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‘No existe todavía una obra que estudie la personalidad colectiva catalana desde la perspectiva rigurosa de la psicología política como ámbito científico de la psicología social, aunque todos los ensayos publicados reconocen el pactisme como actitud esencial del alma catalana. Entiendo que el denominado “oasis catalán” es un fruto muy apetecible de esta virtud colectiva, porque nos permite una mejor convivencia entre nosotros y los demás’
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Pere Notó, profesor de Psicología Social en Ciencias Políticas y Sociales de la UPF y psicoanalista, el 31 de julio de 2008 en La Vanguardia:
‘Una aportación catalana a la política es el pactisme, entendido como un estilo de acuerdo sin imposición de una parte sobre la otra, como un compromiso libre basado en el respeto mutuo y la fidelidad recíproca en el cumplimiento del pacto acordado. Esta actitud política originada en el feudalismo medieval se enriqueció en Catalunya, como pacto entre la monarquía y los diversos estamentos sociales. El pactisme permitió que las relaciones con los monarcas de la confederación catalano-aragonesa primero y posteriormente de Mallorca y de Valencia gozaran de una verdadera constitución avant la lettre, anterior a la Carta Magna británica.
Francesc Eiximenis lo describe y estudia en Lo crestià en sus dimensiones jurídicas y políticas, y ya en el siglo XX, Jaume Vicens Vives nos habla del pactisme y su vigencia en el espíritu de la Renaixença y de todo catalanismo político.
No existe todavía una obra que estudie la personalidad colectiva catalana desde la perspectiva rigurosa de la psicología política como ámbito científico de la psicología social, aunque todos los ensayos publicados reconocen el pactisme como actitud esencial del alma catalana. Entiendo que el denominado “oasis catalán” es un fruto muy apetecible de esta virtud colectiva, porque nos permite una mejor convivencia entre nosotros y los demás.
Un programa universitario de psicología política debe recoger entre distintas materias de estudio el pactisme, y más en la hora actual de Catalunya, atendiendo a su dimensión inequívocamente psicológica, ya que se trata de una actitud, y esta es objeto de investigación principal de la psicología social. Conocer y practicar el pactisme es imprescindible no sólo en el mundo de la política, las relaciones sociales interculturales y con la nueva inmigración, sino en el mundo laboral, familiar, en la vida privada y en la actividad pública.
El pactisme está en la base de una buena negociación y de una buena mediación y en toda gestión de conflictos, porque su finalidad debe ser siempre el acuerdo mutuo. Debe quedar claro que entendemos el pactisme en su forma genuina, como cultura del pacto y el diálogo, y no en su versión distorsionada y caricaturesca, que lo usa de forma banal cuando no denigrante. El pactisme es una actitud valiente’.
Este hombre vive en la luna.