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‘La frontera óptima de lealtad con la cual se vive la relación con Cataluña desde España con dificultad llega a la conllevancia orteguiana. Y la opinión más áspera, la de la Brunete mediática, ya está crónicamente instalada en el insulto. De hecho, la desafección hacia Cataluña desde España es mucho más fuerte, intensa y emotiva que la desafección de Cataluña hacia España’
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Enric Marín Otto, periodista, profesor de la UAB, ex directivo de la Corporación Catalana de Radio y Televisión (CCRTV) y ex secretario de comunicación de la Generalidad de Cataluña, el 3 de septiembre de 2008 en El Punt:
‘El presidente Montilla ha hablado de forma reiterada de la creciente desafección hacia España de la ciudadanía de Cataluña. Y, cuando las circunstancias lo han requerido, lo ha hecho con solemnidad, escogiendo cuidadosamente el lugar, el momento y las palabras. Nunca se ha instalado en la retórica de la amenaza. La formulación siempre ha buscado el tono del diagnóstico y la advertencia. Es el discurso coherente de un político catalanista que apuesta desde la lealtad por la idea de una España capaz de reconocer su diversidad lingüística y nacional con todas las consecuencias. Pero la respuesta que llega desde el otro lado es muy decepcionante. La frontera óptima de lealtad con la cual se vive la relación con Cataluña desde España con dificultad llega a la conllevancia orteguiana. Y la opinión más áspera, la de la Brunete mediática, ya está crónicamente instalada en el insulto. De hecho, la desafección hacia Cataluña desde España es mucho más fuerte, intensa y emotiva que la desafección de Cataluña hacia España. No estamos ante una desafección recíprocamente simétrica. Todos miran hacia otro lado. El espectáculo irrita, pero sobre todo cansa y aburre. El tema es complejo, pero una parte del diagnóstico es claro: la política española hace años está falta de pedagogía. O, peor, instalada en la antipedagogía. Saliendo del franquismo, la transición democrática no creó las condiciones de una relación bilateral clara y entendedora entre Cataluña y España. Aquel era, seguramente, el momento, pero se apostó por el café para todos, por la Loapa y por la Lofca. La generalización y la homogeneización del autonomismo fue una forma de procurar diluir la diferencia catalana y vasca en un programa de regionalización administrativa. La misma supresión del grupo parlamentario de los socialistas catalanes a raíz del 23-F es un síntoma claro del cierre del proceso de reconocimiento de la realidad plurinacional del Estado. Pero hay más. Durante años se alimentó y reforzó la imagen tópica del catalán insolidario y egoísta, de forma que cuando finalmente se han publicado las balanzas fiscales el mensaje ya no tiene ninguna eficacia. La sensibilidad ya estaba anestesiada: antes se había producido la intoxicación mediática anticatalana masiva que acompañó al debate sobre el nuevo Estatuto (¡un magnífico tema de tesis doctoral!). Y, finalmente, la discusión sobre el nuevo modelo de financiación. Las líneas maestras del debate generado desde los centros de creación de opinión de Madrid han fijado un nuevo principio de la política española: el grado de patriotismo español es inversamente proporcional a la debilidad que se demuestre ante las demandas de la sociedad catalana. Cuanto más dureza e inflexibilidad, más patriotismo. Lo que el potente nacionalismo no entiende, o no quiere entender, es que uno de los principales generadores de desafección catalana es la desafección española’.
No nos interesa España
Nos interesa Catalunya y los catalanes.
Y quien no se sienta catalan, la puerta está abierta
eso, ala, catalunya es mia, y solo mia , y si no os gusta como yo quiero que sea, meto una pataleta histerica y os reviento los timpanos…uaaaaaaaaa
Siempre insisten en el victimismo y en crear esa imagen de que Madrit es una especie de fuman-chu que solo vive para fastidiar a los pobrecitos catalanes. Tenemos que dejar claro de una vez que los nacionalistas no son Cataluña, por más que se les llene la boca. Aquí hay mucha gente con sentido común y que pasan de las proclamas guerracivilistas de los nacionalistas.
Queremos políticos que gestionen bien nuestros recursos y no que los roben, dilapiden y generen confrontación con otras administraciones para poder robar más dinero.
Buenas,
Bla,bla,bla..bla..bla..bla Mía sólo mía… bla.bla…bla..bla…. Miren no hace falta mirar fuera de Cataluña, desde dentro ya estamos enfrentados así que sigan dividiendo más.
Catalonia is Spain Forever
Saludos
Preocupante la salud mental de los separatas en general.