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‘Los hechos dicen que tener un president que defiende Catalunya desde sus orígenes andaluces otorga un plus de verdad democrática a nuestra sociedad, tan sana que generalmente le importa un pepino dónde ha nacido cada uno’
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Pilar Rahola, periodista, el 23 de julio de 2008 en La Vanguardia:
‘[…] No nos engañemos. El nivel de catalán no preocupa a nadie, y a la prueba de cómo está globalmente el pobre idioma, me remito. Además, si pasáramos el algodón por el nivel de catalán de muchos alcaldes, diputados y líderes de todos los partidos, incluidos especialmente los convergentes, quedaría tan sucio que mancharía seriamente años de propaganda nacionalista. Lo que preocupa realmente, detrás de una crítica como esta, es que Montilla “no es de los nuestros”. Es decir, que no forma parte del nosotros ideal bajo el cual subyacen algunas ideas patrióticoesenciales. De ahí que la polémica, además de interesada, sea malvada.
Si el mito es ese, los hechos se oponen con contundencia. Los hechos dicen que Montilla ha demostrado una voluntad inequívoca de pertenencia, y que si su nivel de idioma es flojo, no lo es más que el de muchos chavas convergentes que hacen el fatxenda por el Parlament. Con la diferencia de que ellos sí son pata negra. Los hechos dicen que Montilla ha sido capaz de defender el catalán, ante algunos exabruptos lerrouxistas, con toda la carga simbólica que tenía su defensa. Y que ha sido en estas situaciones donde le ha surgido una pasión generalmente nada compatible con su carácter. Los hechos dicen que tener un president que defiende Catalunya desde sus orígenes andaluces otorga un plus de verdad democrática a nuestra sociedad, tan sana que generalmente le importa un pepino dónde ha nacido cada uno. Los hechos aseguran que Montilla rompe los esquemas allí donde cabalgan los discursos del españolismo más rancio. Los hechos dicen, también, que fue una mujer, Manuela de Madre, quien, justamente por haber nacido en Andalucía, emocionó a toda Catalunya cuando defendió apasionadamente el Estatut en Madrid. Los hechos aseguran que a la gente no le importa dónde nació el president, o si tiene un buen nivel de catalán, sino cómo gobierna, cuáles son sus prioridades, cuál su compromiso con el país. Los hechos no ponen en duda que Montilla es un hijo de esta tierra de mezclas, capaz de crear una sola identidad desde la voluntad de vivir juntos y entendernos’.
Espléndido. Rahola se ha salido con este artículo. De los mejores que le he leído, y generalmente me parece muy buena articulista.