiene problemas y vocifera como un energúmeno cuando las cosas no le salen de cara culpando a los demás de lo que sólo él es responsable. Pero esta enfermedad también es muy común en la Cataluña de nuestros días.
El González Casanovas flipa. Nunca un ser tan anodino y patético como Montilla pudo inspirar tal panegírico a no ser que el trobador de turno se chute en vena varios carnets del PSC y crea que la audiencia comparte el mismo vicio.
Conociendo solo al personaje la oda al presi más bien parecería una guiño irónico al lector pero conociendo al catedrático nadie puede tener ninguna esperanza de que lo sea.
¡Ja!¡Ja!¡Ja!¡Ja!¡Ja!