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‘Resulta que el embajador español montó un espectáculo histérico porque en el aeropuerto de Bratislava, al llegar el presidente catalán, sólo había banderas catalanas y eslovacas’
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Francesc-Marc Àlvaro, escritor y periodista, el 22 de mayo de 2008 en El Temps:
‘En democracia, sólo la capacidad de Jordi Pujol para representar con éxito el papel de estadista internacional ha permitido ciertas conquistas en este campo, siempre vigilado con lupa por la diplomacia española. Todavía recuerdo un viaje que Pujol hizo a Eslovaquia poco antes de la separción amistosa entre checos y eslovacos; resulta que el embajador español montó un espectáculo histérico porque en el aeropuerto de Bratislava, al llegar el presidente catalán, sólo había banderas catalanas y eslovacas. Ahora, dice Carod-Rovira, se trata de dar un paso adelante, mediante unas delegaciones que intentarán crear complicidades seriamente. La intención es buena y necesaria, sobre todo porque la experiencia demuestra que ninguna nación no llega a la plena soberanía sin contar con padrinos de peso.
Ojalá Samuel Pepys inspire la labor del delegado Solano. Dentro del Diario del literato londinense, se destaca la crónica de un grave enfrentamiento entre los embajadores de Francia y España, el 30 de septiembre de 1661. El afer acabó mal y los españoles mataron a unos cuantos franceses en la City, todo por una cuestión protocolaria. Que Solano y su equipo tomen buena nota’.
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