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‘La ley de educación de Maragall no es la ley de la nueva escuela trilingüe para una sociedad que quiere ser trilingüe, sino la ley de la escuela en catalán de siempre que está dispuesta a permitir que se imparta algún contenido curricular en inglés y que todavía recela de la otra lengua del terceto’
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Albert Branchadell, profesor de la Facultad de Traducción e Interpretación de la UAB, el 16 de octubre de 2009 en El Periódico:
‘José Montilla siempre podrá decir que su fiel Ernest Maragall, luchando contra todo tipo de adversidades, ha sido capaz de llevar a feliz término la ley de educación. Pero si uno lee con atención este documento legislativo, la idea de la sociedad trilingüe brilla más bien por su ausencia. ¿Saben ustedes cuántas veces aparece la palabra trilingüe en el texto? Sí, exactamente ninguna. Las mismas que la palabra inglés. Desengañémonos. La ley de educación de Maragall no es la ley de la nueva escuela trilingüe para una sociedad que quiere ser trilingüe, sino la ley de la escuela en catalán de siempre que está dispuesta a permitir que se imparta algún contenido curricular en inglés y que todavía recela de la otra lengua del terceto.
Más allá del hito relativo de la ley de educación, el balance de la cosecha de trilingüismo es pobre. Basta un simple rodeo por la página web de la Secretaria de Política Lingüística para darse cuenta de que, tres años después, lo de la sociedad trilingüe ni siquiera ha llegado a quienes deberían ser sus artífices. Acaso más ocupados en vigilarse mutuamente que en otros menesteres (el número uno es de ERC, y la número dos, del PSC), los responsables de la Secretaria de Política Lingüística han sido incapaces, no ya de instaurar la sociedad trilingüe, sino simplemente de sacar adelante el «gran acuerdo nacional por las competencias lingüísticas en Catalunya» pomposamente anunciado en el Pla de Govern 2007-2010. (Puestos a no hacer, ni siquiera han logrado que su web esté íntegramente disponible en castellano e inglés)’.
Tiene razón el articulista. Me pregunto por qué le tienen miedo al castellano. Yo creo que es porque el catalán es usado por algunos partidos para desplazar el voto a su molino; en otras palabras, es politizado. Pero politizar el catalán no creo que sea un buen camino ni para los hablantes de esa lengua ni para esos partidos, si bien estos pueden conseguir réditos a corto y medio plazo.
Tiene toda la razón. La Ley nacional de educación, pretende sólo eso, se nacional y nada mas.
Puro racismo cultural en cuanto a la lengua.
Branchadell era un nacionalista catalanista hace años, ahora cada vez más plasma una opinión más y más objetiva en sus artículos.
Pasada la borrachera nacionalista, algunos recapacitan y ven la estupidez de los políticos que nos gobiernan en Cataluña