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“Lo que no hemos de aceptar ni deberíamos aceptar nunca es que el modelo se cierre. Los modelos no se cierran, ni el de la Constitución ni el de la financiación. Es pueril pensar que las cosas se cierran”
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Miquel Roca, ex dirigente de Convergència Democràtica de Catalunya y uno de los padres de la Constitución española, en una entrevista publicada el 24 de enero de 2009 en Avui:
“Cuando empezamos a negociar la financiación, ya lo sabíamos. No habrá una financiación buena. No la habrá, porque aunque mi ambición sea total y absoluta respecto a Cataluña, Madrid tiene una ambición mucho más limitada. Lo que no hemos de aceptar ni deberíamos aceptar nunca es que el modelo se cierre. Los modelos no se cierran, ni el de la Constitución ni el de la financiación. Es pueril pensar que las cosas se cierran. Cataluña es un hecho vivo; y los hechos vivos crecen y se despliegan, los pantalones les quedan cortos y las corbatas se les estropean… Alguien tal vez se enfadará, pero el modelo que quiere Cataluña cambiará, y aspirará a más cosas en el futuro. Igualmente pasa con la financiación. Lo más importante es encontrar un acuerdo fuerte, que garantice que no hay márgenes confusos de interpretación, que se cumplirá bien. Esto quiere decir unidad. ¿Qué vergüenza nos ha dar que el pueblo de Cataluña tenga unidad para defender la financiación? ¿Es que alguien se creerá que este o aquel no querían más? Claro que querían más. Ya lo sabemos, esto. Pero la fuerza de Cataluña es su unidad.
[…] A mí nunca me ha preocupado cómo nos vean, ni si nos entienden. Siempre me ha interesado cómo nos entendemos nostros mismos y cómo nos vemos a nosotros mismos. El problema es que a veces no nos ven bien por errores de presentación nuestra. Muy a menudo hemos tenido presentaciones acomplejadas. O pidiendo excusas. Cataluña no ha de pedir excusas por ser Cataluña. No ha de pedir excusas por tener una identidad propia y por hablar en catalán. Se ha acabado pedir excusas. ¡Que digan lo que quieran! Nosotros, a la nuestra”.
Es una cuestión de supervicencia de las poltronas de los nacionalistas. Si se deja de cuestionar permanentemente el modelo, el nacionalismo no tendría razón de ser. Viven del victimismo y la reivindicación y la deslealtad permanente. Lo que tenemos que hacer es votar a políticos no nacionalistas y denunciar los abusos de poder.
Es una obviedad. En una democracia no se puede cerrar nada.
Cada cuatro años se renueva el parlamento y nadie tiene derecho a comprometer a quien salga elegido en un futuro.
Este si que habia cerrado su agenda politica pero como ve la fauna que tenemos en Cataluña esta empezando a salir a ver si le dan un despachito pues se comería con patatas fritas y sin despeinarse a fantoches como Arturo Mas (así se hacia llamar hasta hace cuatro dias), Pepe Montilla y José Luis Pérez Diez (hoy conocido como JOSEP-LLUIS CAROD-ROVIRA)y resto de secuaces.
A mi me gusta mucho el Sr. Roca, propietario del Bufet Roca i Junyent, tal vez el tercero o cuarto de Catalunya en facturación; miembro del consejo de administración de Abertis y de otras muchas empresas. Un señor que vive bien, sí señor, y que además es un buen nacionalista y casi, si me apuran sobiranista. Gracias a él Cataluña no tiene concierto económico (durante la ponencia de la Constitución no lo vio claro y no lo quiso)
Los que piensan que el nacionalismo es algo progresista deberían fijarse en los que hablan de ir “a lo nuestro”. ¿Es tan difícil darse cuenta de que el nacionalismo es el sistema de autoprotección de la burguesía postfranquista? ¿Es preciso que tenga que ser Joan Coscubiela (CC.OO) quien tenga que decir que a los jóvenes les han hecho creer que el único conflicto que hay en Catalunya es con España?
Gente como Roca y todo el núcleo duro de CiU son la quintaesencia de pijosobiranisme: una forma de hacer política consistente en hacer callar a los que denuncian la farsa nacionalista llamándolos “anticalans i espanyolistes”.
Pero lo grave viene después, cuando ese oxímoron llamado “catalanisme d´esquerres” se limita a repetir los lugares comunes del nacionalismo conservador, pero esta vez cebándose con los trabajadores, en lugar de con aquellos que pactaron el relevo con el franquismo: son los tontos tipo Montilla o Manuela de Madre: gente que, más que un problema político con España, tienen un problema que les fuerza a demostrar , una y otra vez, que ellos son tan catalanes como los catalanes “com cal”.
Estos tontos útiles que actúan con la furia de converso son la carne de cañón que gente como Roca y Pujo o Maragall han utilizado para lograr sus fines culturales, que al final acaban siendo económicos.
¿Dividir a la sociedad catalana? Eso nunca. Si la única lengua de Cataluña es el catalán, estará claro que “som un sol poble” (aunque unos sigan viviendo en Matadepera y otros en Nou Barris); el castellano, al contrario, es el origen de todos los problemas y causa de la fractura social.
En Catalunya hay obreros catalanes, espanyoles, árabes, peruanos, etc.También hay patrones de otras tantas nacionalidades.
Afirmar que para ser de izquierdas hay que renunciar al país, es disparatado.
Un obrero polaco no va a sentirse alemán o ruso para no hacer juego a su burguesía.
Yo soy partidario de fronteras abiertas. Que venga todo el que quiera, pero con respeto. Si vienen chinos, no pueden empezar a decir que esto es china.
¿Porqué distingue entre españoles y catalanes cuando son la misma cosa? Es usted insidioso.
Al menos, según las encuestas, para la inmensa mayoría de los catalanes, no existe ningún problema sintiéndose a la vez español y catalán. Los desafectos a España, no suelen pasar del 15%.
Claro y si vienen “espanyoles”, como dice este iletrado, tampoco van a decir que esto es España, faltaría más. Esto es Catalunya, un lugar que no tiene nada que ver con Espanya puesto que Espanya es un invento de Franco y antes de Franco nadie hablaba español en Catalunya. Ni siquiera los fundadores de la UGT (fundada en Barcelona, por cierto) hablaban español; ni el noi del Sucre (que vivia en el barrio de mi abuela, by the way) ni los anarquistas barceloneses hablaban español. Tampoco los diputados catalanes a las Cortes de Cádiz hablaban español. Ni tampoco Jaume Balmes o Torres i Bages hablaban español (ni menos escribirlo), qué va hombre. Aquí sólo se habla y se escribe en español desde 1939. Algunos es que no se enteran.
Adelante “homes i dones d´esquerra”, continuad esnifando pegamento nacionalista todo el tiempo que queráis. Tal vez eso os haga sentir muy importantes, ya que de otra cosa no podéis presumir, pero dudo que los trabajadores de este país os lo agradezcan. Eso sí, podéis estar seguros de que mientras vuestras preocupaciones se reduzcan a hacer de inquisidores nacionalistas contra los que sólo piden que no les pisoteen sus derechos como ciudadanos españoles, los que cortan el bacalao en Cataluña seguirán durmiendo muy tranquilos