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‘El español, ¡qué gran Lengua! Sólo nos falta que también España pase a ser un gran Estado vecino’
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Xavier Rubert de Ventós, filósofo, escritor y político, el 23 de septiembre de 2008 en El País:
[…] Alguien dijo que “una lengua es un dialecto con un Ejército”. Menos explícitos y belicosos, algunos españoles que redactan manifiestos parecen entender que “una lengua es un dialecto con Estado”. Pues bien, si esto es lo que necesitamos los catalanes para tener también nosotros una lengua, consigamos ese Estado, que lo demás ya nos será dado (y reconocido) por añadidura. A eso nos llevan los propios argumentos de Fernando Savater: “Porque el busilis de la cuestión -nos dice- no es el bilingüismo, desde luego, sino el biestatismo que los nacionalistas pretenden imponer a sus autonomías”.
Y esto es lo que tácitamente entienden tantos nacionalistas españoles que no se asombraron ni escandalizaron cuando al ir a vivir a Francia tuvieron que aprender francés, italiano en Italia o alemán en Alemania. ¿Y en Catalunya? En Catalunya no, Catalunya es otra cosa. Ahora que los funcionarios españoles tienen que aprender lenguas europeas para trabajar en la Comunidad, sigue pareciéndoles un agravio o un atentado a sus derechos adquiridos el que aquí, en Catalunya, deban aprender el catalán.
[…] El español, ¡qué gran Lengua! Sólo nos falta que también España pase a ser un gran Estado vecino.
¡Qué gran argumento! Los españoles aprenden francés en Francia y Alemán en Alemania pero no catalán en Cataluña. ¿Es que en Francia o en Alemania se habla castellano? O lo aprenden o se entienden por señas. Aquí no es necesario.
Pero además es que sí aceptan aprender catalán. Ya está esa asignatura en el currículum. Lo que no aceptamos es estudiar en catalán porque nuestra lengua materna es oficial en todo el territorio español y la práctica totalidad de los españoles la conoce. Es la lengua común. ¿Hay que repetirlo otra vez? Y no queremos aprender menos por estudiar en una lengua que no dominamos o dominamos peor. Es nuestro derecho.
Hay una confusión que los nacionalistas, incomprensiblemente, siempre olvidan. Vamos a ver: de la misma manera que el dominio lingüístico del catalán no queda delimitado por la frontera francoespañola, el universo lingüístico del castellano tampoco queda cortado por las divisiones administrativas de España. Esto vale para las lenguas y para la economía: la economía catalana no es un sistema independiente, sino que está inscrita en el marco de España. Y no desde hace poco, sino desde el s.XVIII, por lo menos.
En Cataluña hay dos lenguas que sí que son propias a la mayoría de los que vivimos aquí; a lo largo del día muchos son los que las usamos varias veces en contextos distintos; este hecho constatable se frena y retrocede en el ámbito escolar donde el castellano está oficialmente proscrito como lengua vehicular. ¿Por qué? No hay ninguna razón que lo justifique fuera del ansia nacionalista de desligitimar el uso del castellano en Cataluña. Esto es lo que denuncia el manifiesto y por esto muchos saldrán a la calle el domingo.
Este ya puede pasar a cobrar por caja la subvención de turno.
Tal como comentan, otro que sigue cobrando de los impuestos de todos. Y ya que le gusta hablar tanto de países extranjeros, ¿por qué no va a Francia y pregunta qué protección jurídica tiene el catalán?
Por poco no les dicen que son extranjeros (o sí se lo han dicho?)… En cambio, aquí que por fin tenemos una Constitución que protege todas las lenguas del país, estableciendo una común que es la que tiene más proyección en todos los niveles. Estos fanáticos, se inventan un estado, se cargan de un plumazo los derechos individuales de los ciudadanos y tratan de mandarnos a la Edad Media vendiéndolo a la gente como una solución (cuando lo que amagan es su propia incompetencia).
Otro escritor de gran talento,politiqueando filosofalmente.Tanto rencor y tanto odio es al que nos teneis acostumbrados.Que jamás podreis digerir que Cataluña es una región de España,que con gran desatino como algunas otras se le ha concedido el rango de Autonomía,la cual cada día cabe más poner en duda si la merece.