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‘Ni ellos son Cataluña, ni España es un ente unívoco casado y mal avenido con esa pareja de pacotilla. Es como si las desavenencias de algunos matrimonios de una ciudad fueran razón suficiente para obligar a todos los matrimonios de esa ciudad a la separación’
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Antonio Robles, ex diputado en el Parlamento autonómico de Cataluña, el 11 de febrero de 2010 en Libertad Digital:
‘Nos quieren hacer trampas, parapetados tras el cuento de la independencia, venden libertad y comprar conciencias. Con los métodos más reaccionarios de las sociedades predemocráticas.
Estos recursos argumentativos han sido precedidos de otros muchos. Como la simpleza de reducir la supuesta desafección de Cataluña con España a los matrimonios mal avenidos. Cuando una pareja no se entiende, se divorcia y asunto solucionado, dicen. Y sentencian, mejor separados que mal avenidos. A esa simplicidad reducen la trama de afectos e intereses de millones de personas que no forman matrimonio alguno. Como si Cataluña y España fueran personalizaciones con vida y sentimientos capaces de obrar y decidir con voluntad propia.
Confunden la capacidad de dos personas individuales para decidir sobre sus vidas, con la de millones de personas cuyas cuitas personales son distintas entre sí e imposibles de reducirse a dos voluntades enfrentadas. El que haya un número determinado de ciudadanos insatisfechos con su pertenencia a España no les da derecho a suponerse la encarnación de Cataluña y, por ende, con capacidad para separarse de España. Ni ellos son Cataluña, ni España es un ente unívoco casado y mal avenido con esa pareja de pacotilla. Es como si las desavenencias de algunos matrimonios de una ciudad fueran razón suficiente para obligar a todos los matrimonios de esa ciudad a la separación.
España y Cataluña no son un matrimonio, sino un Estado único, y la separación de alguna de sus partes depende de la soberanía del conjunto. Así que en este falso matrimonio tienen voz y voto 47 millones de españoles.
En una cosa tienen razón estos reaccionarios: la independencia sí sería rentable, muy rentable. No para Cataluña, pero sí para ellos, para esta casta de nacionalistas que viven del “negocio nacional”. Con la independencia llegarían un sinfín de puestos burocráticos: embajadores, representantes en el Vaticano, corresponsales de prensa, directores, subdirectores y secretarias del Banco Nacional, inspectores lingüísticos, presidentes de selecciones deportivas, mediadores para negociar los conflictos con el Estado español… en fin, todo imprescindible para salir de la depresión que nos atormenta’.
Bien dicho Robles, reaccionarios clásicos, la carcundia de siempre.
Qué bien se entiende a la gente que tiene algo que decir
Tampoc és pot obligar a seguir casats a tots els matrimonis d’una ciutat, perque una part així ho vulgui.
En política, al contrari que en els matrimonis, aquests problemes es solucionen a les urnes. Per això s’han inventat.
L’exempesnñ és ridícul i propi del personatge. Tampoc és pot obligar a seguir casats a tots els matrimonis d’una ciutat, perque una part així ho vulgui.
En política, al contrari que en els matrimonis, aquests problemes es solucionen a les urnes. Per això n’hi han.
¡Bravo, Antonio! Espero que en la próxima legislatura se vuelva a escuchar tu sensata voz en el Parlament, junto a otros diputados que seguro tendrá UPyD.
Robles,conoces bien al nacionalista.Suele ser un personaje que su objetivo principal es vivir a cuenta de los que no son para el “los de su tribu”.
Comparto la opinión del artículo pero estimado Robles, eres de la misma pasta que tu ama: buenas palabras y nada más.
Lo has demostrado en C’s y lo volverás a demostrar ahí donde recabes. Solo hay que dejarte hacer…
Yo también comparto lo que dice Robles y lo que ha defendido desde el parlament oen le grupo de C’s.
Sin embargo, no comparto los infinitos deseos de algunos miembros de su partido, por fastidiar a C’s.
Más les valdría dedicarse con más ahínco a luchar por sus ideas, sin necesidad de luchar contra C’s.
Y que gane el mejor, si es eso lo que quieren. Aunque, yo, sin dudarlo, estoy por la suma de esfuerzos con C’s, y no por la lucha fratricida.
No te lo tomes como un plagio. Tómatelo como la demostración de que lo único que criticas es tu imagen en el espejo.
La separación depende de la soberanía española hasta el momento que una parte, asumiendo su propia soberanía, expresa democráticamente su voluntad. Entonces prima el criterio democrático a la unidad de España que, evidentemente, carece de derechos. Los derchos los tienen los individuos que soberanamente y de manera democrática expresan su voluntad de secesión.
Lo que no es democrático es negar a una parte su secesión con el argumento que esto afecta a el conjunto, pues entonces estaríamos en contra de los divorcios o, lo que es lo mismo, a favor de los divorcios con previo permiso del hombre (una imposición en toda regla). No hace falta que se reconozca de forma previa la soberanía de la parte secesionista. Si siguiésemos esa lógica Cuba nunca habría sido independiente, pues su secesión atentaba contra la unidad de la nación española.
Mi pobre Polaco, sueñas con Slovenia, y te despiertas con Bosnia.
¿Bosnia, porqué?
En robles és un zamorano que va arribar a Catalunya i en lloc de catalanitzar-se va voler que els catalans ens “zamoritzem”. Vol convertir Barcelona en una gegantesca Zamora on sentir-se comode.
ÉS aquells missioners espanyols que anaven a viure a una comunitat indigena per convencer-los de que eren uns salvatges, totes les seves terres eren del rei d’espanya i que havien de ser subdits obedients. I tot pel bé de les seves ànimes.
És una vergonya per tots els castellans que han vingut a aquesta terra a participar com a ciutadans catalans i no a colonitzar-nos.
Como siempre Antonio Robles pone el dedo en la llaga; no se puede expresar mejor la trampa a que nos someten los nacionalistas.
Efectivamente la estratagema es muy vieja, los déspotas siempre se han envuelto en la bandera de un dios, una raza, una clase redentora o una nación, para en su nombre convertir a los ciudadanos en súbditos.
Salud y libertad, ciudadanos
¡No es la pensión, estúpido, es el gasto público!
¡Mitad de ministerios, mitad de consejerías en las 17 autonomías!
La Cataluña ilustrada