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‘Defender o idioma como sexa / con rabia, con furor, a metrallazos /…/ con tanques, aviós e a puñetazos’
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Roberto Blanco Valdés, el 4 de junio de 2008, en La Voz de Galicia:
‘Molesto, al parecer, por la insistencia periodística en preguntarle sobre la imposición lingüística en Galicia, el presidente de la Xunta descubrió el viernes pasado la existencia de un supuesto complot contra el gallego de toda la derecha: es decir, “no solo de la política, sino de todos los órdenes de la derecha”.
Es posible que Touriño tenga información privilegiada y que estemos, efectivamente, en el umbral de una campaña derechista para acabar con el idioma, que, como es bien sabido, hablan desde niños todos los miembros de la Xunta. Pero cabe también la posibilidad de que el presidente se haya convertido, sin saberlo, en portavoz de una rancia acusación nacionalista: aquella según la cual todos los que no comparten su política lingüística son de derechas, cuando no unos fascistas enemigos del país.
De hecho, es seguro que muchos dirigentes socialistas han sido incluidos en tal tropa en el pasado, cuando el PSdeG no se veía obligado, como ahora, a defender postulados lingüísticos que nunca ha compartido. Y es posible, incluso, que hasta el mismo Touriño haya sido calificado de forma parecida a como él califica alegremente a los que no compartimos la política lingüística del Gobierno [autonómico] que preside.
En todo caso, lo esperable de un presidente que defendió en su juventud las libertades, es que, ahora con más razón, se apreste a protegerlas denunciando no solo hipotéticas campañas contra el gallego, sino también las muy reales que sufren hoy los que no asumen el credo lingüístico del nacionalismo más o menos radical.
Por, ejemplo, las que sufren los profesores que, víctimas de conocidas técnicas fascistas, son señalados en cientos de carteles como responsables de la extinción del gallego en una Universidad, la de Santiago, donde el castellano no existe oficialmente. O las que soportan los profesores que reciben, con idénticas acusaciones, anónimos en sus despachos o en sus casas. O las que padecen ciudadanos que se ven de pronto convertidos en objeto de ¡”expedientes de queixa”! incoados por una entidad privada (la Mesa pola Normalización Lingüística) con la finalidad de amedrentarlos. O la que ayer, sin ir más lejos, denunció Galicia Bilingüe ante la policía. Eso son campañas: la que anuncia Touriño está por ver.
Por si el presidente tuviera dudas del ambiente en que se cuecen muchas de esas iniciativas contra la libertad y el pluralismo, bastará con recordarle los versos de Manuel María que, reproducidos en un cartel colgado desde hace semanas en la Facultad de Derecho de Santiago, invitan al alumnado a “defender o idioma como sexa/con rabia, con furor, a metrallazos/…/con tanques, aviós e a puñetazos”. Los falangistas estarían encantados.’
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