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‘¿Cómo pueden poner sanciones lingüísticas por utilizar el castellano en rótulos comerciales sin que se inmute ni siquiera el Síndic de Greuges (el defensor del pueblo catalán) y a la vez, instrumentalizar titulares y portadas por el asunto de Air Berlin?’
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Antonio Robles, diputado autonómico de Ciudadanos-Partido de la Ciudadanía, el 12 de junio de 2008 en Libertad Digital:
‘Resulta que el desaire a la utilización del catalán de una empresa privada es causa de una campaña de boicot a la compañía aérea, pero la imposición del catalán por parte del Gobierno balear como única lengua vehicular en la escuela, a pesar de compartir con el castellano la oficialidad, pasa desapercibido para los mismos que consideran un atentado contra los derechos humanos el que no lo incluyan en su revista.
El esperpento llevado a sus últimas consecuencias: ¿Cómo pueden poner sanciones lingüísticas por utilizar el castellano en rótulos comerciales sin que se inmute ni siquiera el Síndic de Greuges (el defensor del pueblo catalán) y a la vez, instrumentalizar titulares y portadas por el asunto de Air Berlin?
¿Cómo es posible que el Gobierno de la Generalitat incumpla tres sentencias del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña que le obligan a incluir la casilla en las hojas de inscripción escolar para que los padres puedan elegir la lengua vehicular en que quieren estudiar sus hijos como la ley le ampara y lo oculten mediáticamente, mientras el Institut d’Estudis Catalans (IEC) monta en cólera por el comunicado de Air Berlin considerándolo una “violación de los derechos humanos y civiles de millones de ciudadanos de lengua catalana”? ¿Cómo pueden ser tan arbitrarios y crueles?’
¿Me lo dices o me lo cuentas?