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“El PSOE, con todo lo que se diga, no juega a ese juego, ni consentirá la ruptura de España. Intentarán por las buenas arreglarlo, pero si no lo consiguen deberán ponerse serios”
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Manuel Fraga, presidente fundador del PP, el 30 de agosto de 2008 en una entrevista en El Mundo:
P.- Usted es uno de los padres de la Constitución, y de los más activos. ¿Qué temas fueron los más polémicos que aún hoy se arrastran?
R.- Todos trabajamos mucho y nos entendimos bien. Hubo algún diputado comunista, como Solé Tura, que fue muy activo, y con quien me entendí estupendamente. Uno de los temas más polémicos fue el de los nacionalismos, porque yo nunca fui partidario de incluirlo sin un estudio más profundo, y el tiempo me ha dado la razón. No se metió la palabra nacionalismo pero sí la expresión organización territorial del Estado sin tomar todas las precauciones, y ese asunto se resolvió mal. Y ahora tenemos a Ibarretxe que quiere hacer un referéndum soberanista. Las mayores dificultades estuvieron desde el principio en ese tema, y hubo que llegar a un compromiso que de hecho no se ha cumplido, de reforzar las facultades del Gobierno in extremis.
P.- ¿Es cierto que usted llevaba un borrador completo de la Constitución, pero que fue el Título Octavo lo que les impidió votar a favor?
R.- No. Yo voté a favor de todo, haciendo mis reservas sobre ciertos artículos concretos, pero hubo dos diputados, Gonzalo de la Mora y Federico Silva, que pensaban que yo estaba haciendo demasiadas concesiones. Efectivamente, el Título Octavo sobre la organización territorial del Estado era mejorable, como todo, y ha dado lugar a cosas muy razonables. El problema es que hay quien se ha empeñado en usar eso en una dirección no deseable. La redacción de la Carta Magna ha permitido abusar de ella, y hacer de los estatutos algo constituyente que vaya por encima de la propia, como ha pasado con el Estatut catalán. Eso no es aceptable, y algunos lo avisamos.
P.- ¿Pensaron que los nacionalistas iniciaron entonces un largo camino hacia la independencia?
R.- La verdad es que no, incluso ahora no creo que su horizonte sea independizarse. Lo dicen, pero sería un desastre para ellos y para España, que ya está bien metida en el mundo moderno, y plantear eso sería intolerable. Yo soy tan gallego como el más galleguista, pero creo que a Galicia lo que le conviene es estar en España. Y lo mismo al País Vasco o a Cataluña.
P.- Vamos, que España no se rompe…
R.- Algunos lo intentan, pero mientras yo y otros más vivamos me imagino que no ocurrirá. Lo impediremos con todas nuestras fuerzas. Hay quien está provocando que España se rompa, eso es cierto. El camino es aplicar la ley. Por ejemplo, el Estatuto catalán tiene párrafos claramente anticonstitucionales, y no se pueden aceptar. Además, no creo que los socialistas abran un melón tan peligroso. El PSOE, con todo lo que se diga, no juega a ese juego, ni consentirá la ruptura de España. Intentarán por las buenas arreglarlo, pero si no lo consiguen deberán ponerse serios.
P.- Algunos cuestionan ahora el café para todos. ¿Fue un error?
R.- A mí me pareció bien, precisamente para dejar claro que no se quiere favorecer a los nacionalistas. Dicho esto, yo estoy en contra de los nacionalismos y a favor de un sistema de formulación regional.
2 Comments en ““El PSOE, con todo lo que se diga, no juega a ese juego, ni consentirá la ruptura de España. Intentarán por las buenas arreglarlo, pero si no lo consiguen deberán ponerse serios””
Lo último LVdB
P.- Algunos cuestionan ahora el café para todos. ¿Fue un error?
R.- A mí me pareció bien, precisamente para dejar claro que no se quiere favorecer a los nacionalistas. Dicho esto, yo estoy en contra de los nacionalismos y a favor de un sistema de formulación regional.
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Pues a mí no me pareció bien. Quedaban fuera del cafe para todos el Pais Vasco y Navarra, que se quedaban integramente todos sus ingresos.
Esto no es cafe para todo, obsoleto y caduco Fraga
Tal como planteó Rosa Díez el debate sobre la financiación autonómica lo primero que debería cuestionar son los regímenes forales heredados del franquismo, para igualarnos realmente a todos.