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‘Que trabajemos ahora en los mismos campos y objetivos que hace treinta, cincuenta o cien años manifiesta también la persistencia de las relaciones de subordinación y dominación entre la España que nos quiere hacer desaparecer y la Cataluña que no quiere morir’
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Alfons López Tena, ex vocal del Consejo General del Poder Judicial, presidente del Cercle d’Estudis Sobiranistes y dirigente de Convergència Democràtica de Catalunya, el 11 de enero de 2009 en el diario Avui:
‘Una de las carencias de no tener Estado es la tímida pena hacia los héroes, aquellos hombres y mujeres justos, como Ermengol Passola, que bajo una dictadura genocida tuvo el tesón de decir no cuando tantos otros decían sí. Vivieron para salvarnos las palabras, y la patria, y lo consiguieron: nuestra presencia manifiesta su triunfo, pero que trabajemos ahora en los mismos campos y objetivos que hace treinta, cincuenta o cien años manifiesta también la persistencia de las relaciones de subordinación y dominación entre la España que nos quiere hacer desaparecer y la Cataluña que no quiere morir.
[…] Nuestro trabajo consiste en insistir en todos los frentes, tozudamente, hasta crear las condiciones para nuestra existencia plena, legítima, reconocida. ¿Quién creerá en nuestra existencia, sino nosotros? Seamos radicalmente optimistas: nosotros y nuestra cultura no nos podemos morir, ni nos pueden matar, porque ya estamos muertos. De aquí la necesidad de insistir y creer en nuestra existencia. Pero creer en nosotros mismos no se puede fundamentar en una fantasía de normalidad que esconde el trauma y oculta el conflicto, sino en el reconocimiento de este conflicto y en el proyecto y la posibilidad de una emancipación gozosa. De entrada, hay que reconocer abiertamente el trauma de nuestra subordinación, nuestra inexistencia, nuestra escandalosa invisibilidad. Porque los catalanes y nuestra cultura no existimos; para ser más precisos, somos pero no existimos, porque no disponemos de aparatos de Estado que nos darían acceso a la existencia reconocida. Esta es claramente una situación insoportable, traumática, y como tal difícilmente simbolizable’.
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